Tal vez, pensó, aquella era una broma que Lord Kirkhampton le había gastado para hacerle pagar por las ofensas que, según él, el Marqués le había infligido en los últimos años. El primer incidente entre ambos había tenido lugar cuando el Marqués hizo notar ciertas irregularidades del jockey de Lord Kirkhampton en una carrera celebrada en Newmarket y, después de una investigación, el caballo de éste había sido descalificado. Kirkhampton, furioso, le había dicho al Marqués, en términos precisos, lo que pensaba de él. Desde entonces habían dejado de dirigirse la palabra en las muchas reuniones sociales en que habían coincidido, o en sus encuentros en el Club White. En otra ocasión, ambos pretendían a la misma dama. Era hermosa y coqueta, y con un marido que, aunque muy distinguido, tenía