FIRE

CAPÍTULO 9

—Este es nuestro equipo— habló el hombre viejo —Ellos estaban ma emocionados por conocerlos en persona, a los gamers que aman el juego que ellos crearon— Los cinco chicos se pusieron de pie y sonrieron alegres.

—Cuando termine la prepararía seré un programador de videojuegos— susurró entusiasmado.

—Pues con las calificaciones que llevas dudo que pases tu examen de ingreso a la universidad— susurre yo.

Él me miró y luego prestó atención a los chicos que se presentaban.

—Yo soy Alex, el Game Designer— hablo el chico más alto. Él era particularmente guapo, por lo bien que le quedaba su atuendo se ejercitaba a menudo y era completamente mi tipo.

—Ros— se presentó la chica —la artista— sonrió orgullosa. La chica tenía el cabello corto y teñido de un rosa llamativo, vestía unos vaqueros negros, blusa blanca y chaqueta negra, me gustaba su estilo.

—Soy Sam— habló el chico de gafas —el programador— su aura decía que era todo un nerd, su atuendo no resaltaba mucho y también parecía muy antisocial, no me sorprendería que solo hablara con la chica o incluso solo se centrara en su trabajo sin siquiera hablar con ellos.

—Liam— habló el de piel bronceada —trabajo en el diseño de audio— si tenía que describirlo pues este sería el típico f**k boy de la escuela. Su cuerpo estaba definido, parecía todo un modelo profesional, su ropa era casual, pero lucia genial.

—Y creo que soy la última— hablo la chica más baja —Yo me encargo de la animación, claro que si— ella era más como Raquel, chica extrovertida, divertida y con secretos. Su vestido le lucia genial, pese a que no era el estereotipo masculino.

—Bien— habló el viejo —Ya que mis muchachos se presentaron es hora de que pasemos al simulador— dio la vuelta y comenzó a caminar.

Los chicos caminaron detrás de él. Simón me tomó la mano y me jalo. Caminó apurado y me llevaba casi corriendo. Quería saber ya cómo era la simulación, conocer por completo las instalaciones.

—Ve despacio, Simón— hable ya que aún había tiempo.

Él me miró y se disminuyó la velocidad de sus pasos —Si— susurró.

—Estas muy emocionado, pero aún hay tiempo para conocer todo el lugar— lo mire y sonreí.

—Tienes razón— sonrió al igual que yo.

—Entonces vallamos despacio— dije y continué caminado.

Él me siguió y seguimos caminado hasta llegar al lugar donde se encontraba el simulador.

—Este espacio es el trabajo y esfuerzo de muchos años— hablo el viejo —Durante cinco años estuvimos trabajando en el juego de realidad virtual "FIRE 2.0" Es el mejor de todos los tiempos y ustedes seran los primeros en presenciarlo.

El lugar era enorme, con trajes especiales, o eso era lo que parecían. No había forma de describirlo. Nunca antes había visto algo así, me gustaban los videojuegos, pero no este tipo de videojuegos. Preferiría jugar los juegos que juega mi mamá antes que jugar uno de estos.

—Esto es genial— dijo Simón.

—Jamás había visto algo así— hablé en un susurro.

—Yo tampoco— ambos nos miramos y reímos a lo bajo.

—Ahora ¿Quienes serán los primeros en participar?— el viejo nos miró a todos.

—El está emocionado— tome la mano de Simón y la levante —Estaría encantado en presenciar en carne propia la nueva tecnología de Fire— hable.

Simón solo me miró y luego miró al frente.

—Genial, tenemos al primer voluntario— dijo el viejo —Algún otro, o ¿los escojo a la suerte?— volvió a mirarnos.

Varios chicos levantaron la mano, entre ellos estaba el hombre al que Simón le pediría su autógrafo, también se había ofrecido la chica que lo acompañaba.

—Ven— Simón me tomó el brazo —Será divertido— me miró emocionado.

—Está bien, ve solo— me negué. —Te esperaré aquí.

—¿Seguro?

—Si, te veré desde aquí.

—Está bien, te veo en un rato— su rostro estaba aún más feliz que al comienzo.

—Suerte— claro que la necesitaría. No negaba que él fuera malo, pero es que se enfrentaría a oponentes qué tal vez controlaban esa tecnología a la perfección.

El viejo los llamo y Simón se fue junto a los demás voluntarios. Unos hombres los ayudaron a colocarse el equipo y después de un rato la simulación comenzó.

Un pequeño video se mostró en las pantallas, supongo que los chicos que entraron al juego también la veía porque no parecían estar jugando.

—Fire 2.0 es el nuevo juego de realidad virtual que te brindará una de las mejores experiencias. Nuestra tecnología es única. Todo lo que necesitas está aquí, ven y disfruta.

El video se terminó y de inmediato la pantalla mostró la arena en la que los jugadores pelearían. La pantalla contó en cuanta regresiva y el juego comenzó.

Tan pronto como comenzó algunos de los jugadores quedaron eliminados. No le tome atención, pero Simón fue uno de los que quedaron en el top cinco. Lucho con todo su esfuerzo, pero termino perdiendo contra su ídolo.

Al final solo hubo un ganador, la partida estuvo reñida ya que ninguno de los dos finalistas planeaba perder, pero al final el mejor ganó.

Los asistentes ayudaron a quitar los trajes y Simón volvió conmigo —¿Cómo estuvo?

—Genial— levante mi dedo pulgar para aprobarlo. —Te esforzaste.

—Si— me miró —Hubiera preferido que estuvieras conmigo, así tal vez habría ganado— rió.

—No lo creo, estos juegos no son mi tipo— me cruce de brazos —Prefiero algo más tranquilo.

—Bien— habló el viejo después de un rato. —Ahora que hemos conocido la mayor parte de nuestras instalaciones es momento de divertirnos. Vallamos todos al mejor restaurante de la ciudad— salió de la enorme habitación y seguido de él todos nosotros también lo hicimos.

Bajamos hasta la planta baja y salimos del edificio, después subimos al autobús y tomamos nuestros lugares. El chofer se arrancó y comenzó a manejar en dirección al restaurante.

—¿Te diviertes?— preguntó Simón.

—Hum— alce los hombros. —Preferiría estar en casa leyendo o haciendo cualquier cosa.

—Ah.

—Pero eso no quiere decir que no me haya gustado venir. El lugar es agradable y acogedor— eso era cierto, me sentía bien estando aquí.

No sabía claramente por qué, pero me sentía bien cuando Simón estaba cerca de mi. A lo mejor era porque fuimos amigos y convivimos por mucho tiempo, tal vez era porque él era el único con el que pude ser yo mismo.