CAPÍTULO CATORCE Caitlin se echó hacia atrás en el pequeño barco, miró hacia el cielo mientras rompía el alba, y deseó que el mundo se acabara ahí mismo. Mientras se dirigían hacia el interior del Gran Canal, sin tierra a la vista, lo único que podía ver era el agua y una parte de ella deseaba poder seguir hacia adelante, no detenerse jamás, hacia el horizonte, hacia el fin de la faz de la tierra. Estaba tan triste, tan confundida ... sólo quería acurrucarse y morir. Nunca se había sentido tan sola. La persona remando el barco no era Blake, o Caleb, pero un completo desconocido, un conductor de la góndola que había encontrado en el muelle y que había contratado para llevarla de vuelta a la isla de Polly. Por suerte, Polly le había dado dinero por la noche, en caso de que algo pasara. B