Ignacio. Miro por el espejo retrovisor en como viene detrás mío de camino a mi casa, voy con las piernas lo más abiertas posible porque de solo ver que viene detrás, de pensar en besarla, tocarla, cogérmela lo mas duro que pueda me pongo loco, me la imagino de muchas maneras, pero deseo que este sobre su espalda, con las piernas en alto y abiertas y usar toda mi fuerza para penetrarla, y si no tiene elasticidad con practica la va a tener. Cuando estaciono saco unos preservativos que compré cuando iba a verme con ella, los meto en mis bolsillos por las dudas de que se me nuble mas la cabeza y no piense que en el baño tambien tengo. Apurado voy hacia su auto abriendo la puerta, le tiendo la mano así baja. —¿Es tu casa?. —Si, bueno, era de mis papás y me la quedé cuando murieron. —Que li