Axel
21 de enero de 2003
La puerta de madera del club chirrió cuando la abrió para entrar. Sus manos se encontraban entumecidas por el frío y la nieve del mes de enero, reiterando una vez más el hecho de que era invierno.
Los ojos de Axel sondearon el lugar en penumbra que se abría ante él. Hombres de todos los tipos y tamaños se encontraban sentados en mesas o de pie en la barra. Algunos bebiendo; otros, jugando partidas de póker; y otros hablando en susurros. Con paso ligero se acercó a la barra del local. Un duende de cabello desaliñado, muy oscuro y largo se acercó a él.
—¿Qué quieres?
—Cerveza.
El camarero lo revisó de arriba abajo y se giró sin hacer preguntas. Mientras esperaba, tiró de la capucha más abajo para ocultar su rostro. El club Aqueronte era uno de los clubs para su
