Ambos demonios se observan de manera perspicaz, mientras que Blaire no pasa por desapercibido, de ninguna manera, que se están mirando de forma extraña, y por sobre todas las cosas, qué la están dejando afuera, teniendo en cuenta que se había quedado bastante sorprendida al sentirse a gusto cenando con ellos. Algo de ningún modo hubiera imaginado que pudiera llegar a funcionar, pero sorprendentemente se daba cuenta que no estaba saliendo tal mal del todo, como ella hubiera podido imaginar. —¿Los estás sintiendo?— Hakeem mira a Arden al mismo tiempo que deja su hamburguesa en el plato. Arden coloca sus ojos en blanco y asiente. —Son cuatro.— Responde ronco limpiando sus labios con la servilleta de papel. Blaire los mira molesta, gracias a que no tiene ni la menor idea de cómo es que ell