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2363 Words
No pude evitar llorar durante toda la noche, me duché más de una vez intentando quitarme el asco que siento. Me siento sucia, asqueada de mí misma y aunque odio admitirlo, me siento culpable. Fui demasiado ingenua y me puse en peligro. Nunca debí confiar en Aarón y mucho menos en Lucas, los dos son unos desgraciados que nunca han ocultado lo mucho que les desagrado. Cuando terminé de ducharme, cepillé mi cabello y me coloqué el uniforme del colegio. Al verme en el espejo, noté que estoy llena de chupones y por eso tuve que maquillarme para ocultarlo. De solo recordar que ese cerdo me besó y tocó en todas partes, solo deseo arrancarme la piel, la cual siento que quema. Me dirigí caminando al colegio porque necesito pensar qué hacer. Quisiera denunciar a Lucas pero no creo que nadie me crea y seguramente mi padre me culparía a mí. No sé si mamá me apoyaría porque ella siempre hace lo que él quiere. Salí de mis pensamientos en cuanto alguien se acercó a mí y ese alguien es Aarón, quien bajó de su carro para acercarse a mí. —¿Te llevo a clases? —Me ofrece con una sonrisa. Él me debe una explicación y al verlo, no puedo controlarme, se me fue la timidez y lo golpeé en la cara con toda mi fuerza. —¡Qué te pasa, loca! —Me asesina con la mirada y se frota la mejilla. —¡Eres una basura! ¡Siempre he sabido que te caigo mal pero esto es demasiado! —No logro contener mis lágrimas. —¿De qué estás hablando, Sofía? Tú no me caes mal, tú…. —Ya no caeré en tus mentiras, eres un asco de persona, pero pensé que tenías límites. —Deja de gritar y explícame —De verdad parece confundido. —Me citaste en su casa para que él pueda violarme. —Yo no te cité en ningún lugar. Abrí mi cartera y saqué el papel, luego se lo enseñé; él comenzó a leerlo y noté que frunció el ceño. —Esta no es mi letra, es la de Lucas. Él la imita a la perfección. No entiendo cómo pude ser tan torpe, pero no me ciego y sé que Aarón tuvo algo que ver con todo lo que ocurrió. —¿Entonces, por qué me invitaste a salir? Él se encogió de hombros —Era una apuesta, quien perdía el partido de fútbol debía invitarte a salir y yo perdí. Por supuesto, no iba a salir contigo, te lo iba a decir hoy. Estoy haciendo un gran esfuerzo para no asesinarlos a los dos y contener mis lágrimas porque no quiero que me vean llorar. —Todo fue idea de Lucas. Claro, Aarón me ilusiona, Lucas me envía la nota para citarme en su casa y aprovecharse de mí. —Y tú caíste. Si se me vuelve a acercar, le digo todo a Sharon y a la policía, ¿entendido? —Sí, perdón, nunca quise ponerte en peligro, Sofí —Él se intenta acercar a mí pero yo me alejo. En cuanto me fui, dejé caer todas mis lágrimas contenidas, solo fui una tonta apuesta, debí suponerlo porque él nunca se fijaría en alguien como yo. Los días transcurrieron rápidamente, Lucas no me ha vuelto a molestar porque creo que Aarón habló con él, de hecho hay varios testigos de cuando lo golpeó en el entrenamiento de fútbol. Obviamente no me parece heroico ni se lo agradecí porque es lo menos que puede hacer después de lo que provocó. No le he dicho a nadie lo que me ocurrió ni siquiera a mi madre o a Rocío, simplemente quiero olvidarlo. Hoy es sábado y mis padres se fueron a visitar a unos familiares fuera de la ciudad, por eso mi hermana ha organizado una fiesta. Estoy en mi habitación pero desde aquí puedo escuchar el sonido de la música, los gritos de mis compañeros del colegio y desde mi ventana observo las luces. Me acabo de duchar, cepillar mis dientes, colocarme mi pijama, el cual consiste en un short color blanco y una remera color rosa con corazones, sin sujetador. Antes de dormir quiero leer un libro pero mi lectura fue interrumpida por dos personas indeseables. —Baja, Sofía —Me exige Sharon, quien ya está maquillada impecablemente y posee un vestido corto color n***o. —No quiero —rodeo los ojos. —Qué niña —ríe. Aarón simplemente me mira de arriba abajo, lo cual noto que enfada a Sharon. No entiendo en qué les afecta que yo me quede en mi