Meses antes
Valentina Velázquez
—La iglesia se ve hermosa Valentina, no puedo esperar para ver la recepción— decía una de las invitadas, les sonreí agradeciéndole —ay Valentina, mírate que linda te ves con ese vestido, y déjame decirte que te queda bien el rubio— una de las enfermeras del hospital se acerca a mí señalando mi vestido y mi ahora cabellera rubia, yo solo le sonrío un poco apenada —gracias, aunque el vestido me incomoda bastante— le digo de manera forzada y haciendo extraños movimientos, y ella se ríe, realmente no creí que hubiera tantas felicitaciones para mi —El novio te está esperando— dice una mujer sonriendo mientras me acomoda el ramo y el peinado, yo miro al frente, volteo a verlo, es cierto, ahí está parado con su traje elegante, —es mejor que tomen asiento— ellas aceptan y en cuanto las veo alejarse para sentarse sobre las bancas de la iglesia le hago una seña a los músicos y ellos comienzan a tocar la marcha nupcial, miro a todos lados buscando a mi padre pero al no verlo comienzo a avanzar yo sola…. Seguida de la novia, trato de capturar los mejores momentos de la boda de Fabian como me lo había pedido años atrás, claro, en ese momento él tenía otra novia y otros planes, pero ahora él ayuda a mi padre a dirigir el hospital así que con un mejor puesto y una nueva novia la cual decía era el amor de su vida, tenía que celebrar a lo grande el día de su boda, por eso estamos aquí, me eligió para organizarla y además soy su dama de honor, ya que no tiene muchos amigos ni familia cercana, llego junto a él y le sonrío —¿me veo bien?— me dice en tono bajo y yo levanto el pulgar afirmando, me agradeció y al llegar su novia Danna junto a él la ceremonia dio inicio.
...
Estaba algo cansada, ya solo faltaban pocos invitados en irse, me dolía el cuerpo entero, estuve de aquí para allá coordinando los detalles de la recepción, contraté a unos chicos para que me ayudaran a grabar el evento entero y la fiesta había sido todo un éxito, no creí que la organización de eventos me saldría tan bien —todo quedó precioso— dice mi padre sentándose junto a mi —hey, no te vi en todo el evento ¿Dónde estabas? ¿estás bien? — le pregunto con una media sonrisa —ahí estuve en la ceremonia, solo que llegué un poco tarde y me senté atrás, no quería interrumpir al sacerdote y que Fabian se arrepintiera— ambos reímos y volteamos a ver a la feliz pareja de recién casados, seguían bailando totalmente enamorados, me dio un poco de nostalgia —se ven muy felices, espero les dure para siempre— le digo sonriendo un poco triste, el me toma de la mano —Valentina, tengo que decirte algo import…— pero su teléfono lo interrumpe y se pone de pie con dificultad, alejándose un poco de mi para responder su llamado. Lo veo hablar a lo lejos, en los últimos meses su terapia de recuperación lo ha desmejorado, usa un bastón para poder caminar bien, se ve enfermo, cansado y tengo el presentimiento de que algo me oculta, pero no lo quiero preocupar por ahora, regresa y me dedica una bella sonrisa —trabajo y más trabajo— dice riéndose con dificultad —¿Qué es lo que me querías decir? — le pregunto queriendo retomar nuestra conversación, —nada nada, tonterías del hospital, los doctores nuevos llegan en dos semanas y tengo muchos pendientes, ¿bailamos? — cambia el tema de conversación drásticamente y yo solo asiento con la cabeza, le ayudo a levantarse y caminamos hasta la ya muy vacía pista de baile.
Llegué a mi pequeño departamento en la madrugada, dejé a papá en su casa, desde hace unos meses decidí venirme a vivir sola, quería un poco de independencia y el aceptó que me mudara cuando yo quisiera, entre a mi habitación dejándome caer en la cama y quedándome dormida con todo y vestido.
¿Valentina? ¿para qué me llamas?¡ALEEEEX! No estoy en Brasil, Javier está muerto, Hank también ¡ayúdame por favor! ¿Qué? ¿Dónde estás?... Alex está muerto Valentina… y tú también lo estarás, todo es por tu culpa… tu lo mataste que no se te olvide…
Desperté a medio día, moría de hambre, me veo en el espejo y me doy cuenta de que tengo el cabello despeinado, ojeras, el maquillaje corrido y el vestido algo sucio, rápidamente entro al baño y me doy una ducha rápida, poniéndome algo cómodo, minutos después bajo a la cocina y comienzo a preparar algo de comer, suspiro en la soledad de mi pequeño departamento, reviso el teléfono para ver si tengo algún mensaje de él… pero nada, no se comunica desde hace un año, sigo con la esperanza de volver a hablar con él, pero en vista de que de nuevo no hay nada solo bloqueo el teléfono ignorando los mensajes de papá y de los Marino poniéndolo en silencio, suspiro mirando a la ventana, viendo detenidamente la intensa lluvia que pasa por la ciudad, hoy es ese día del año, el día en el que sucedió una de las perdidas más grandes que eh tenido en mi vida… me subo las mangas de la playera, me quedo viendo las horribles marcas de las muñecas cuando intenté quitarme la vida, sin olvidarme de las que tengo en la espalda debido a los fuertes golpes que recibí en aquel bello pero horrible lugar, las pesadillas no han parado en todos estos años, me eh culpado de la muerte de Alex desde ese día, en estos cinco largo años… tomo las llaves de la casa y del auto, saco un paraguas para la lluvia y salgo de la casa rumbo al lugar en el que está enterrado… o bueno donde decidimos poner un pequeño altar ya que en la embajada Alemana nos negaron el cuerpo hace años, eso aun me causa un poco de confusión, no entiendo porque nos negarían el acceso a reclamar su cuerpo, pero supongo que papá sabe lo que hace. La lluvia se intensifica y me es imposible manejar en ese estado, estaciono a unos metros del panteón, esperando se pueda calmar un poco, enciendo la radio y cierro los ojos dejándome llevar por la bella melodía que han puesto…
Y que lo nuestro, se quede nuestro, que yo de amarte no me arrepiento, lo que vivimos, fue tan sincero, cuánto te quise, cuánto te quiero…
Derramo algunas lagrimas silenciosas, la lluvia se detiene un poco, ya no es tan intensa como hace unos segundos, bajo del auto, abro el paraguas y camino hasta la entrada del panteón, me quedo parada por unos instantes, aun duele cada vez que vengo aquí, doy un suspiro largo y avanzo hasta la tumba de Alex. —Hola de nuevo— comienzo a hablar hacia la nada, limpio un poco uno de los jarrones y vació el agua sucia de lluvia, dejo unas flores nuevas y le sigo hablando a quien quiera escuchar —ha pasado un año desde la última vez que vine a verte, aun te extraño, siempre te extraño, espero que algún día puedas perdonarme— sigo llorando mientras la lluvia cae sobre el paraguas, hago una pequeña oración, sumida en mis pensamientos no me doy cuenta de que alguien se para junto a mi —Sabia que estarías aquí, ¿Por qué no respondes mis llamadas? — esa voz… volteo a verlo, Javier está junto a mí, con su rostro completamente serio, solo mirándome con intensidad, mi corazón estaba acelerado, después de un año… había vuelto.