Capitulo cinco

935 Words
La escucho reír y volteo el rostro para mirarla, no puedo concentrarme en el trabajo con ella sonriendo en la misma habitación. - Este libro es muy gracioso. - Pero también tiene su drama. Su sonrisa desaparece y se preocupa. - ¿Muere algún personaje? - No, bueno, solo secundarios. Su rostro se relaja y continua con su lectura, me encantaría preguntarle por qué página va pero me abstengo y continúo trabajando, un imperio de la mafia no es nada fácil de manejar, sobre todo con tantos enemigos. Escucho el sonido de la puerta al ser golpeada levemente y contesto con un cortante adelante, entra James a la habitación. - Lamento si lo interrumpí señor pero hay algo muy importante que tengo que decirle. - observa a Khristeen con incomodidad. - Dime. - ¿No sería mejor decircelo a solas? Volteo hacía Khristeen y le hago una seña con la cabeza, como diciéndole que se retire. - Bien, me agradabas James, me agradabas. - toma el libro y se va mirando acusadoramente a James, yo solo contengo una risa al ver la escena. Cuando se va Khristeen dirijo toda mi atención hacía el nervioso hombre que tengo frente a mi. - Dime James. - Hemos descubierto que la señorita Anne era una espía, eso ha ayudado a los italianos dándoles ventaja en el negocio, tienen bastante información suya señor. Maldita perra. Sabía que había algo raro en ella, una mujer que todo el tiempo quería tener sexo casualmente en mi despacho era extraño, pero siempre ignore eso ya que yo también quería follar. No voy a negar que tenía un muy buen cuerpo pero ¿neuronas? nunca las note, ahora veo que solo era una puta mascara en ella. Conocí a Anne en una reunión que se llevo a cabo en un casino de Las Vegas, al principio creí que solo era casualidad pero ahora me doy cuenta que en esa puta reunión también estaban los italianos, todo fue un puto plan. - Búscala, tráela engañada y yo la llevaré personalmente al sótano para acabar con ella. Le daremos un muy hermoso obsequio a los italianos hijos de puta. - El señor Leduc quiere verlo mañana por la tarde. - ¿Te ha dicho que quiere? - Solo que tiene información que le servirá de mucho. - Bien, retírate, quiero estar solo. Adrien Leduc, un viejo amigo, jefe de su propio negocio en la mafia al igual que yo, sus mayores rivales son los italianos y eso hace que una felicidad se apodere de todo mi ser, quizá tiene algo importante para decirme sobre ellos y que me sirva de ayuda. Observo con deseo la botella de vodka sobre la pequeña mesa que se encuentra en la esquina de mi despacho, me acerco a ella y tomando aquel vaso de vidrio que se encontraba a su lado vuelco el vodka allí, tomo de un solo trago y el liquido quema al pasar por mi garganta. Dentro de unas cuantas horas ya me encuentro completamente ebrio sentado en el suelo con la botella de vodka más una de ron y una de whisky a mi alrededor. Veo doble y me rio de todo a mi alrededor, inclusive el arma me resulta graciosa. La muerte es divertida. La puerta se abre y tras de ella aparece Khristeen que al verme su ceño se frunce. - ¿Que haces Nathan? - Solo observo. Ella se ríe. - Estas ebrio. - No, no lo estoy. - hablo arrastrando las palabras. - Ven. - intenta levantarme del suelo pero se le hace imposible. - ¿puedes ayudarme? - Si. Con mis piernas la ayudo a levantarme del suelo y cuando ya me encuentro en pie ella me sostiene y me hace caminar hasta salir del despacho. - Eres muy hermosa. Observo como su rostro toma un leve rubor. - Gracias. - ¿Solo gracias? ¿Ni un besito? - se ríe. - oye, no es gracioso. - No hay besito por que estas ebrio y no me aprovecharé de eso, aparte, no eres mi tipo. Auch. Eso dolió. Justo en mi hombría. - Tú si eres mi tipo. - Le digo. Casi me caigo cuando estabamos a punto de subir las escaleras. - Deja de delirar por favor, pensé que eras responsable. - Tú padre aveces dice que me comporto como un adolescente. - No puedo estar más de acuerdo con él. Hace fuerzas para intentar subirme por las escaleras y como puedo la ayudo, no estoy en mis cinco sentidos y es complicado que mis piernas me respondan. Veo doble aparte y no se si el escalon que voy a pisar es de verdad o es mi imaginación. Esto es tan gracioso. Llegamos con dificultad al segundo piso y ella al llegar a mi habitación me lleva a la cama y me empuja en ella. - Si, sabía que si era tú tipo. - le digo. - No lo eres, solo quiero que duermas así se te pasa lo ebrio. - Le botella de vodka se veía sexy. - ¿Y la de Ron y Whisky también? - Hice un buen cuarteto. Ella se ríe mientras saca mis zapatillas, luego se sube en la cama y me acomoda en ella. Intento tocar uno de sus senos y ella me golpea. - Auch. - No toques, podrías terminar sin mano. - ¿Es eso una amenaza? Yo soy Nathan Zhadá... - Zhadánov, ya se tu nombre imbécil. Me rió y de repente me siento cansado por lo que cierro mis ojos. 》Eres más imbécil de lo normal estando ebrio.
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