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Además de separar nuestros homerooms entre ciencias y humanidades, pues nos dieron la tarea de elegir otra vez, pero esta vez entre dos artes: visuales y musicales. Recuerdo que te quejaste mucho al respecto, que decías que era ridículo que nos hicieran escoger lo uno o lo otro porque ambas artes eran igual de necesarias. “Necesarias para perder el tiempo y divertirte con tus amigos” recuerdo que solías decir a modo de broma pero sé que en realidad lo decías en serio y ahora lo entiendo. Siempre supiste cosas que yo aprendí hace muy poco como lo es que todos necesitan de un poco de arte en sus vidas y que lo mejor es que lo hagan todo para no sentir que tienen nada. O tal vez lo decías para tener menos horas de matemáticas. Y la verdad no me sorprendía que así fuera, nunca fuiste buena con los números. Yo elegí música porque no se me da bien dibujar, no puedo decir lo mismo de ti. A pesar de que dices que tus trabajos son basura, para mí se ven increíbles, todos opinan lo mismo. Tienes un don con los lápices y la pintura, pero veo que no dedicaste tu vida a eso, que nunca fue algo en lo que te viste muy metida. Que sí, era divertido pero no lo suficiente como para entregar tu vida a ello. Pero ahora vives de lo que amas y eres excelente haciéndolo. ¿No me crees? No sé por qué eres tan crítica contigo misma. Es algo que nadie nunca podrá cambiar en ti. Como sea, recuerdo que los salones de arte y música estaban en otro edificio al habitual de la escuela. Bien, no era un edificio, era una casucha a medio abandonar y de hecho creo que hubiera estado abandonada de no ser porque el profesor de música vivía ahí (al menos según los rumores. Aunque no dudo que hubieran sido reales ¿Acaso no te acuerdas de todas las veces que lo vimos andar en pijama por ahí ahuyentando a los de primaria para que dejaran de molestarlo?). Para llegar allí teníamos que caminar bastante. No quiero ni recordarte cómo era cuando llovía y resultabas ser el tonto que no llevaba paraguas ese día. Un día de esos mientras que caminábamos hacia nuestros respectivos salones para ir a hacer música y arte te pregunté si Emily preguntó por mí. Me miraste con lastima y luego, curvaste una sonrisa. -Por supuesto que preguntó por ti. Creías que era un tonto, que una sonrisa y una mirada consoladora me harían ignorar el tiempo que te tomó responder porque claramente no tenías una respuesta preparada ni sabías que te preguntaría por ella. No eras buena mintiendo en esos tiempos ¿Acaso eres mejor ahora? ¿Has adquirido práctica? No me respondas, prefiero vivir con la incertidumbre y descubrirlo por mí mismo como cuando supe en ese mismo segundo que mentías porque obviamente ninguna chica como Emily preguntaría por alguien como yo. No importa, lo que sí lo hizo es que me dolió. Y me dolió bastante mal.
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