CAPÍTULO 02

1303 Words
Mia. —Un último beso y ya... —Beso de nuevo a Eskar y lo abrazo. —Esta bien, solo otro besi... —¡Ya lárgate! —Collow me mira con ganas de darme una patada por el culo, al parecer no le agrada el echo de que lleve más de 20 minutos tratando de marcharme pero me es imposible mientras mi adorado bebé tiene esa sonrisa en su rostro. —Te están esperando. —Allek sale comiendo un mango y señala al rubio de metro ochenta, ojos color verde y sonrisa hipnotizadora que será de hoy en adelante mi guía y traductor personal, gracias a mi hermano el sobreprotector. —Oh, sí, sí. —Collow entra con Eskar dejándome afuera con Allek quien sonríe. Sé lo que trata y no me agrada para nada, solo espera que termine enamorada de su socio. Pero no, al menos no quiero eso. Está lindo sí, pero no, niego varias veces con la cabeza antes de acercarme a paso seguro al chico. —Hola, soy Mia. Espero tengas muchas paciencia porque soy un poquito —hago la señal con los dedos— estresante. Sonríe. Ok, acepto que tiene la sonrisa más juvenil y radiante que e visto en mucho tiempo. —Encantado, Mikhail a tus servicios. —Pronuncia con un acento muy marcado y besa una de mis manos. —Allek me ha comentado antes que deseas dar primero un paseo y luego ir a los hospitales más cercano por algo de información, ¿Correcto? Asiento. —Si, eso quiero. —Subimos al auto y se pone en marcha, por suerte no trata de indagar en lo más profundo de mi ser con alguna de esas charlas que inician en cosas "tontas" y terminan sacando todo de raíz. —Hay una tienda por aquí cerca donde venden postres y demás cosas. —Reviso mi teléfono encargando piezas para la tienda, ya que, Marie me escribió por la mañana que era necesario actualizar el catálogo. —Tu hermano me dijo que estabas buscando a alguien especial... Lo miro de reojo, no me gusta por dónde va. —Sé que no me incumbe y recién nos conocemos, pero creo que debería empezar por disfrutar un poco antes de conseguir a esa persona. Lo miro de lleno cuando se detiene en una tienda donde personas entran y salen cada que parpadeo. —Mikhail ¿Cierto? —Asiente con una mueca en su rostro, se me salio un poco el tono de molestía.—Cuando llegues a conseguir la persona correcta, vas a desear disfrutar cada minuto con ella, créeme. Arruga el entrecejo y se baja, para luego abrir mi puerta permitiendo que salga. Le agradezco pero siento una incomodidad sobre mi al apenas poner un pie en el local, miro a los lados en busca de quien sea que me este mirando pero no logro dar con nadie. —¿Sucede algo? —Por suerte no se acerca mucho a mi, pues aún no me agrada del todo tener un niñero y mucho menos uno que tiene como finalidad que me fijé en él. —No es nada, ¿Podemos pedir para llevar? No quiero perder mucho tiempo. —Entra a la fila mientras yo me coloco cerca, no es por nada pero lo que hizo Erick en el pasado me ha dejado un poco paranoica. Sé que todos están encarcelados y que el pelo rojo tiene una bonita condena hasta que cumpla los 50 años, pero eso no quiere decir que deje de temer de un día para otro. —Listo. —Mikhail sonríe mostrando la bolsa con postres. —Vamos al hospital más cerca y así dejaras de tener esa fea mueca en tu hermoso rostro. Blanqueo los ojos, que baboso me salió este. 15 minutos más tarde, dos panes con relleno de coco y un vaso de agua para no morir ahogada y estamos en el primer hospital. Que suerte porque por poco y paso al más allá con ese pedazo de pan. —Es aquí si quieres yo puedo... —No dejo ni que termine cuando a grandes pasos me dirijo al lugar, un vigilante me dice algo que no entiendo y lo ignoro de manera olímpica. Por suerte Mikhail habla con él en su idioma, mientras le sonrió a una enfermera que me ve como si fuera una loca fugitiva del manicomio. —Hola. Soy Mia. Busco a Erior. —Digo, de forma pausada y tratando de que entienda que no sé ni un comino de lo que pueda decirme. La mujer vestida de blanco le habla a otra que tiene a una corta distancia,ambas me miran y luego la segunda se levanta y sale del lugar a no sé dónde. Eso hace que mis alarmas se activen. Mikhail se acerca hasta donde estoy no muy alegre pero pasa de pedir una explicación. Le dice algo a la enfermería y ella asiente y responde. Echo una pequeña mirada a los lados, el aire se vuelve pesado y las piernas me fallan. Quiero sostenerme de alguien y por error agarro esa parte del pantalón dónde tiene su m*****o mi guía, quien se pone rígido. Me mira con los ojos bien abiertos al igual que la enfermera, supongo acabo de faltarle el respeto y la verdad no me importa. Me agachó rápido y escondo detrás de una mujer embarazada en silla de ruedas. Estoy siendo un espectáculo pero aún así no soy notada por la castaña que pasa, con pasos apresurados y cara de preocupación. Salgo de mi escondite rápido y la sigo, Mikhail me llama pero lo ignoro. Si lo espero perderé a la madre de Erior y no es exactamente lo que deseo.  La sigo como una sombra pero sin que logré sabe que estoy ahí. Va tan concentrada en su teléfono que no repara en lo que pasa a su alrededor, de ser así se abría dado cuenta que casi me atropella una moto. Se detiene justo frente a una farmacia y escondida tras un bote de basura, la escucho hablar por teléfono. No entiendo enserio nada de lo que dice, saco mi teléfono y busco el traductor. Por suerte instale esa app que con solo escuchar empieza su traducción. "Te dije que no hicieras esa estupidez, ¿No pudiste aguantarte? ¡No! ¡Yo no soy igual a ti! ¡Yo si respeto el acuerdo! Sabes que, olvidalo no quiero seguir escuchando más tus excusas baratas" Dicho eso cuelga y yo apagó el traductor antes que me deje en evidencia. Un auto color n***o se detiene justo donde ella está y sube, maldigo en mis adentros por no poder seguirla pero por suerte Mikhail aparece. —¿Te cuesta mucho explicar qué sucede? —Comenta sin aliento. Señaló el auto y el lo mira. —Debemos seguir ese auto. —Chillo. Saca su teléfono y toma una fotos a la parte trasera del mismo antes de mirarme como si fuera un puto Dios del universo. —Esos autos están registrados al igual que el mío, por lo general no uso a mis contactos para esto pero sabremos de quién es y a dónde va en menos de lo que puedes imaginar. Uh, quien diría que el chico guapo y exitoso sería más que solo eso. Pensé que sería un cabeza hueca que solo sigue las órdenes de mi hermano mayor pero debo aceptar que piensa. La alarma de mi teléfono suena y la apagó, es la hora de alimentar a mi bebé. —¿Me puedes explicar algo? —Miro a Mikhail mientras el conduce, tiene un leve sonrojo en su rostro. Que raro. —Si, dime. —Carraspea un poco antes de hablar. —¿Por qué me tocaste el pene de esa manera? Oh... Esto de va a poner raro...
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