VARIOS DÍAS ANTES DE LA BODA.
«—¿Ya firmó?—ajustó la capucha en su cabeza, mirando hacia ambos lados del estacionamiento.
—Sí, esta mañana hemos firmado.
—Rick, haz las putas cosas bien. Me da miedo que lo arruines. Y no está bien que te metas con Lexi. Podría arruinarlo todo. Llevo meses diciéndote lo mismo. Es muy peligroso.
—No te angusties. Me gusta Lexi, es divertida y muy flexible.
—¿Flexible?
—No lo entenderías.
—¡Apeguémonos al plan!
—¡Sí! Todo está bien. Pero, no estoy seguro de si en algún punto Candy me sea infiel. Me ama.
—No seas creído. No hay una sola cosa que sea indispensable en la vida de Candy. Las cosas que las afectan son por poco tiempo, al igual que su amorío contigo. No te creas que eres el hombre de sus sueños. Eres guapo, rico y de buen apellido. Algo digno para su buena reputación y estoy un poco cansada de que ella obtenga siempre lo que quiere.
—Es que es muy lista.
—Que haya aceptado que hicieran el acuerdo prematrimonial con tus condiciones, dista otra cosa.
—Soy persuasivo, no te imaginas ni un poco lo que tuve que hacer para que eso fuera así.
—Da igual, está hecho. He sido clara con los pasos a seguir. Tú no te alarmes y sigue las indicaciones.»
EN EL AEROPUERTO, ANTES DE LA LUNA DE MIEL.
«—¡No sé qué pasó! Todo estaba en orden, lo revisé un millón de veces.—decía Candy desesperada al ver que no podía abordar el avión.
Rick estaba algo nervioso, el tampoco entendía qué sucedía allí, ¿por qué había un error con los boletos?
Recibió una llamada, lo último que quería era hablar con alguien, pero vio el número en pantalla, no lo tenía registrado, aunque se lo sabía de memoria.
Lexi Weber.
Su amante.
—Cariño, dame un segundo.—dejó a Candy discutiendo con las trabajadoras de la aerolínea mientras hacía su reclamo.—Lexi, ¡¿Qué demonios?! ¿Por qué me llamas justo en este momento? ¿Estás loca? Estoy con Candy.
—No por mucho. Ella no podrá abordar el avión.
—¿Eso como lo sabes?
—Mira hacia atrás discretamente.—Rick se giró con todo, menos con discreción.—¡Discretamente!
—¿Estás…aquí?—dio con Lexi al fondo del todo, en unos asientos poblados de personas, pero allí estaba, levantándose para que él la viera.
Volvió a sentarse, siguiendo en la llamada.
—Estoy aquí, pequeño león. Nos iremos de luna de miel. Tú y yo.
Rick se giró hacia Candy, la discusión era cada vez más acalorada, pero Candy no podría hacer nada.
—No, estás loca. Es mi luna de miel con Candy. No irás.
—Tengo mi maleta al pie de mí. Candy no podrá subir al vuelo. He arreglado todo para que no pueda irse. Nos iremos juntos en ese vuelo, y…yo tendré el privilegio de vivir la noche de bodas. ¿No te hace ilusión?
Era mucho riesgo, detrás de todo eso él tenía un plan que no podía fallar, arriesgarse con Lexi era arriesgar ese plan y ya se lo habían advertido.
—Lo siento, Lexi. Pero no me arriesgaré de esta manera.
—Arriesgarte es decirme que no…y que yo me acerque a mi hermana para mostrarle las fotos que tengo contigo entre mis piernas o todos los viejos que hicimos los meses pasados. ¿Qué dices Rick?
Volvió a mirar en la dirección de Lexi.
Seguía siendo un riesgo que no podía correr, pero si Lexi se acercaba a Candy y revelaba que habían estado siendo amantes durante meses, el acuerdo prenupcial que había firmado al casarse, ahora estaría en su contra.
—Nos vemos dentro del avión.
Terminó la llamada y regresó con su esposa.
—Lo siento, Rick. Pero parece no haber forma de que ambos tomemos el mismo vuelo.
—Oye…tranquila. No es para tanto. ¿Cuáles son las opciones que tenemos? No dejes que este día se arruine por esta sencillez. Las cosas saldrán bien.»
LUEGO DE QUE CANDY LO ENCONTRARA CON SU HERMANA.
«—Me encontró.
