Cansada de llorar, debía demostrar que Lexi y Rick habían estado juntos.
Aquella noche, luego de calmarse y convencerse de que no podía matar a su hermana, no por la infidelidad con su esposo, sino por dejarlo que él le hiciera aquello, sin defenderla, ¿no se supone que él quería ahora casarse con Lexi y tener hijos hermosos y de ojos azules con ella? ¿Por qué no se sintió complacido al llegar a un acuerdo y que ambos anularan aquel acuerdo prematrimonial? Pero si lo pensaba…Candy tampoco quería eso, lo que deseaba era destruir a Rick Johnson, ni siquiera por su dinero, solo quería verlo aplastado, al igual que a Lexi, por zorra traicionera.
Era capaz de cortarle los huevos a Rick si se los volvía a ver.
Ideando un plan rápido antes de perder la cabeza y queriéndose adelantar antes que Rick, porque sabía que él recurriría a buscar pruebas de que ella estuvo con Alaric Jackson, pues no podría ser solo de palabra, Candy decidió que tenía que ir a casa de su hermana.
Buscar allí la prueba perfecta que podría estar en su pasaporte, con eso estaría muy confirmado que ellos viajaron juntos, a su vez que ella estuvo ese mismo día de su luna de miel.
Llamó a su mejor amiga, que también era su secretaria en el bufete de abogados más importante de todo el Sur de California, donde Candy Weber era más que una estrella, avergonzándose de ella misma por la trampa en la que cayó con el guapísimo Rick Johnson, creando así aquel maldito acuerdo.
Trabajaba para “Grupo Smith.” Una de las abogadas más jovenes que había alcanzado un buen récord en aquella firma de abogados, siendo muy estimada por su excelente trayectoria, corta, pero importante.
—Samara, ¿estás muy ocupada?
—¿Candy? ¿Pero qué haces llamándome? No me digas que Albert te ha estado molestando aún en tu luna de miel. Porque ahora mismo le llamo para insultarle.
—¿Y tú cómo piensas insultar al jefe?—rió para sus adentros, le hacían falta las ocurrencias de su amiga.—Él no me ha llamado, respetó el tiempo que me tomé para organizar la boda, toda la celebración y la semana y media por la luna de miel, no se trata de Albert. Quiero que llames a ese amigo tuyo, el que hizo que consiguiera tomar el vuelo ese día.
—¿Asher?
—No, el otro. Alaric Jackson.
—No tengo ni idea de quién es. Es amigo de Asher, no mío. Pero llamaré a Asher, para que él le diga. ¿Qué necesitas que le diga?
—Sonará extraño, pero…dile que no le diga a Rick nada de lo que pasó entre nosotros si él lo contacta, que lo evite a toda costa.
—Candy, ¿qué sucede?—Samara se alarmó un poco.
—Ya te dije que iba a sonar extraño y ahora no tengo tiempo de explicarte. No estoy en la luna de miel, encontré a Rick con Lexi. Ya regresé.
—¿Cuál…Lexi?
—Hasta ahora solo conozco a una sola persona con ese estúpido nombre y tú también. Mi hermana y Rick llevaban meses acostándose. Los encontré cuando llegué al hotel. Una cosa llevó a la otra y el alcohol hizo lo suyo, metiéndome a la cama del amigo de tu amigo. ¡Demonios! No sé qué desastre es este. En fin, ambos hemos sido infieles y ahora es una carrera contrarreloj para demostrar la infidelidad del otro. Habla con tu amigo, para que su amigo no hable con Rick, pase lo que pase, pero hazlo de inmediato.
—¿Estás bien?—debió de ser muy fuerte para Candy encontrar su recuente esposo en la cama con su hermana.
—No, no lo estoy.—comenzó a llorar.—Conté todo lo que pasó, pero mis padres no me creyeron. Incluso yo espero despertar de esta pesadilla y seguir viendo a Rick de la manera que antes lo hacía, pero dentro de mí solo va creciendo un terrible odio hacia él. Yo…te juro que me siento capaz de matarlo a los dos. ¿Por qué me hicieron esto? ¿Por qué mi hermana me dejó casarme con él sabiendo que se metía en su cama? ¿Por qué hacerme semejante humillación? Ni siquiera me lo dejó en mi luna de miel, no sé cómo demonios ella o él cambiaron los billetes de avión, pero siento que era todo un plan desde el inicio, se arriesgaron demasiado, confiaban en que yo no llegaría. Samara, aún sigo sin creerme todo esto.
