—El rechazo de nuestra manada la lastimó, ella dice que quiere ser una rogue, pero simplemente no quiere salir herida de nuevo. Nos gusta mantener nuestra distancia… —Lilly dijo de manera apacible y volvió a mirar a los ojos hipnotizantes, además de hermosos y grises que poseía Tyler.
Podía sentir el vínculo de compañeros que los atraía. Cuanto más estaban juntos, más fuerte se volvía esa sensación.
Ya sus pensamientos estaban llenos de él, y su corazón también. Apoyó la cabeza sintiéndose cansada y pronto se quedó dormida, calmada por el sonido del ronroneo del motor del vehículo.
…
Tyler sintió cómo su cabeza se deslizaba sobre su regazo y se quedó congelado por un momento. Extendió la mano y acarició suavemente su cabello desde los lados de su rostro. Ella era hermosa. Se enfureció al escuchar cómo su propia manada no la quería. No estaba seguro de por qué, ¿tal vez sus lealtades a su antigua Luna?
Todo lo que sabía era que no podía sacarla de su corazón en el momento en que la tocó. No quería nada más que marcarla como suya y completar el vínculo de apareamiento. Esperaría todo el tiempo que pudiera, esperando que estuviera lista pronto. Era perfecta, todo en ella era perfecto. Era más de lo que nunca podría haber pedido. Y pensar que renunció a buscar a su pareja y estaba a punto de casarse con otra persona. Kade tenía razón, en el momento en que conoció a Lilly, todo lo que pensaba que sentía por Jessica desapareció. Sabía que tenía que tener a Lilly y mataría por tenerla.
Tyler se inclinó y besó su sien, su Luna. Su lugar seguro.
—Lilly, ya llegamos. —Tyler dijo mientras jugaba suavemente con sus mechones dorados.
Lilly abrió los ojos y se dio cuenta de que tenía la cabeza apoyada en las piernas de alguien. Se levantó rápidamente y giró la cabeza para mirar a Tyler.
—Lo siento. Supongo que estaba realmente cansada—Se disculpó Lilly, se mordió el labio inferior mientras lo miraba con incertidumbre.
—Puedes quedarte dormida sobre mí cuando quieras. —Tyler se rió mientras abría la puerta y salía del vehículo.
Lilly miró por la ventana del automóvil. Estaban frente a una hermosa mansión que hacía que la casa de su padre pareciera pequeña. Había flores plantadas a lo largo del frente y un porche blanco cercado envolvía toda la longitud. La entrada tenía estas dos encantadoras puertas macizas de roble, era impresionante.
La puerta del coche se abrió y Tyler la sacó de la cintura y la colocó junto a su cuerpo.
El calor de su contacto le envió pequeños rayos de electricidad por el cuerpo. La cercanía le permitió tomar por completo su aroma reconfortante, parecía que estaba hecho solo para ella. No quería nada más que rodear su cuello con los brazos y poner sus labios en él, no, podía sacar eso de tu mente. Lilly se reprendió a sí misma. Se dio cuenta de que Tyler la estaba mirando y se ruborizó de que la descubrieran mirándolo lascivamente.
Tyler bajó la cabeza hasta la suya y le dio un cálido y suave beso en la mejilla.
—Bienvenida a casa, preciosa. Me hiciste esperar mucho tiempo. —Le susurró Tyler.
Lilly se ruborizó y miró hacia abajo. No estaba acostumbrada a toda esta atención, especialmente las atenciones íntimas. Nunca la habían besado de manera íntima y los sentimientos que estaba experimentando eran completamente nuevos para ella.
Kade agarró las maletas de Lilly y se dirigió hacia la casa mientras Tyler envolvía un brazo posesivo alrededor de la cintura de Lilly y la escoltaba hacia el interior.
Una vez que entraron a su nueva casa, Lilly la miró con asombro. La primera mitad del piso tenía un concepto abierto. A la izquierda había una gran cocina con una barra donde comer y a la derecha había una gran área de cine. Frente a ella había una amplia escalera. La entrada permitía mirar directamente hacia el techo del tercer piso. Desde cada piso se podía mirar hacia abajo y ver el nivel de entrada. Era muy elaborado y abrumador.
—Te mostraré tu habitación y luego te harán un recorrido. —Dijo Tyler mientras la guiaba hacia las escaleras.
La llevó por un pasillo largo y luego se detuvo en una habitación del segundo piso.
—Aquí está tu habitación. —Dijo Tyler, empujó la puerta mientras Kade salía de la habitación.
—Todas las maletas están aquí. —Kade sonrió a Lilly y luego los dejó en la habitación.
—Tu habitación tiene su propio baño privado también. —Tyler dijo mientras señalaba la puerta del lado izquierdo.
Lilly miró la gran cama tamaño king que tenía un dosel suspendido sobre ella. Había un televisor en la pared y dos ventanas grandes hacia el exterior.
—Esta es tu habitación por ahora, eventualmente te mudarás a mi habitación. Está justo al lado de esta habitación si me necesitas… para cualquier cosa. —Tyler dijo con un guiño coqueto.
Un silencio los envolvió… Hasta que…
—Voy a hacer que Kade te muestre la casa y luego… ¿tienes hambre?—Le interrogó Tyler con una sonrisa pasmosa en la cara.
Lilly asintió hacia él. Aún no había cenado.
Tyler la miró durante un momento, como si quisiera decir algo más. Suspiró y puso su brazo alrededor de ella para llevarla de regreso a la habitación. Podía tomarse su tiempo con ella, por ahora.
—Kade. —Gruñó Tyler.
—Estoy aquí. —Kade gritó desde abajo.
—Muestra a Lilly la casa, voy a hablar con la manada y hacerles saber que su luna está aquí. —Ordenó Tyler.
Tyler llevó a Lilly al primer piso donde estaba Kade. Luego se inclinó y besó su mejilla antes de salir rápidamente por las grandes puertas dobles.
El rostro de lilly se puso rojo. No esperaba que Tyler la besara en la mejilla otra vez. Él había estado manteniendo un contacto íntimo con ella casi todo el tiempo. A ella le gustaba, pero también le tenía miedo. Le tenía miedo a lo mal que se sentiría si él decidiera rechazarla. Ella lo quería, y quería que él la marcara como suya, pero no sería justo atraparlo con alguien como ella.
—Luna, vamos, te mostraré tu hogar.—Kade dijo extendiendo el brazo para que ella lo tomara.
Lilly asintió con una pequeña sonrisa y tomó su brazo. Kade la llevó por la casa mostrándole todo. Explicó que el beta y el tercero también vivían en la casa junto con sus parejas o futuras parejas. Finalmente regresó por las escaleras y se dirigió hacia la cocina.