—Estare bien, Silvye.— Blaire la saluda con una mirada sonrisa de costado. Su amiga aprieta sus labios y visualiza al morocho cerca de ella, por lo que no insiste más y la deja retirarse antes, aprovechando que dos profesores han faltado. —Te veré luego.— Le guiña un ojo esperanzada en poder hablar con su amiga. La pelirroja asiente y suspira a la vez. Su cabeza explota de dolor, y aún más lo hace su estómago, pero sabe perfectamente que es lo que necesita para apagar ese dolor. Es por eso que Silvye intentaba ayudarla, ya que sabía perfectamente que le sucedía. —¿Problemas en el paraíso, muñeca?— Arden hace acto de presencia en su facultad con su ya tan conocida sonrisa "chula" de costado. Blaire solo rueda los ojos y acomoda mejor su mochila. —No es buen momento, Arden.— Admite i