Capitulo (5-3)

1215 Words
—Gracias. —Murmura Axel un poco cerca de Rossy, de todos modos, la distancia entre ellos no era mucha, podrían hablar en susurros mientras los demás platicaban de cualquier cosa que era ajeno a ellos en todo sentido. —Murmura Axel un poco cerca de Rossy, de todos modos, la distancia entre ellos no era mucha, podrían hablar en susurros mientras los demás platicaban de cualquier cosa que era ajeno a ellos en todo sentido. —No es nada, si quieres salir a tomar aire más tarde, estaré encantada de ir contigo. —Murmura Rossy también hacia Axel, quien sonríe, y esto no pasa desapercibido por los hermanos Felicce, quienes no ignoran el hecho de que su hermanita, está susurrándose cosas con un nuevo invitado. No importa que aquel muchacho sea el próximo jefe aliado, seguía siendo un muchacho, uno muy, muy cerca de Rossy. —¡Ustedes dos! ¿Qué tanto se dicen? —Massimo es quien llama la atención de todos en la mesa, incluso la de Frederick y Viena, ellos ya sabían que, su hija era la mejor amiga del próximo jefe de la mafia alemana y casa Kahler, no le venían nada de malo, tenían la misma edad, bien, era bastante lógicos que los dos jóvenes se llevaran tan bien, hasta el punto de considerarse mejores amigos. —Solo estamos hablando. —Rossy parece que espera esto por parte de alguno de sus hermanos y hasta ahora, se pregunta que, quizás para el futuro nada cambie, ya que, es normal ver como 8 hermanos mayores, protectores y algo celosos, cuidaban en cada momento y lugar a su querida hermanita menor. Agobiante sí, pero, hasta ella podía comprender esto, solo que ellos, exageraban un poco, menos Francesco, este siempre era el que destacaba de todos. —Están muy cerca. —Comenta Luciano sin dejar de entrecerrar los ojos. Frederick niega con la cabeza al ver como su hija lo mira pidiendo ayuda, no era cosa fácil lidiar con tantos hermanos, así que, mientras el jefe actual de la mafia italiana siguiera con vida, apoyo hacia su única hija jamás faltaría. A veces, al mismo Frederick se le dificultaba conseguir una misma opinión de sus hijos, y aunque no se arrepiente de tenerlos a todos, en varias ocasiones se preguntaba la razón del porque no utilizo protección, bueno, lo hecho este hecho, como solía decir aquella cantante rubia, cuyo nombre no recuerda bien ahora. —Chicos, tendrán que hacerse a la idea de que su hermana está creciendo, encima de esto, ella debe socializar con jóvenes de su edad, Axel es su mejor amigo y no quiero que lo molesten tampoco, a ninguno. ¿Ha quedado claro? —De mala gana, los chicos de la casa Felicce aceptan esto de mala gana. —Pero, padre, es nuestra hermana. —Luciano, quien es mucho más apegado a Rossy que los demás, no puede hacerse a la idea de que, de verdad, su hermana estaría pasando por los irremediables cambios de la pubertad, los físicos, entre ellos, las hormonas, los chicos, y todo eso, que Luciano no quería imaginar, ¿Por qué no puede quedarse como una tierna infante para siempre? Bueno, la respuesta es lógica, aquello era imposible. —No quiero escuchar reclamos, Luciano. —El más joven de los Felicce solo puede suspirar con resignación, Viena que está cerca y escuchaba con atención, solo puede reír un poco, era adorable ver como los hermanos de Rossy hacían todo por cuidarla, aunque esto podría ser agobiante para la única hija de Frederick, sabía que los chicos no lo hacían con mala intención. —De todos modos, ella no puede tener amigos hombres, debería jugar con chicas de su edad o algo así. —Opina Orlando, haciendo que Rossy ponga los ojos en blanco. Los hermanos le dan la razón a Orlando, sus palabras eran muy sabias en estos momentos, pero, se estaban olvidando de un pequeño detalle. —¿Cuáles amigas? Si no hay otras chicas que sean de mi edad. —Responde Rossy, es cierto que antes hubiera deseado tener amigas, pero, con Axel y los gemelos, era más que suficiente, por no mencionar al arrogante de Fausto. —Entonces tendremos hijas para que así tengas amigas. —Propone Piero hacia su hermana, quien niega con la cabeza, ellos no tenían arreglo alguno, ya se estaba resignando a todo esto. —Seré mayor para cuando todo eso ocurra, acepten que Axel es mi mejor amigo y ya está. —Sentencia Rossy con decisión en su voz. —No han hecho nada más que llamarlo por apodos tontos. —Frederick mira de mala manera a sus hijos, parece que no recuerdan que aquel muchacho es el único hijo de su socio más preciado, Johann Kahler. —Axel, ¿Recuerdas cuáles de ellos te ha insultado? Me asegurare de que tengan una lección. —Las miradas caen en el joven invitado de esta noche, quien empieza a señalar con un dedo a todos aquellos que lo han llamado por apodos desde que le vieron llegar. Y los señalados, solo pueden hacer rostros de sorpresa. —Entonces, Luciano, Massimo, Alessandro, Giovanni y Franco, hablare luego con ustedes. —Sentencia Frederick. —No debe reprenderlos, señor Felicce, entiendo que, si yo tuviera una hermana menor, no estaría feliz con saber que tiene a un amigo varón. Aunque esto no tenga sentido alguno. —Responde Axel desde su lugar, para este momento, había acabado su cena, aun, debajo de la mesa sostiene la mano de Rossy, solo ha dicho esto en compensación con lo del beso de esta tarde. Frederick suspira en su lugar, a veces sus hijos actuaban mucho antes de pensar. Viena observa esto, y decide que lo mejor es, bajar la tensión un poco en la mesa, de lo contrario, los malos humores estarían continuando por un largo e incómodo rato. —Chicos, ustedes también estuvieron en la edad de Rossy, solo que, al ser chicos, las cosas son y serán muy diferentes, ya que, tenían en mente salir con chicas. —Viena quiere desviar el tema de la inevitable pubertad de su hija, cosa que la misma Rossy agradece en silencio a su madre. —Pronto estarán edad de casarse, ¿no les llama la atención alguna dama en particular? —Con una sonrisa maliciosa, Viena observa a su esposo, quien parece reaccionar. —Viena tiene razón, la fiesta de primavera se estará realizando dentro de unos meses, estarán presentes muchas damas hermosas, ya es hora que, alguno de ustedes de él gran paso hacia el altar. —Los hermanos no pueden creer que su padre este hablando enserio. ¿Casarse? ¿No era muy pronto? Alessandro que era el mayor de todos los hermanos ni siquiera llegaba a la edad de los 30, como mínimo los 28 años de edad. —Gracias a Dios, aun soy muy joven para comprometerme. —Luciano es el único que parece librarse y recibir una mirada de odio por parte de alguno de sus hermanos mayores, excepto Francesco junto con Giovanni, este último era un verdadero gigolo, pero, que también deseaba sentar cabeza, cosa que se repetía muchas veces, pero, en su defensa y contradicción a sus palabras, era débil ante la tentación de la carne.

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