Ignacio. Me tiro a un lado de la cama casi riendo porque casi que no puedo respirar, la miro que esta con la pierna que esta de mi lado doblada y apoyada en la cama, la otra pierna como que no sabe si cerrarla o dejarla como esta, y una mano en el vientre, me pongo de lado viéndole los pechos de pezones oscuros, como esta casi dormida aprovecho de verla, el vientre que sé que es una de las partes mas acomplejadas de las mujeres a mi mucho no me importa, ni las estrías que tiene en el abdomen bajo, ni los muslos oscurecidos, ni los vellos en su intimidad, son cosas que no me molestan para nada. —No me mires tanto. —pone una mano en mi cara y se gira de lado enrollándose toda. —Eres muy preciosa. —Con unos kilos menos me voy a ver mejor. —me acomodo frente a ella mirándola a la cara—. ¿C