Benicio.
De la mano entramos en mi casa, voy ansioso y nervioso y cagado hasta las patas por lo que voy a hacer con la mujer que me altera mi sistema, y hermanita de mi mejor amigo, y lo siento por Enrique, pero su hermanita me tiene las pelotas azules de tanto que la deseo, y porque desde hace dos años que no me acuesto con nadie porque siento que la traiciono aun sin ser nada, pero lo último que se pierden son las esperanzas y gracias a eso estamos hoy aca.
—Bien. —cada movimiento que hago lo hago para que lo vea, como que dejé la puerta sin llave y la llave en la mesita de recibir—. Debo volver a preguntarte, ¿Estas segura de lo que vamos a hacer?.
—¿Y tu lo estas? Porqué parece como que no quieres de tanto que preguntas.
—Si quiero... Obvio que quiero. —pongo mis manos en su cara pasando los pulgares por sus mejillas suaves y calientes—. Lo quiero con locura.
—Yo igual. —con todo el cuidado que jamás tuve me inclino besándola, simplemente apoyo mis labios en los suyos diciéndome que muchas veces, tantas que ya no recuerdo, deseé esto—. Mmm, que bien se siente.
—¿Te gusta?.
—Si, me da escalofríos.
—¿Nos sacamos la ropa?. —la miro a los ojos—. Sé que tienes vergüenza, pero creo que así vamos a poder confiar entre nosotros así sabes como es mi cuerpo.
—Esta bien. —me saco la ropa con calma y sin perder de vista en como se saca el vestido, no puedo evitar chuparme los labios.
—Dios mujer. —me acerco diciéndome que es un espectáculo, tiene unos pechos grandes, caderas anchas y aunque tiene vientre es algo que me importa un carajo—. Estas tallada por los mismísimos dioses Katy. —sonríe sin decir nada mientras aprieta las manos delante de su intimidad, con cuidado y miedo apoyo mi dedo en su vientre y subo hacia sus pechos—. Son magníficos tus pechos.
—A mi no me gustan.
—¿Por?. —la miro a los ojos sorprendido—. No creo que nadie que los viera diría que son feos o que no les gustan.
—Es que son muy grandes. —paso mis dedos por alrededor de sus pezones erguidos y rojos.
—Dios, que delicia... Vamos a la cama así puedo probarlos bien. —de la mano la llevo hacia mi habitación.
—Hace mucho frio. —abro las cubiertas de la cama y me siento estirando mi mano.
—Ya vamos a entrar en calor, no te preocupes por eso.
—Esta bien. —se sienta a mi lado sonriendo—. Estoy nerviosa Beni, pero quiero que lo hagamos porque me muero de intriga.
—Siempre me imaginé este momento. —con cuidado me inclino sobre ella haciendo que se vaya para atrás.
—¿Cómo lo imaginabas?.
—Así, que me decias que me deseabas, —acaricio el borde de su pecho derecho.
—Si te asustas o te sientes incomoda me lo dices, no quiero que te sientas obligada en nada.
—Yo te digo.
Mientras la beso con suavidad mi cuerpo se va poniendo mas loco porque la tengo para mi, y siento que me muero cuando gime sin parar y su cuerpo tiembla a mas no poder, Dios, como me imaginé este momento en todos mis sueños, me lo imaginé con locura, cada noche fantaseaba con que estaba a mi lado y tonteras que jamás voy a decir como que tenemos una vida juntos y que esperamos a nuestro hijo, ella siempre esta en mi mente intentado de imaginarla de todas las maneras posibles, así como es que se sentiría sentirla debajo mio penetrandola con suavidad y pasión, me imaginaba ser el primero tal como lo soy ahora, el primero en su cuerpo y su vida, Dios, que me voy a morir de placer jamás imaginado, es mucho más de lo que mi mente podía imaginar, es mucho más que eso, no hay palabras para describir lo que esta pequeña inexperta hace en mi.
—¿Estas bien?. —limpio su transpiración mientras doy besos fugaces por toda su cara.
—Si... Fue mas de lo que esperaba, gracias.
—No me des las gracias preciosa, mas bien yo debería darte las gracias y hay aun mas para que gocemos. —sonríe y mi mundo se colapsa con esa sonrisa, porque ella no sabe que me tiene a sus pies, me pongo serio y ella igual.
