Millonario Italiano

Capítulo 1 “Siempre en tus brazos” IParte

Dos años después…

Chloe sonrió apreciando la noche desde la altura del apartamento en el que se encontraba, los recuerdo de su romance con su actual esposo, Leandro Galiano, siempre ponían una sonrisa en su rostro, incluso ahora mientras esperaba pacientemente su regreso

Recordaba lo emocionada que habia estado en el registro civil cuando un día de la nada él le habia propuesto matrimonio, habia sido todo muy repentino e incluso un secreto pues solo estuvieron un par de testigos y ellos dos, habia llorado de felicidad al saber que estaría por siempre en los brazos del hombre al que amaba y que también la amaba, habían bastado para ambos unas cuantas citas y mucho tiempo juntos para saber que querían dar el siguiente paso

Ella habría querido una boda muchos más grande, al menos con los familiares de él pero todo habia ocurrido tan rápido y estaba tan emocionada que poco le importo eso y Leandro queria mantener un perfil bajo con los paparazis que siempre estaban al acecho

En ese momento a ninguno le importo el hecho de que se estaban apresurando, en ese momento habia pensado que estaba bien… ahora pues…

Chloe parpadeo alejándose del rumbo que estaba tomando sus pensamientos, era feliz en su matrimonio, era feliz siempre y cuando él la amara y permaneciera a su lado, aunque fuera por el poco tiempo en el que permanecía en Londres antes de volver a Italia a atender sus negocios

Volvio su atención a la mesa que habia preparado, llevaba más de media hora esperando y era seguro que tendría que recalentar la comida, como siempre, estaba preocupada cada vez que no estaba a su lado, hacia un esfuerzo por alejar los peligros de los viajes en avión y demás para no arruinar su noche

Habia preparado todo para que fuera una linda e inolvidable velada para los dos, un hermoso mantel brillante de color celeste se extendía por la mesa cuadrada que ocupaba el comedor, habia cocinado una cena sencilla pero divina, habia preparado pasta que era la comida favorita de su marido y habia sacado del minibar una botella de vino

¿Qué celebraba?

El amor que sentía y el  regreso de su esposo

Cargaba su cabello suelto dejando su melena platina caer sobre sus hombros, vestia un vestido corto suelto de un azul claro y estaba ligeramente maquillada, habia despertado muy temprano ese día sabiendo que era el regreso de Leandro, habia ordenado  y limpiado el  lugar con sumo detalle y habia preparado todo para la velada de esta noche

Dando un vistazo a todo a su alrededor y después a su apariencia sonrió satisfecha con el resultado, tuvo que reconocer que se veía esplendida, buscaba impresionar a su marido y esto era apenas una muestra de lo mucho que lo habia extrañado

Como siempre

Su celular hizo un sonido y ella voló por la habitación hacia la pequeña sala dándose cuenta que tenía un mensaje, su corazón se aceleró al notar que era de Leandro y luego lo latidos cayeron al ver el contenido

—Amor, no creo que pueda regresar esta noche a Londres, tuvimos algunos contratiempos, amore mio no me esperes despierta esta noche, te prometo que pronto estaré a tu lado mi bella Chloe —Leyó ella

Chloe se quedo mirando el artefacto en su mano antes de que este se deslizara lentamente y lo devolviera al sofá donde lo habia dejado, no tenía nada que responder, no sabia que decir, sus hombros de desplomaron y se obligo a retener las pequeñas lagrimas que empezaban a formarse en sus ojos

No podía culparlo, sabia que no habia sido intencional de todos modos

—Bueno, al menos se encuentra bien, Chloe —Se dijo a si misma intentando sonreír mientras apagaba las velas sobre la mesa y empezaba a guardar la comida en el refrigerador de repente para nada hambrienta, no era la primera vez y ella estaba siendo comprensiva…  A pesar de sentirse muy a menudo algo solitaria en el apartamento, salía a pasear y hablaban todos los días, siempre habia sido asi, su amor se mantenía intacto y después de todo entendía que su trabajo le exigía viajar contantemente

