Ivana. Voy hacia la mesada casi temblando, ahí esta una de mis compañeras y la dueña sacando unas cuentas de los clientes, llego y las dos me miran, debo tener una cara terrible por como alzan las cejas. —¿Puedes ir a atender al de la mesa diez por favor?. —mira la mesa analizándolo. —¿Está pesado?. —Si. —me corre un escalofríos recordando como había estirado la mano—. Me quiso tocar. —Yo voy. —la dueña salta de la silla y quedo mirándola ir a la mesa, pero en vez de atenderlo lo saca del café, cuando viene sonríe satisfecha—. Sinvergüenza... Que se cree imbécil. —me giro cuando suena la campana y es Ester con su bebé y una chica adolescente. —HOLA IVIIII. —me prendo fuego cuando alza la mano medio saltando—. VINIMOS A VERTE. —Shhh no grites que todos miran. —miro a la dueña media n