Merlín estaba de turno en el hospital, y parecía ser una noche tranquila en urgencias, puesto que en esa zona de la capital del mundo no había mucho tráfico, y por ende, no había muchos accidentes de auto. La mayoría de casos que atendía en la sala de urgencias era de accidentes caseros y heridas provocadas en peleas callejeras. Mientras se bebía un café caliente en la cafetería del hospital, rememoraba su pasado como sanador en la época medieval, en donde no existía la morfina, los yesos ni las radiografías. Sin duda alguna, los avances científicos no habían sido del todo negativos para la humanidad, puesto que podría haber salvado muchas vidas en su época con tan solo tener a su mano una inyección. Miró su celular para distraerse un rato, y no evitó ir a la galería y ver la selfie que J