Ella queria conocer Italia más a fondo, solo una vez habia logrado viajar al lado de su marido, después de su repentino matrimonio habian ido a visitar a la familia de Leandro en Milan, todo habia sido una sorpresa para  ellos y solo fue cuestión de un par de minutos para que la aceptaran, eso la habia hecho muy feliz y estaba emocionada de formar parte de su familia, lamentablemente muy pronto tuvieron que volver a Londres, al ser un millonario muy conocido difícilmente podía pasar desapercibido por los paparazis y pese al hecho de querer viajar con él entendía que su vida privada podía dejar de serlo en cuanto las cámaras se posaran en ella, se habian casado prácticamente en secreto, una ceremonia corta y unas cuantas palabras y eran marido y mujer, Leandro no habia querido que nadie se entrometiera en su relación

Ella lo habia entendido pero cada vez empezaba a soportar menos que en las revistas  parecieran buscarle mujer al atractivo millonario italiano “soltero”, deseaba con todas su fuerzas que la prensa dejara de buscarle novia, pero eso era algo que no habia expresado ante su marido, todo pensamiento parecía escapar de su mente lo más él aparecia y la envolvía en sus brazos haciéndola sentir que nada más importaba en el mundo con tal que siempre estuviera con ella

—Pfff —Suspiró y una sonrisa se deslizo por sus labios al pensar en su regreso, no importaba cuando volviera pero que llegara sano y a salvo a sus brazos

Se conformaba con eso

Apago las luces y se dirigió a su habitación, desde que habia empezado a salir con Leandro tenía carta blanca respecto a las modificaciones del apartamento, aunque los cambios habían sido mínimos pues era nada más increíble, habia empezado a crear poco a poco un hogar para ellos sin darse cuenta, aunque era ella la que pasaba la mayor parte del tiempo ahí

Las paredes eran blanca y con cuadros de flores por los pasillos, algunas rosas y begonias estaban espaciadas por la terraza y alrededor de la alberca asi como en el balcón, habia encontrado en ella un amor por las plantas que nunca antes habia sentido, estas le hacían compañía y le trasmitían paz cuando se sentía sola, habías comprado un enorme sillón en forma de L de color beige con  algunos cojines en color azul celeste, habían sido esos mínimos detalles hechos con todo su amor y su corazón los que de apoco empezaban a darle un poco más de ambiente hogareños al apartamento abandonado que solía ser, aunque muy lujoso

Su amor también habia tenido mucho que ver en el proceso

Ya en su habitación y después de lavar sus dientes se acostó en su cama y encendió la televisión entreteniéndose con un maratón de la Ley y el Orden que estaba trasmitiendo esa noche, al cabo de unos minutos su mente empezó a divagar y como siempre sabia cual era el objetivo

Leandro, su hermoso esposo

Abrazando su almohada sintió una vez el sentimiento de soledad y la tristeza  apoderarse de ella, se sentía sola otra vez y muy triste, lo extrañaba  y no podía esperar el momento en que lo tuviera solo para ella

Aunque eso solia durar relativamente poco

Se sentía un poco egoísta por no terminar de aceptar que su esposo era un hombre ocupado,  siempre le decía que era un sacrificio que debían aceptar pues no queria  que nunca les faltara nada y muchos menos exponer su privacidad, exponerla a ella, sin embargo dudaba que supiera que lo que más  necesitaba era él

Era lo único que le faltaba

Al ver la mirada decidida en   su rostro ella habia sido incapaz de llevarle la contrario y decidió entender sus sentimientos, eso no queria decir que estaba 100% contenta con eso, no se habia imaginado lo que sus palabras implicaba hasta que empezó a faltar al menos veinte día para que volvieran a verse

Eso le habia dolido y sabia en su corazón que a él también, sin embargo se peguntaba constantemente si estaba yendo por buen camino, gradualmente estaba empezando a darse cuenta que los matrimonios no eran asunto fácil y por momentos se cuestionaba el suyo, pero Leandro no era un mal hombre, si, era algo sobre protector con ella, detallista y el más romántico que habia conocido en su vida, aparte de ser el más atractivo, estaba dudando era por no poder pasar más tiempo con su marido