CAPÍTULO IV-1

2011 Words

CAPÍTULO IV Romana, muy nerviosa, había bajado la escalera preguntándose hacia dónde debía dirigirse. Con alivio, des-} , cubrió que el mayordomo la esperaba en el vestíbulo. Llevaba puesto uno de los nuevos vestidos que le habían comprado en Londres y ella pensó que era tan hermoso, tan elegante, que debía lucirlo en un baile y no en una velada tranquila, a solas con el hombre que tanto temor le inspiraba. Pero todo lo que el señor Barnham había ordenado en Londres era tan exquisito, tan diferente a cuanto Romana había tenido siempre, que sentía como si la estuvieran obligando a interpretar un papel que no le correspondía. El ama de llaves le había destinado una doncella personal, quien le había arreglado el cabello con mucha habilidad, en un estilo que Romana nunca había visto antes.

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