FIRE

CAPÍTULO 10

—¿Qué se te antoja para la cena?— pregunto mi papá, mientras caminábamos por la banqueta. Estábamos volviendo de mi entrenamiento de Fútbol.

—No lo se, unas hamburguesas— respondí a su pregunta.

—Eso no es sano para tu salud— hablo el gran médico.

—Pues podemos cenar chuletas o costillas. Llama a mamá y pregúntale a ella que se le antoja.

—¿Crees que ya volvió de su tarde de chicas?

—Supongo que si, y si no podemos esperarla para cenar con ella— lo mire.

—Tienes razón— caminó un poco más rápido —Vamos al súper a comprar los ingredientes y sorprendámosla.

Asentí y comencé a correr —Andando, pa. Tenemos que llegar a casa antes que ella.

Llegamos al súper y compramos los ingredientes. De regreso a casa un hombre con capucha se interpuso en nuestro camino, se acercó más de la cuenta a mi papá y sacó de dentro de su chaqueta un arma, colocó el arma en el abdomen de mi papá, tomó su hombro y luego susurró algo en su oído.

—No nos hagas daño— me miró preocupado —Te daré todo, pero no nos lastimes.

—Apresúrate— el hombre se encontraba nervioso, en cualquier miento un policía vendría y nos salvaría.

O eso fue lo que pensé antes de escuchar el disparo. Mi padre se resistió al asalto, traía consigo el collar que mi mamá le había regalado en su aniversario de bodas y se negó a entregárselo.

El primer disparo hizo que las bolsas de la cena que mi papá llevaba en las manos cayeran al suelo.

Un disparo, dos, tres y al cuarto tire las cosas que yo llevaba en mis manos, mire la escena de cerca. El hombre descargó la pistola en el cuerpo de mi padre, estampando las balas en distintas partes de su cuerpo.

El asaltante le quitó la cadena y huyó junto con todo el botín que había obtenido de mi papá.

Mi papá cayó al suelo y rápidamente corrí hacia él —Pá— lo llame.

—Dile a mamá que lo siento— susurró y cerró los ojos.

(...)

Di un brinco y desperté. Estaba fuera de mi cama y la habitación en la que me encontraba era irreconocible. Trate de ponerme de pie, pero la cabeza me daba vueltas.

—¡SIMÓN!— lo llame.

Si esto era una broma, en serio que se había excedido.

Al poco rato de haber despertado el mareo cesó y por fin pudo ponerme de pie, camine hasta la ventana, la cual no me daba ni una pista de donde estaba. La habitación estaba vacía y solo una cama una mesa de acero y un televisor se encontraban ahí.

Me dirigí a la puerta, pero esta estaba cerrada por fuera. No había forma de escapar. —Hay no— susurré. Comenzaba a entrar en pánico, mi respiración estaba agitada y mi cuerpo comenzó a temblar —¡SIMÓN!— volví a llamarlo, tal vez con suerte esta vez lograría escucharme —¡SÁCAME DE AQUÍ!— comencé a golpear la puerta —¡ESTO NO ES DIVERTIDO!

Continué golpeando la puerta por al menos una hora, pero a pesar de todos esos intentos nadie vino por mi. Las lagrimas caían mientras los gritos salían, pero nadie venía.

Al poco rato dejé de intentarlo y regrese a la cama, me senté en el borde y me quede estático ahí, tenía fe de que alguien vendría pronto para rescatarme de este lugar.

Los recuerdos de la noche anterior eran borrosos y después de terminar la cena todo se nubló y no recuerdo nada hasta esta mañana.

El televisor se encendió solo, así que me sorprendí, mire en la dirección donde se encontraba y puse atención a lo que emitía.

—Bienvenidos sean al proyecto Fire. Agradecemos mucho su presencia. Fire reinvento la historia de los juegos en línea, pero el proyecto Fire es una de las mejores experiencias que cualquier soldado desea. Armas y sangre, vive la mejor de las experiencias.— después de eso el logo de una serpiente enredada a un arma apareció y así permaneció hasta que la música terminó.

La televisión se apagó y la puerta se abrió. Me levante de la cama al ver que la puerta se abría, corrí rápidamente para poder escapar de esta pesadilla, pero un hombre uniformado entró con ropa, al lado de otro.

Ambos me detuvieron e impidieron que yo pudiera salir. Me devolvieron adentro y aunque forcejee ellos no me dejaron ir —Vístete— me entregaron la ropa y pusieron las armas en la mesa de acero.

Seguido de eso salieron de la habitación y la puerta volvió a estar cerrada. ¿Que debía hacer ahora? ¿Que iba a pasar conmigo?

Tome la ropa y la examine, esta era un uniforme militar. Diferente al de los hombres, pero con la insignia de la serpiente en el pecho. Me la puse sobre la ropa que llevaba puesta y espere a que ellos volvieran a entrar.

No pasó mucho tiempo desde que ellos salieron, justo cuando termine de cambiarme ellos entraron con un chaleco antibalas, mismo que me hicieron poner.

—Síguenos— hablo un de los dos hombres.

Yo asentí y caminé hasta la puerta, con un poco de temor. Salí de la habitación, un hombre iba frente mío y el otro iba detrás así evitarían que yo pudiera huir.

Me guiaron hasta una enorme habitación, en donde se encontraban la mayoría de los chicos que habían venido al evento.

Entramos y me posicionaron en un lugar cerca de la entrada. Todos nosotros nos encontrábamos nerviosos y confundidos, los rostros de algunos chicos estaban asustados. Podía estar seguro de que todos despertamos dentro de las habitaciones sin siquiera saber cómo carajo llegamos hasta aquí.

Busque a Simón con la vista, pero me fue inútil, ya que no lo encontré, no estaba aquí.

La n hombre con máscara entro a la habitación y se paró frente a los que nos encontrábamos aquí. —Bienvenidos sean todos ustedes, a este mi juego— hablo entonando su voz —El proyecto Fire se asemeja al juego del depredador, seguramente ya han escuchado hablar de él y los son no les daré una breve explicación— levantó sus manos —El proyecto Fire consiste en un depredador y una presa y déjenme decirles que ustedes son la presa, en este juego deben acabar con su depredador para poder ganar.

—¿Qué es este lugar?— preguntó uno de los que ahí nos encontrábamos —¿Por qué estamos aquí?

—Esto es el proyecto Fire— respondió el hombre de la máscara —Y están aquí para jugar mi juego— el hombre se giró y salió de la habitación.

Seguido de eso los hombres uniformados nos sacaron de ahí y nos llevaron a través del corredor, hasta llegar a la salida del lugar.

Una vez fuera observé mi entorno.

¿Qué era esto? ¿Por qué nos encontrábamos en una isla?

¿Qué se supone que aremos ahora?