—¿Pasa algo? ¿Deseas que me vaya?.
—No... No, no es eso, quiero que te quedes y nunca me dejes Katy. —me mira sin entender—. Te amo pequeña... Con locura. —abre grande los ojos y sonríe acariciándome.
—Yo también te amo Benicio. —paso mis brazos por debajo de ella y la aprieto—. Mucho...
*****
Presente.
Abro los ojos sintiendo la cama vacía y fría como todos los días, y todos los días recuerdo ese momento, que al despertar ya no estaba y solo había dejado una nota que dice que no quería verme nunca mas en su vida y que desaparezca, y que me odiaba con toda su alma, nota que la tengo en mi billetera para recordar que tuve a la mujer de mis sueños unas horas y la perdí sin siquiera saber el por qué, porque no me dio ninguna explicación de nada. Miro el techo fregándome la frente y preguntándome que estará haciendo, la siguiente vez que la vi después de eso fue cuando su papá murió, no me acerqué, tenia miedo, solo la miré de lejos perdida en su dolor sin largar ni una lágrima, pero se notaba a kilómetros que estaba muriendo por dentro, era su papá, por más que no la trataba como a una hija ella lo amaba y lo cuidaba, y no pude acercarme para nada, dejé que Nacho la consuele en sus brazos y yo mirando, luego la vi en cada cumpleaños de Kiara y ni ahí la podía ver bien ni acercarme porque me esquiva, no soy idiota, lo hace adrede y me duele muchísimo que lo haga porque quiero saber que fue lo que hice de mal para que me odie, y después de eso ya no supe nada de ella hasta que anoche me animé a ir a verla porque no daba mas.
—Euuu. —golpean la puerta para después abrirla.
—¿Ya estás levantado?.
—Ya voy. —nadie que no sean mis amigos sabe que con Yoselin no somos marido y mujer, ella hace su vida y yo la mía, solo es un acuerdo nada mas, nunca dormimos juntos y nunca lo vamos a hacer—. Oh Dios que cansancio que tengo. —voy a la cocina viendo que en la mesa del comedor esta el desayuno puesto y ella desayunando.
—Al fin, cada dia te tardas mas Benicio. —ajusto mi reloj sin decir nada—. A la noche nos invitaron a cenar.
—Sabes que no voy, no entiendo para que me lo dices.
—Para que lo sepas nada mas. —mientras desayuno reviso mi celular viendo las noticias y repasando el trabajo que tengo—. Andando que vamos un poco justo.
—Si, nos vemos Estela.
—¿Vienen a comer?.
—Yo vengo, si me puedes hacer algo como un guiso o algo de eso te voy a amar. —se rie asintiendo.
—Bien, te hago algo.
—Si me guardas un poco buenísimo. —Yose junta las manos suplicando.
—Si, hago bastante.
—No vemos entonces. —en el ascensor miro mi celu donde Kiara me dice que vaya al cafe que quiere verme.
—¿Quién es?.
—Que carajo te importa. —salimos del ascensor medio discutiendo.
—Ay bueno, no me respondas así.
—Entonces no preguntes estupideces. —abro la puerta dejando que pase primera.
—No levantamos de malas hoy, no se te puede decir nada. —le respondo a Ki que si voy a ir cuando me choco con alguien.
—Uuyy la mier —cuando alzo la vista la veo, me hago hacia atrás sin creerlo—. Katy.
—Hola. —quedamos sin hacer nada hasta que se acerca y me da un beso en la mejilla y mira a Yoselin que no dice nada—. ¿Cómo estas?.
—Bien.
—Qué... —me acerco mas con deseos de darle un abrazo—. ¿Cómo estas?.
—Bien... ¿Y ustedes?.
—Bien. —sonrío sin parar, después de tanto la vuelvo a ver y asi de cerca, ya son dos días seguidos, no es la forma que quisiera pero es algo—. ¿Tu mamá? Sabes, no pude preguntar como va con lo de tu papá, hablamos tantas cosas que fui descortés.
—Ahí va... Sufriendo la perdida de mi papá aun, no lo asimila.
—¿Sus dolores como están?.
—No hay mejora, es mas, ahora debo comprar la medicación. —no miro donde señala porque sé que es la farmacia que hay al lado de mi edificio—. Bueno, no los atrazo mas.
