Capitulo cuatro

1148 Words
Me acerco a ellos y volteo en mi dirección al hombre, de un golpe cae al suelo. - ¿Que demonios te pasa? Ignoro sus palabras y la tomo del brazo para sacarla de la casa. - ¡Hey! Amigo, estaba divirtiéndome. Suelto a Khristeen y me acerco al tipo. - ¿Por qué no te mejoro la diversión? El primer golpe lo doy yo, luego el comienza a devolvérmelos pero una nariz sangrando no es nada comparado con los huesos rotos que él debe de tener. Soy un hombre que fue entrenado toda su vida para pelear y este niño no es rival para mi. - Nathan ya suéltalo ¡vas a matarlo! Lo suelto bruscamente haciendo que su cabeza golpeé fuertemente con el suelo. - Nosotros nos vamos. Vuelvo a tomar su mano y esta vez no se resiste, sabe muy bien que estoy furioso y lo mejor será no provocarme, salimos de esa estúpida fiesta y la subo al auto con algo de fuerza pero ella no protesta. Me monto yo también y emprendo camino hacía la casa, en el camino le mando un mensaje a James de que cancelen la búsqueda que ya la encontré. - ¿Estas enfadado conmigo? - ¿Tú que crees? Estaciono frente a la casa y me bajo del auto caminando lo más rápido posible hasta adentrarme en ella y comienzo a subir las escaleras. - ¡No seas idiota! ¡No puedes enfadarte conmigo por eso! No tienes derecho de hacerlo. Me volteo completamente serio y la observo con el gesto más duro que se me es posible. - ¿Acabas de llamarme idiota? Y si, si tengo el derecho de enfadarme porque tu padre me dejo a tu cargo en lo que el no se encontraba en la ciudad. - Si, lo hice, te llame idiota y ya soy mayor de edad, puedo hacer las cosas por mi misma y que me valga mierda todo lo que me digan o las consecuencias, después de todo, soy la hija de Fredek Medvédev. - Pues compórtate como tal, no arriesgues tu puta vida de esa forma. - ¡Era una fiesta! No un tiroteo. - Eres la hija de un mafioso, uno de los más importantes de toda Rusia, debes de proteger tu estúpida identidad ¿lo sabes cierto? Tu padre tiene muchos enemigos ¿Y si alguno de ellos estaban en esa fiesta y te reconocía? ¿no te pusiste a pensar en eso? - No, pero no paso así por lo que no tienes de que preocuparte, mi padre no se enfadará por qué no se enterará de esto. Pasa por mi lado intentando subir las escaleras pero la tomo del brazo, ella me observa seria. - Tu padre se enterará, debe de saber la hija irresponsable que tiene. La suelto y bajo las escaleras, no deseo dormir por lo que lo mejor sería enfocarme en el trabajo y en el estúpido caso de los italianos. Ya en el despacho suena mi teléfono celular, observo la pantalla y una pequeña mueca se forma en mi rostro, contesto. - Zhadánov. - Si, ya se que eres Zhadánov, yo también lo soy. - Te extrañe tanto Caleb. - hablo con sarcasmo. - Y yo a ti hermanito. - ¿Como van las cosas en Estados Unidos? Mande a Caleb a vivir en aquel país ya que quería mantenerlo alejado del asunto de la mafia y que simplemente se dedique a otra cosa, pero él insistió y es mi espía allí, por si a la mafia estadounidense se le ocurre traicionarme. Hice lo que mamá querría al menos con él, a mi madre no le gustaba este negocio por lo que decidí cumplir su deseo al menos con Caleb, yo ya estoy metido hasta las narices en este negocio de mierda. - Bien, los estadounidenses se portan bastante bien conmigo, sobre todo las chicas. Suelto una risa. - Tú siempre tan casanova, yo tengo un pequeño problema aquí. - ¿Un problema con un par de pechos y una v****a? - ¡Caleb! Si, pero no lo digas de esa forma, se llama Khristeen, es la hija de Fredek. - ¿Fredek tiene una hija? - Si, yo me entere hace poco, es muy hermosa y esta viviendo en casa hasta que Fredek vuelva de su viaje. Escucho un silbido del otro lado de la línea y pongo los ojos en blanco. - ¿La haz metido en tu cama? - Por supuesto que no, siento respeto hacía Fredek, claro que no lo haría. - En algún momento lo harás Nathan, no eres de piedra. Continúo hablando de diversas cosas sin importancia con mi hermano y al final cuelgo avisándole que lo llamaré pronto. Subo a la segunda planta y antes de entrar a mi habitación observo la de Khristeen, tengo el deseo de entrar y ver si ya esta dormida pero me abstengo y entro en la mía, me pongo mi ropa para dormir y me recuesto en mi cama. Este es mi momento del día favorito. Dormir. (...) A la mañana siguiente ignoro a Khristeen durante todo el desayuno, ella dice cosas en inglés pero yo no la entiendo ya que no se ese idioma pero supongo que esta insultándome. - ¿Puedes dejar de ignorarme? Continúo comiendo mi desayuno para después levantarme de mi asiento y salir de la cocina en dirección al despacho pero su pequeña mano toma mi brazo. - ¿Puedes al menos escucharme? Solo quiero pedirte perdón, estuve mal al escaparme. Suspiro y me volteo, la miro fijamente. - Te perdono pero que no se vuelva a repetir porqué le prometí a tu padre que te cuidaría y ¡saltaste del segundo piso! Seguramente casi te matas. - Pero no me mate, mira, estoy bien, en el internado me enseñaron diversas cosas que me sirven en la actualidad y para sobrevivir en este negocio. Le sonrío levemente. - Pues me gustaría saber que más te enseñaron en ese internado, no es muy normal creo. - Era un internado especial que me busco papá. - ¿Por qué teñiste tu cabello? Esa pregunta viene rondando en mi cabeza desde que la vi cuando llego a mi casa. - Necesitaba un cambio, aparte de que el rojo era un color muy llamativo. - ¿Era tu color natural? - Lo era. Veo que no quiere hablar más del tema por lo que mejor dejo de hacer preguntas. - Iré al despacho a trabajar. - ¿Tienes una biblioteca? Me sorprende su pregunta pero lo disimulo. - Si, en el despacho ¿por qué? Sus ojos brillan. - ¿Puedo ir contigo entonces? Asiento extrañado, nunca creí que le gustaran los libros ya que la veo como una mujer a la que le fascina la moda. En definitiva tengo que conocer aún más a esta mocosa.
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