Capitulo 4 El origen del lugar de la oscuridad

4006 Words
—Hola —dijo aquél niño sonriendo   David no podía hablar, en su mente pensaba que este era el momento de enfrentarse a su miedo pero no quería hacerlo solo, comenzó a temblar y por eso decidió  llamar a sus padres a gritos para que creyeran en sus palabras; para que no lo tratarán de loco y nunca dudaran de él. —¿Eres un fantasma, cierto? —preguntó David. Y observaba cómo la aldea estaba abromada.  —No, no soy un fantasma, ¿por qué tiemblas? —preguntó el niño mirándolo de pies a cabeza. —Sí, eres un fantasma —le seguía afirmando —No, no, y no. No soy un fantasma David, yo soy solo un niño vago, un nómada en busca de un hogar y amor, he estado robando durante muchos días, desde el día que pise esta aldea , solo quiero ser tu amigo, por favor no tengas miedo —le respondió el niño triste.  —No sé si creerte, me das miedo y si no lo eres, ¿entonces por qué desapareces cuando llamo a mis padres? —le preguntó  tartamudeando y miraba hacía atrás esperando que vinieran sus padres. —¿Qué? ¿Padres? ¿No lo sabes? —preguntó el niño sorprendido. —¿Qué cosa? Dime  ¿qué es lo que no sé? —respondió David. —Tus padres están muertos, fueron encontrados hace varios días ahogados en el lago, su muerte pudrió a los peces, de hecho los enterraron hace pocos días, están muertos David—dijo el niño. Y miraba fijamente a David dándole a entender que estaba loco. —¿Qué? No, no claro que no. Mis padres están vivos. ¡Mis padres no son fantasmas! Tú eres el fantasma, ellos han estado conmigo en todos estos días, ¡Me estás mintiendo! ¡Me estás mintiendo! —le gritaba  David llorando y tomó al niño por el cuello. —Mis padres no están muertos, yo no estoy loco, yo no estoy loco, ¡Y tú eres un maldito fantasma que solo vive en mi imaginación! —le decía por sílabas mirándolo a los ojos mientras al niño se le ponían los ojos en blanco, ya no podía respirar, David le apretaba fuertemente el cuello.   Cuando David sintió que unos pasos se dirigían hacía él, soltó al niño y miró hacía atrás, el pobre niño comenzó a respirar rápidamente, recuperaba aire en sus pulmones que estaban por marchitarse junto con él muriendo en la oscuridad o mejor dicho asesinado por David.   —Mira a mis padres, ellos están aquí conmigo —,le dijo llorando y a su lado estaban sus padres o eso pensaba   —¡Allí no hay nadie David! —le gritó   Limpiándose las lágrimas miró a su lado y así era, sus padres no estaban y supo que dos fantasmas lo abrazaban y le hablan y no eran sus padres de carne y hueso. David quedó sin palabras y miró al niño moviendo su cabeza diciendo que no, que la muerte nunca te acompaña.   —Lo siento mucho David, lo siento mucho —le decía el niño    —¡No! ¡Mentira! ¡No! —gritó fuertemente y salió corriendo de su patio hasta llegar a las calles de la aldea en las que todos lo miraban y se asustaban sin entender por qué lloraba y por qué gritaba.   —¡Mis padres están vivos! ¡No están muertos! ¡Mis padres están vivos! ¡Mamá está viva! ¡Papá está vivo!  —gritaba.  Al llegar a lo más profundo del bosque, la oscuridad le quitaba la vista, no podía ver nada y aún así corrió sin parar, sin importarle lo que se llevaría en su camino mientras le gritaba al viento su furia y dolor, estaba tan dolido que no sentía sus pies —Los lobos se le aparecieron rodeándolo, sus ojos rojos lo hacían tener miedo, lo miraban como si no quisieran hacerle daño, y uno de ellos lentamente se le acercaba. David del miedo decía: —¡Váyanse!—, Y sin darse cuenta siente que resbala y  cae por aquél precipicio que había descubierto su padre, al caer se escuchó un crujir, mientras, el niño acariciaba dulcemente a los dos gallinas de David, llorando les decía que sentía mucho lo que había pasado. Al mirar hacía el cielo observando una estrella que parecía estar cayendo se preguntaba en dónde habrá ido David, no sabía que había quedado inconsciente y que al despertar descubriría algo más allá que lo dejaría con la sangre helada. La noche se hacía más larga, los animales nocturnos desde las ramas de los árboles observaban el cuerpo de David que parecía estar muerto, poco a poco fue abriendo los ojos y al abrirlos por completo se levantó desde lo alto del precipicio, no entendía qué pasaba y decidió cerrar sus ojos para recordar que mientras se asustaba del lobo  que se le acercaba resbaló cayendo asustado, al abrirlos miró por todos lados y vio que habían muchísimos lobos, estaban en manadas, habían grandes y también cachorros que aullaban tiernamente. Pero no solo eso lo sorprendía, sino también que había mucha gente que flotaba muy cerca del suelo y a distancia vio a sus padres junto con el anciano que lo defendió de Juan Carlos, quién de la nada apareció en su lado izquierdo, y sus padres con sus manos lo saludaban. David no podía hablar, quería sentir su corazón palpitar y no lo sentía y al mirarse hacía él mismo vio que también flotaba y tras asomarse por el precipicio en donde cayó, vio su cuerpo ensangrentado, sus brazos estaban partidos con los huesos rotos, tenía una pierna llena de sangre y su cabeza se la había partido con todas las rocas que estaban allí abajo.   