Urla in Silenzio - Historias y Poesías

Danza con la muerte, dile que no le temes, que te vea fuerte, que te envidie tu seguridad, que se enoje con tus sonrisas y tus chistes sosos. Hazle trucos de magia y búrlate cuando no pueda descubrir aquel viejo engaño visual, hazla  jugar contigo una carrera eterna, un sube y baja con idas y venidas, con felicidad y tristezas. Abrázala y dile que la quieres en tu vida, amala hasta asfixiarla y que se ahogue, bésala dulcemente y hazle el amor bajo la luna y sobre las estrellas, acaricia su oreja y dile en lo bajo que es tu único tormento... y abandónala. Vete. Huye. Vamos a engañarla, vamos a hacerle llamadas de bromas y trancarle, enviemosle cartas de amenazas hasta que se sienta mínima, hasta que llore de terror por aquello que le podríamos hacer. Hagamos que tenga pesadillas y que solo el escuchar nuestra voz y sentir nuestra presencia la haga temblar y pensar en una manera de hundir la cabeza como las avestruces solo para esconderse. Ven, vamos a danzar alrededor de su putrefacto c*****r y soltemos carcajadas cuando los gusanos y las moscas empiecen a atacarlo. Vamos a empezar ya... pero no te engañes: Esta danza nunca la terminaremos porque ella siempre va a ganar. El paso final de aquella brava canción lo dará ella dando un brinco y acabando en punta, siempre con una sonrisa en su rostro pues sabe que nadie la vencerá. Ni tu, ni yo, ni el atrevido que tenga la osadía de retarla porque, a final de cuentas, ella es la única cosa segura que tenemos todos. Estudia. Se profesional, dicen. Ten familia, enamórate, recomiendan. Ahorra, pórtate bien, aconsejan. Pero es que yo no he escuchado al primero que diga "Acepta la muerte". Que le digan a un recién nacido que se prepare para morir, o a un moribundo que acepte que llego su hora, no. Para eso no hay consejos y palabras, para eso no componen canciones ni historias. Porque quieren mentirte, quieren que olvides ese minúsculo detalle que aquella bailarina esta por dar el ultimo paso. Porque nosotros bailamos con la muerte y el mundo baila con la hipocresía al son que le toquen.