cuarto. —Cámbiate y baja, Sofía. —Vamos, Sofía, no seas aburrida. —No bajaré, estoy perfecta acá. —Haz lo tuyo, amor. En un rápido movimiento él me cargó en brazos, logrando que tenga una vista del suelo. Le tengo miedo a las alturas y Aarón es prácticamente una montaña. —Bájame —le grité, pero él me ignoró. Mi cruel hermana simplemente ríe y cerró con llave mi habitación: —Yo tengo las llaves y no te las daré hasta que te diviertas. Cuando quiere, Sharon es buena hermana, somos diferentes, pero ¿quién no? Está bien, lo intentaré por ella; después de todo, no moriré por asistir a una fiesta. Logré reflexionar mientras mi cuñado bajaba las escaleras conmigo en brazos. En cuanto llegamos a la sala, noté que mi casa está repleta de mis compañeros del colegio y también muchachos que se ven mayores. — Pesas —dice él bajándome y bufando como si yo fuera un costal de papas. —Tienes para elegir —me dice Sharon refiriéndose a los muchachos. Ahora entiendo que mi hermana me quiere buscar pareja, pero que no sueñe que voy a salir con alguno de sus amigos. La mayoría son insoportables y me molestan desde que tengo uso de razón; me haría lesbiana o la señora de los gatos antes de salir con alguno de esos brutos. Ellos simplemente se alejaron para socializar con los demás invitados. No saludaré a nadie porque todos me miran como bicho raro, no sé si será porque estoy en pijama o por mi apariencia. Cuando unos muchachos comenzaron a señalarme y reírse, entendí el motivo de sus risas. Simplemente cubrí mis pechos con las manos y me alejé hacia el lugar en el que están las bebidas, necesito tomar algo para pasar este momento incómodo. En segundos sentí que alguien me cubría con una sudadera. Sin voltearme, la tomé y me la coloqué. Me voltee para agradecerle, pero cuando lo miré, me arrepentí de aceptar su ayuda. Se trata del segundo mejor amigo de Aarón. Thiago no es tan desagradable como Lucas, pero eso no lo hace mejor persona. A mí nunca me ha insultado, pero no quita que se ríe cuando alguien más lo hace. Seguramente esto es otra de sus bromas y ya no quiero ser parte de esto. Él tiene el cabello oscuro al igual que sus ojos y es más pequeño de estatura que sus amigos, pero también es muy guapo. —No, gracias —Intento quitarme la sudadera, pero él me detiene. —Quédatela, Sofía. —Creí que no sabías mi nombre. Dime, ¿también participaste en el partido de fútbol y perdiste? Por eso tienes que hablarle a la rara. —No participé en esas apuestas. —Seguramente —rodeé los ojos. —Es la verdad. Y dime, ¿por qué tienes esa cara? —Estoy aquí en contra de mi voluntad. —Es decir, secuestro —él intenta bromear. —Algo así. —También odio las fiestas, vamos afuera —me propone. De todas formas iba a salir al jardín, pero no sé si deba confiar en él y mucho menos estar a solas. Al menos acá hay testigos. —Mejor no, estoy ocupada vigilando quién se cae primero. No son ni las dos de la mañana y la mayoría están ebrios. ¿Cómo pueden beber tanto? Él ríe. —Vamos. Simplemente acepté su propuesta y me alejé hacia la parte del jardín con él. Esta es mi parte favorita de la casa porque desde pequeña ayudé a mi madre con la jardinería y me gustan mucho las plantas. —¿Por qué no habíamos hablado antes? Es verdad que él antes me ha hablado, pero yo siempre lo ignoro, como lo hago con Lucas, porque sé que con ellos nunca me espera algo bueno. —Porque eres amigo de los patanes de Aarón y Lucas, por lo tanto, pensé que eras igual a ellos. —En ese caso, tú eres hermana de Sharon y yo pensé que eras igual de hueca y superficial. Supongo que tiene razón y no se debería juzgar a una persona por sus amistades. —Vamos a tomar algo —le propongo. —Bien —él asiente. Nunca soy sociable, y menos con amigos de Aarón, pero Thiago parece un buen chico. Además, a alguien que conozco le encanta este chico y necesito obtener información de él. Durante dos horas hablamos de tonterías y bebimos diferentes bebidas. A mí me encantan las mezclas dulces, no soporto la cerveza porque no tiene sabor, en mi opinión. Dejé de reírme cuando noté que Lucas se está