—¿En qué andas? Te puedo alcanzar a donde sea.
—Ando en mi auto.
—¿Cuál es?.
—Ese. —apunta el auto que le regaló su papá—. El de siempre.
—¿Aun lo tienes?.
—Si.
—Enrique me dijo que iba a cambiarlo para que tengas algo mejor.
—Me dijo pero no quise, debes en cuando necesita unos arreglos pero me sirve mucho... Ahora si nos vemos. —la veo irse y Yoselin larga la risa.
—Mierda... No puedo creer que aun te vuelve loco.
—Mucho... Vamos que tengo cosas que hacer.
Soy contador y trabajo para el gobierno, si, nadie me lo cree pero es lo que soy, mas bien es lo que mi padre queria que sea, pero no es por lo que nadie me cree, es por el boliche que tengo y porque amo la cocina, por eso nadie cree que sea contador de verdad, pero es una pasión que comenzó a los quince años mas o menos, cuando Kiara debía comenzar a comer y ninguno sabia hacer mas allá de un huevo frito, y no podíamos darle huevo frito a la pobre, comencé con sopas super saladas, porque si, debi comenzar porque ninguno quería hacer nada, solo hamburguesas y milanesas, y la nena al principio lo comía ya después no quiso saber mas nada y si no aprendía a cocinar la íbamos a matar de una indigestión a la pobre, y cuando Katy fue creciendo me fue enseñando otras cosas y ya después me apasionó tanto que comencé a investigar por mi cuenta.
Me voy al local de Kiara para verla ya que me manda mensaje sin parar de que quiere verme que la tengo tirada, la cosa es que vivimos a la misma distancia y maneja, me puede ir a ver ella pero quiere que todos estemos a su ritmo.
—Hola tio, al fin.
—Bueno che, que me haces sentir abandonico. —se rie negando, me agarra la mano tironeando a la barra.
—¿Qué quieres tomar?.
—Un cafe y... —quedo viendo una torta en la vitrina serio, recuerdo esa torta a la perfección.
—¿Qué quieres de comer? Tenemos de todo, y puedo asegurar que todo sabe riquísimo.
—¿Esa quién la hizo?. —apunto fijo donde esta de muestra.
—La tia Katy... ¿Quieres?.
—Si, dame una buena porción de esa. —me da casi la mitad de la torta que la miro pensando.
—¿Pasa algo tio?.
—No amor... Solo me hacia recordar cuando tu tia hacia de estas todo el tiempo y si que las disfrutábamos.
—Me acuerdo que el abuelo se enojaba mucho... Era muy malo con la tia y no sé porque si ella es re buena.
—¿Cómo esta? hace tiempo que no la veo.
—Bien... Trabaja acá conmigo pero aun no llega. —me hace un café mientras hablamos—. Creo que esta enamorada, no le digas al tio Enrique o se pone pesado.
—Y... —me siento ahogar—. ¿Tienes idea de quién?.
—Sospecho que de un repartidor que viene muy seguido, hasta cuando no hace repartos viene y le trae cosas... Bueno, nunca la vi con novio así que ya viene siendo hora de que forme su vida.
—¿Nunca salió con nadie?. —digo contento.
—Mmm no que yo sepa. —pone una gran taza con un café que huele como a chocolate—. Sé que se ha visto con chicos pero dice que no quiere formalizar nada... Una vez me dijo que su primer amor le habia roto el corazón.
—¿De qué forma?.
—Dice que descubrió algo de él que la lastimó mucho y que él solo queria jugar con ella, nada mas que eso me dijo.
—Pero si... —la puerta se abre y la vemos entrar.
—Perdón Ki, se me hizo tarde.
—No pasa nada, esta tranquilo. —me mira y se pone seria.
—Benicio, te veo de nuevo aca.
—Si, te ando vigilando a ver que haces.
—Que chistoso y que miedo. —se pone el delantal dándole un beso e
n la mejilla a Kiara—. Voy a la cocina.
—Si. —Kiara me mira sonriendo—. Yo creo que el dia en que deje de ser tan seria va a ser feliz y volver la Katy que reia y era positiva en todo.
.
.
Cap dedicado a Graciela, muchas gracias por todo el apoyo...