Días después…
—No puedo creer que te tuve que rogar demasiado para que saliéramos el fin de semana— me dice Javier sonriendo y tomándome de la mano, pero sin dejar de mirar hacia la carretera —lo siento, no volverá a suceder, sabes que tengo mucho trabajo— le digo bajando un poco la mirada —sé que desde que tu padre murió decidiste hacerte cargo del hospital pero… de vez en cuando es necesario un descanso— me mira y me acaricia el rostro —no es nada fácil dirigir un hospital como el que mi padre levantó pero… gracias a la ayuda de Fabian pude dejar todo en orden para poder venir hoy contigo— sonrío y seguimos nuestro camino, iremos a la playa el fin de semana, queremos completar esa lista que dejamos pendiente años atrás.
Mi teléfono comienza a sonar, decido sacarlo del bolso para revisar quien pueda ser —no, no Val… apenas salimos hace media hora, dijimos que nada de trabajo— dice Javier mientras me quita el teléfono y lo avienta al asiento trasero, me rio de su actitud y le doy un pequeño golpe en las manos, me quito el cinturón de seguridad y me inclino al asiento trasero para recogerlo —Javier, serán dos segundos, solo le respondo rápido y lo apago y no te distraigas de la carretera por favor— lo regaño y el hace una mueca con su boca, me rio de él mientras reviso el teléfono —Es Alex, al parecer hay algo mal en el hospital y no encuentran a Fabian por ningún lado, mierda— comienzo a preocuparme y el se molesta un poco —Valentina, lo entiendo, pero es tu día de descanso, es nuestro momento juntos, él no puede molestarte hoy, no tiene ese derecho— ruedo los ojos, Javier y Alex aun tienen problemas para llevarse bien —lo sé, pero si Fabian no contesta debo atenderlo yo— frunce el ceño —deja por favor de tener celos de Alex, lo nuestro terminó, ahora somos tu y yo— no dice nada, solo aprieta las manos en el volante —no entiendo, él te tiene siempre junto a él, en el hospital, después del hospital y ahora en tus días de descanso, ¿y yo? Solo un fin de semana— luce molesto, está molesto y puedo entenderlo muy bien —no sé qué quieres que haga Javier, estoy contigo, vine a la playa contigo aunque sabes que no me gusta ir, te amo, hemos pasado muchas dificultades juntos, y después de tantos años… aquí estoy, ¿dime que quieres que haga, dímelo y lo haré, pero por favor supera a Alex— estaba cansada de siempre decirle lo mismo, lo mío con Alex terminó después de su regreso a México, aunque claro, siempre pasaba tiempo con él debido a mi trabajo en el hospital pero ahora solo somos amigos, sigo revisando mi teléfono y noto que Javier me mira fijamente, volteo a verlo con una ceja levantada —Cásate conmigo— me dice serio, mi corazón late rápidamente —¿Qué? — le digo un poco confundida y riéndome al mismo tiempo, el me vuelve a mirar —te amo, hagámoslo, cásate conmigo en la playa, no solo quiero el fin de semana, o solo 15 minutos en la oficina, quiero anillos, quiero despertar a tu lado, ir a al trabajo juntos, solo.., quiero una vida contigo— me repite lo mismo y ambos comenzamos a reír al mismo tiempo… —¡JAVIER! —