acercando a nosotros. Debo decir que no se ve nada feliz. —¡¿Qué haces con ella?! —Prácticamente le grita a su amigo. El tomado Thiago ríe. —¿Desde cuándo te rindo cuentas? —¡Mejor lárgate! ¡No tienes nada que hacer en mi casa! Él furioso jala mi brazo y me asesina con la mirada—¡Yo vengo a tu casa las veces que quiera, Sofía! —No seas pesado —Le pide su amigo —Prueba esto— Él me exige acercando una copa hacia mí. Tal vez tiene algo para drogarme y abusar de mí o matarme. ¿Quién aceptaría una bebida del tipo que quiso abusar de ti? —De ti no aceptaría ni agua — Cuando él intentó obligarme a beber, simplemente forcejeé con él y logré que la copa se cayera al suelo, por lo cual reí. —Bicho raro. —Te buscan por allá —le dijo Thiago señalando la salida del lugar. —Lo raro se pega, amigo. —Y lo imbécil —le respondí. —¡Lucas, ven! —lo llamó Aarón de lejos, por lo cual él nos lanzó una última mirada asesina y se marchó. —No le prestes atención. ¿Qué es esa cosa rara que preparaste? —pregunté. —Solo mezclé todo, no es lo que se hace. Tengo cero experiencia en alcohol, la verdad. —Horrible —él hizo una mueca cuando dio un sorbo, lo cual provocó mis risas. —No acepto demandas. Ya han transcurrido varias horas, está a punto de amanecer, varios de los invitados se han marchado y otros se caen de borrachos pero siguen bailando. —Mis llaves —le pedí a mi hermana acercándome a ella, quien sigue bebiendo. —Es temprano. Simplemente rodée los ojos, pero no pude hacerle un berrinche porque alguien jaló mi brazo hacia atrás y tomó mi cintura, pegándome a él. —Basta, Aarón. —Vamos, cuñadita —no me dio tiempo a negarme cuando se pegó a mí para bailar. Es evidente que está muy tomado porque siento su aliento alcohólico, y de hecho lo sentiría a kilómetros de distancia. Siempre he querido bailar con él, pero no así. —¿Qué ocurrió con Thiago? Los vi muy juntos —me preguntó levantando el tono de voz para que lo escuchara sobre la ruidosa música. —Me dejarás sorda —técnicamente me está gritando en el oído. —¡A este paso me dejarás sin amigos! Te he dicho que no te acerques a ellos. No entiendo a este hombre. Es verdad que me ha dicho que no me acerque a sus amigos, pero hace unas horas él y Sharon me dieron a entender que me buscarían pareja. —A Lucas lo odio y Thiago es solo un amigo, no alucines, Aarón. —Más te vale, Sofía —él me pegó más a él y reposó sus manos en mi trasero. No me controlé y lo pisé con toda mi fuerza, por lo cual él se quejó. —Ves, no sé bailar. Mejor ve con Sharon —me alejé de él, pero él me volvió a agarrar. En un rápido movimiento me cargó en brazos. Creo que no está tan tomado como pensé porque nos habríamos caído los dos. —Así está mejor. Debí sostenerme de su cabello, porque si no lo hago, estoy segura de que caería al suelo y me daría un buen golpe. —Nos vamos a caer. Siento que mi corazón se acelera al tenerlo a centímetros de mí. También siento el deseo de darle un beso, por eso sé que estoy actuando mal. Él es el novio de mi hermana, y yo permito que se acerque a mí de esta forma. —Haz fondo blanco y te doy tus llaves —él me bajó cuando notamos que Sharon se está acercando a nosotros. Nos lanzó una mirada asesina, pero lo disimuló a la perfección. Debido a los nervios, no lo pensé y comencé a beber el fondo blanco. —Vamos, Sofía —me gritó Aarón. —Sabe horrible, pero dame más —intenté bromear. Simplemente seguimos tomando alcohol hasta que se marcharon los invitados. Llegó un momento en el cual perdí mis lentes, por lo cual además de estar mareada, no veo nada. —Sharon —intenté llegar a las escaleras guiándome con mis manos. —¿Estás perdida? —me dijo la voz de Aarón. —Te escucho, pero no te veo —reí—. Sharon y Aarón, casi el mismo nombre, hacen la pareja perfecta. La primera borrachera de mi vida y me siento genial. Desde aquí puedo observar a mi hermana dormida en el sofá. Es evidente que ella está peor que yo. —Vamos arriba —me dijo él, y luego me cargó, pero esta vez me dormí entre sus brazos. Es lo último que recuerdo.
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