1. Por Amor

915 Words
[CIARA] 15 de Junio Madrid, España Me tomo más de un mes decidir que hacer, algunas semanas más encontrar la información que necesitaba, pero finalmente estoy aquí en Madrid frente a la puerta del departamento donde vive Ciro jugándome todas las fichas que tengo por este amor tal y como si se tratara de un juego de cartas en un casino, y lo peor de todo es que no sé si voy a ganar. No estoy segura de que él quiera que este aquí, y es que entre los dos no ha pasado nada más que algunos besos y conversaciones acerca de la vida. Soy tan miedosa que no me atreví a decirle nunca que lo quiero y que quiero tener algo con él… «Respira Ciara, respira» Me digo y con mis dedos temblando me atrevo a tocar el timbre, y pacientemente espero a que él me abra. De repente la puerta se mueve y siento como mi corazón se acelera de la emoción, pero así de la misma manera me siento morir cuando no lo veo a él sino a una mujer rubia como yo, de ojos grandes y azules que me mira con dudas y viste solo una camisa de hombre que le queda divina con su cuerpo de modelo —¿Hola? ¿Quién eres?— Me pregunta con dudas y yo niego. —Nadie, no soy nadie.— Respondo y tomo mi maleta para darme la vuelta con la intención de marcharme, pero al hacerlo veo a Ciro frente a mi. Se ve increíblemente guapo con un pantalón n***o ajustado, camiseta gris y su cabello castaño desordenado que hace que sus ojos verdes resalten a la perfección —¿Ciara? Pero ¿Qué haces aquí?— Me pregunta sorprendido y noto el esfuerzo que hace para no sonreír. —Venía a verte, a que habláramos, pero me doy cuenta de que fue un error— Respondo e intento seguir caminando, pero él me detiene y se para a mi lado. —Ella no esta conmigo, es la novia de mi roomate— Me susurra —Yo no te olvide…— Continua y sentirlo así tan cerca, me desarma por completo. Lo miro a los ojos tratando de saber si me dice la verdad, pero la forma en que me mira me distrae de gran manera —Te fuiste haciéndome creer que no te importaba nada ¿Por qué debería creerte?— Cuestiono. —¿Por qué debería mentirte?— Responde a modo de pregunta y sonrió. —¿Para llevarme a tu cama?— Contesto tratando de no sonar como una niñita, pero creo que no lo estoy consiguiendo. Ciro se acerca a mi oído haciendo que me ponga demasiado nerviosa y no puedo negar que estoy sintiendo demasiadas cosas que no había sentido nunca por nadie —Si te hubiera querido llevar a la cama, lo hubiera hecho en Italia y me hubiera venido aquí sin decirte nada ¿no crees? Lo que yo creo es que te estas acobardando de la decisión que has tomado— Me dice haciendo que lo mire como queriéndolo matar. —Fue un error venir aquí ¿esto era lo que querías? ¿no? volverme loca con tu sí, pero no hasta que viniera y me tuvieras a tus pies… ¿acaso te quieres vengar de mi hermano porque se caso con la mujer que realmente amabas? ¿por eso te acercaste a mi?— Le pregunto con rabia y es que desde el momento que él y yo empezamos hablar dudo de todo lo que me dice por culpa de lo que sé que sintió o siente por Anahí… Él se aleja de mi para pararse enfrente mío y me mira con rabia —¿De verdad piensas eso? ¿Crees que cuando te dije que me gustabas lo hice para vengarme de tu hermano por esa estupidez? No puedo creer que me conozcas tan poco, estoy muy decepcionado de ti… ¿para que has venido aquí? No lo entiendo— Me dice y simplemente se da la vuelta para seguir caminando rumbo a su departamento donde la mujer ya no esta parada bajo el marco de la puerta. No puedo creer que haya sido tan estúpida, que mis inseguridades me estén haciendo decir y hacer estas cosas cuando no las siento… —¡Ciro!— Lo llamo fuerte sintiendo como mi voz se quiebra por lo angustiada que estoy ante esta situación. Él se detiene antes de entrar y duda por un momento, pero finalmente se da la vuelta para mirarme de frente —Vine aquí porque estoy enamorada de ti— Confieso finalmente y me sonríe —Te quiero y no quería perderte… ¿sí?— Admito y no sé si haya red debajo de mi, pero sentía que debía saltar al vacío. Ciro vuelve a caminar hacia mi, pero esta vez sus pasos parecen ir en cámara lenta y yo me muero de la angustia. Se detiene justo enfrente mío y sin dejar de mirarme a los ojos lleva sus manos a cada lado de mi rostro —Que bueno que estés enamorada de mi, porque yo estoy muy enamorado de ti y ya no sabía como sobrellevar esta distancia contigo… te quiero— Me dice en un susurro que yo oigo como un grito y en este salto donde afortunadamente si hay red, él me besa haciéndome sentir en las nubes y sin ganas de pisar el suelo nuevamente.
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