Mis ojos no se cerraron y era lo mejor, tenía sueño, mis párpados se sentían cansados, pero me negaba a dormir, habían muchas cosas en mi cabeza, aunque no era por eso que no quería dormir. Las pesadillas me acechaban y se hacían cada vez más fuerte, aquel abismo me llamaba, siendo cada vez más atractivo, me sentía cerca de la miseria y era como si mi alma se fragmentara, otra vez. Los sueños regresaban y ahora con mucha más fuerza. Decidí tomar una ducha, despejar mi mente y salir de la cama, a lo mejor fuera hay lugares que ver, quizás hay algo en este hotel que logre distraerme y de ese modo no concentro todas mis energías en Valeria o podría llegar a agobiarla demasiado. En ello no tardé mucho, organicé toda mi ropa, mis zapatos, colgué mis camisas y luego...escuché un ruido pro