—Lo siento, no lo vimos venir. Pero ¿Lexi? ¿Y qué es eso de que tienen que demostrar la infidelidad del otro? Solo divórciate de ese pendejo cuanto antes, Can.
—La pendeja he sido yo, Samara. Hicimos un acuerdo prematrimonial donde la infidelidad te quitaba la mitad de lo que poseías.
—¡Entonces dejémoslo sin un maldito centavo en el bolsillo! ¡Que sufra ese perro!
—Es que no tengo las pruebas para demostrar que estuvo con Lexi. Pero las conseguiré. Llama a tu amigo, luego al hotel, encuentra la forma de que ten den el nombre de Lexi. Quizás en la reservación o algo así. Sino, tendré que viajar de nuevo allí para intentar conseguir las cámaras de seguridad de esos días.
—Entonces Rick te puede atrapar del mismo modo. Piénsalo. Si ustedes estaban el mismo hotel, llegaron en el mismo vuelo, ¿también llegaron a la vez? Rick podría tener esas cámaras de seguridad y demostrar que tú sí fuiste infiel. La historia suya puede aplicarse a ti.
—¡No me jodas!—los detalles eran ciertos. En esas grabaciones donde ella podía identificar a Lexi y Rick, también aparecería ella, llegando con Alaric Jackson, al mismo tiempo. Con los asientos del avión uno al lado del otro. Se podría decir que ella perdió el anterior vuelo a propósito, para llegar con él. Y luego, en esas mismas grabaciones, estaba su otra llegada con Alaric, quedándose en su habitación hasta casi medio día. Lo que podía jugar a su favor, también jugaba en su contra.—Solo espero que Rick no tenga esas grabaciones.
—Candy, estás en problemas.
—Tengo que colgar ya. Llama a tu amigo. Aunque ahora mismo son más importantes las grabaciones. Intentaré conseguir el pasaporte de Lexi, pero ya no sé si debo arriesgarme a conseguir las grabaciones, incluso si Rick las tiene, sería mejor que yo también las tuviera.
—No sé qué decirte. En vez de ir con tu hermana, deberías de conseguir un vuelo e ir a por esas grabaciones. Yo me encargo del amigo de Asher.
—Gracias, Samara.
—Mucha suerte.
—A estas alturas, ya eso no me sirve.
Una carrera contrarreloj, donde Candy seguía teniendo la desventaja.
Aquellas grabaciones también podrían condenarla.
Tomó su móvil y reservó un billete de avión para dentro de tres horas, único donde había espacio para algo tan rápido.
Solo tomó su bolso con su documentación, pretendía regresar desde que consiguiera las grabaciones.
No se quedaría ni un solo segundo que no fuera necesario en ese lugar donde descubrió la gran mentira de su relación.
Tuvo que tomar un taxi, porque aquella tarde, antes de Rick marcharse, chocó varias veces su coche, dejándolo inservible.
Camino al aeropuerto, recibió un mensaje del señor innombrable.
Rick.
Abrió el mensaje, desatando uno de sus miedos.
Era una foto de ella y Alaric en el bar, muy acaramelados. Ella ni siquiera recordaba eso, pero se distinguía a la perfección ambas figuras.
Debajo de la foto él había escrito algo.
“¿Quieres ver que más tengo o empezarás a mirar tu cuenta para ver de cuánto es la mitad que me corresponde? Te tengo, Candy, Candy. Dulce Candy.”
Cada vez más Candy sabía que su pelea contra Rick estaba perdida.
Él llevaba más pasos por delante de ella.
Le llegó otro mensaje, era un vídeo.
De nuevo Alaric Jackson y ella, esta vez entrando a su habitación.
Rick tenía todas las pruebas.
Solo le faltaba actuar.