—¿Qué?—la voz al teléfono se alzó.—¿Qué mierdas dices?
—Candy.—tragó, sabiendo el desastre que había hecho, el peligro de perder mucho dinero y desatar la ira de Candy.—Llegó al hotel y yo…
—Rick…¡¿Qué hiciste?! ¡¿Qué?!
—Lexi vino conmigo al hotel, Candy no pudo tomar el vuelo y…creí que llegaría al otro día, no solo un par de horas después.
—¡Demonios! ¡Joder!
—Me encontró en la cama con Lexi.
—¡Te lo dije! Sentía que esa pequeña zorra podía echar todo a perder. ¡¿Y ahora?! Dime, ¿qué pasó? ¡Cuéntame!
—Admití todo, le dije que tenía una relación con su hermana desde hace meses y que quiero tener hijos con ella.
—¿Te quieres…quedar sin…un centavo?—la voz era fría, sin emociones, solo una rabia que la consumía.—Maldito inútil. Lo único que tenías que hacer era no meter la pata y arruinaste el plan. ¿Por qué no me contaste eso? ¿Por qué no me informaste? ¡Yo fui la que consiguió que Candy se entrara al jodido avión! Cosa que no hubiera hecho de saber que estabas con Lexi.
—¿Tú? ¡Pues arréglalo. Todo esto es tu culpa. ¡Pierdo todo mi dinero!
—¡Por tonto!
—Si me llega a quitar un solo centavo, te delato.
—Pensaré en algo. ¡Mete tu pene dentro de tu pantalón y guárdalo durante las próximas horas.»
El plan siguiente era buscar a Candy y drogarla para luego meterla a la cama con un hombre, pero eso no hizo falta.
Rick y Lexi la encontraron en el bar, bebiendo con aquel desconocido, estaba tan borracha que no hacía falta ninguna droga. La vieron metida en su habitación y sabían que luego de eso ya ella sería la infiel.
Todo encajó a la perfección sin que tuvieran que hacer mucho más y el plan que estaba destinado a irse al fracaso…ahora era perfecto, con todas las de ganar.
Rick le quitaría todo su dinero.
El plan perfecto seguía en marcha, sin que Candy tuviera la menor idea de quienes eran sus enemigos.
(…)
ACTUALIDAD
Tocó a su timbre, era la casa de Alaric Jackson.
Quien abrió fue una niña, detrás se acercó su padre.
Rick reconoció el rostro de Alaric y dio un paso al frente.
—Alaric Jackson. Creo que tenemos que hablar.
¿Qué hay de la llamada que iba a realizar Samara para que Alaric no hablara con Rick.
—Pasa, por favor.—le invitó.—Ve a tu habitación, Millie.
—Seré directo. Sé que te acostaste con mi esposa, justo el día de la luna de miel.
—Aquello solo fue un error, el alcohol hizo un efecto y luego…Lo siento.—No sabía dónde meter la cabeza. Estaba frente al hombre que él le arruinó la luna de miel.
—Entiendo. No te culpo, Candy es…así. Va por la vida haciendo daño. Me divorciaré de ella, pero necesito una declaración jurada de lo que pasó ese día, esa noche. Algo que afirme que tú estuviste con ella esa noche. Quiero divorciarme por infidelidad. Así todo será más rápido. ¿Qué dices?
—Yo…no lo sé. No podría hacer algo así. Ella también estaba borracha, no creo que quisiera hacerte eso.
—Créeme. Sí quería. Es Candy.
—Lo siento.—Se puso de pie.—Pero no puedo hacer eso.
La expresión de Rick cambió, pensaba que tendría la cooperación de aquel hombre, pero iba a ser que no.
Rick sacó su móvil, le mostró las fotos y los videos de ellos dos.
—Tengo muchas pruebas. Pero como te dije, todo sería más rápido si me ayudas en eso.
—No.—dijo una vez más.—Lo lamento, pero no puedo.
—Samara me dijo que tú ibas ayudarme.
—Le dije que podíamos hablar, no que yo haría tal cosa. Imaginé que lo que querías era una disculpa, no esto. Lo siento, sal ahora mismo de mi casa.
—Pero…
—Ahora.—insistió, señalando la puerta.
Rick apretó los puños, valorando iniciar una pelea, que al final no resolvería nada.
Miró la expresión de Alaric y ya se lo pensó dos veces.
Se digirió hasta la puerta sin que Alaric lo acompañara y se marchó.
No obtendría su declaración.