Recuerdos de infancia donde la paz, la unión y el amor abundan. Fuegos artificiales, el olor a pólvora. La comida de las abuelas, ese olor particular que se marcaba en las ventanas de las casas donde afuera habían inocentes que juraban escuchar los cascabeles de renos imaginarios e incluso ver trineos alrededor de la luna. Aquella inocencia perfecta, aquellos tiempos felices, que ahora se anhelan.Hipocresía, el cochino dinero, las mentiras y los abusos son lo que adornan ahora las fechas que tanto alegraron. Inocentes que no pueden pasar de cierta hora fuera ya que corren el riesgo de que algún borracho les comente algo indebido, o hasta balas perdidas encuentren lugar incrustadas en sus cabezas. Falsos espíritus de alegría, de amistad, de relación con aquellos que ignoramos por meses pero que ahora nos parecen mas amigables, incluso mas afectivos. Y es que el efectivo nos mueve el pensamiento, el que tenga mas es el que mas vale, cuando la verdadera esencia es nuestro valor moral. Ese que perdemos mas y mas en cada Navidad.Mientras unos no tienen que comer, otros desperdician lo que no quieren, mientras unos se alegran con su humilde aspecto, otros discuten las marcas de boutique. Mientras te quejas de todo, ahí afuera hay personas que tienen verdaderos motivos para amargarse y sin embargo muestran su mejor sonrisa. Porque ni el cáncer ni el hambre ni mucho menos las carencias se van cuando llegan las épocas decembrinas.El dolor no descansa en el alma de aquellos que han perdido seres amados, ni en esos que se encuentran apresados lejos de sus seres queridos. Esos otros que emigran buscando un porvenir para los suyos, en soledad despide otro tortuoso año lejos de sus motivos de lucha. Y tu que al lado los tienes no haces mas que apartarlos para que tu foto salga perfecta, dime tu, quien tiene mas carencias?