La abracé por la espalda con ternura y deje caer mi barbilla en su hombro, respirando su aroma y la brisa marina que, en esta noche, atenuaba el ambiente y le daba un toque aún más perfecto a esta momento, de por sí inmemorable. Ella tomó mis manos y las pegó con fuerza a su cuerpo mientras su pecho se inflaba de forma lenta.
Un escalofrío invadió el cuerpo de Mert y me dejó la oportunidad para poder decir exactamente aquello que tanto había ensayado, que, tal cómo la vez que le propuse matrimonio, pensé, aprendí y repasé, aunque era probable que también lo olvidará, era un momento importante para mí, al final, encontré un poco de valor para hablar, y con un hilo de voz me acerqué a su oído, para que solo ella pudiera escucharme, para que guardará mis palabras en sus adentros.
—Yo te p