David se miró fijamente y en su mente pensó: “ muerto, los fantasmas sí existen, ahora entiendo que  aquél niño desaparecía porque cuando llamaba a mis padres ya estaban muertos y que no es un fantasma; el niño me estaba dando el pésame al igual que la reacción de los aldeanos y no era por la mordida de la serpiente; ahora entiendo muchas cosas, ahora entiendo porque todos me miraban como si estuviese loco; ahora entiendo porque mis padres tenían esa extraña reacción conmigo,; ahora entiendo porque mi padre me dijo que ya era tarde, no estaba conmigo en aquél bote pescando; los peces nos salpicaban porque querían que viera  que yo estaba solo, ahora puedo ver solo mi reflejo en ese hermoso lago en el que se reflejaba el colorido cielo que oscurecía con la noche, puedo ver solo mi sombra cuando creía estar con ellos, sus sombras nunca existieron; ahora entiendo porque no podemos ver la luna; ahora entiendo porque los lobos nos atacan; ahora entiendo que esos dos muertos que velaban los demás eran mis padres; ahora entiendo porque me decían que no estaban y se habían ido a pescar, se referían a que habían muerto; que estaban mojados porque murieron en el lago; ahora solo tengo el lindo y último recuerdo de ellos cuando mi mamá me dio ese fuerte abrazo y junto con mi padre marchó al lago, pero ¿De qué habrán muerto?; Ellos mismos corrieron a ver el escándalo de sus propias muertes, realmente ellos existieron solo en mi imaginación o no sé si eran fantasmas que querían hacerme daño; y allí fue cuando me mordió la serpiente, el primer descubrimiento fue su muerte en el lago; ahora entiendo que aquélla vez cuando el anciano me ayudó de los jóvenes y empezaron a escucharse los aullidos es porque ya él había muerto, sufría del corazón y por eso lo encontré con su mano puesta en el pecho; y que cuando los lobos aúllan es porque…….”.   Al momento de decir lo que había descubierto sobre el por qué los lobos los atacaban, Juan Carlos lo miró y con su cabeza decía que no lo dijera, que así mismo no lograría nada y que buscara a un niño con el Don de ver a los muertos y le predicara lo que había descubierto, Juan Carlos no habló porque nadie podía hablar, a través de su mente le comunicó que buscara a ese niño para que los aldeanos supieran la verdad.   —¿…Y Por qué un niño? —preguntó   —Porque eres un niño, si fueses un adulto tendrías que buscar a un adulto —le respondió mirándolo con odio   David sintió que Juan tenía ganas de hacerle daño, pues obviamente recordaba cuando lo empujó fuera de su casa y el lobo lo asesinó de un bocado manchando su sangre sus mejillas. En ese instante Juan Carlos se fue alejando lentamente, flotaba alegremente, parecía disfrutar ser un alma que vagaba en el bosque como todos incluyendo a sus padres que aún lo seguían saludando; sin embargo, no le comentó al inocente David de muchas cosas en esta tierra de muertos dónde no podían hablar, sino solo disfrutar elevarse en el aire, una de las extrañas cosas es que cada quien vivía su vida y no se podía hablar con los demás aunque fueran familiares, lo que le causó más tristeza más adelante queriendo morir dos veces.   David estaba triste, lloraba y hablaba en su mente, no podía creer en lo que había descubierto; sin embargo, sentía estrés ya queno lo podía compartir con los aldeanos porque nadie tenía el don de ver y hablar con fantasmas y además sabía que después de la muerte la segunda vida es oscura y no tienes voz, porque haber descubierto la verdad tendrías que tragarla con su sabor amargo, y también no se puede hablar, porque en los más profundo del bosque un enorme animal salvaje y asesino controlaba a los lobos y cuando los fantasmas molestaban a las manadas llevándolas a la aldea la carne fresca que llevaban consigo no eran para ellos, sino para su amo.   Al día siguiente las gallinas cacareaban hambrientas esperando a aquellas semillas que David les daba cada mañana con el agua simple y fresca de los hermosos lagos, en ese instante de llanto por el hambre que las hacía sentir dolor en sus intestinos, llegó aquél niño y se les acercó lentamente con la mirada caída y los ojos llenos de lágrimas, comenzó a mirarlas fijamente y metió su mano en su bolsillo sacando semillas secas las cuales comenzó a arrojárselas, mientras se las lanzaba sonrió y les dijo: “David las quiere mucho, aún no sé a dónde habrá ido tan asustado y dolido por descubrir una triste y horrible verdad”, en ese instante siente que alguien le toca, cuando voltea se lleva una fuerte impresión y las gallinas comenzaron a cacarear asustadas por la presencia que reconocieron. —¿David? —expresó el niño lleno de sorpresa y de la nada se desmayó. Los aldeanos ya estaban preparados para poner en marcha su partida y llegar a su nuevo destino, su nuevo futuro en un nuevo hogar en el que esperaban que prosperara la paz, la armonía, la tranquilidad y no vivir nuevamente y nunca más el castigo del llanto de perdidas inocentes e indefensas por el animal que los atacaba al llegar la noche, esperaban muchas cosas y también hacer crecer su población, puesto que solo quedaban sesenta y un habitantes por las frecuentes muertes. La aldea estaba en total desorden, estaba polvorienta de muchas cenizas y llena de muchas tizas de carbón, las casas destrozadas en pedazos, los árboles caídos y el suelo muerto con muchos tallos que salían de la tierra secas y sin vida. Todos miraban el lugar con tristeza el cual lloraba de dolor, recordando tantas cosas que vivieron en Abelan cuando la pisaron por primera vez sembrando semillas las cuales crecieron como grandes árboles que les brindaban alimento, aunque muchos desconocían el origen de la misteriosa aldea tenían hermosos, divertidos y tristes recuerdos, pues para los padres allí crecieron sus hijos y para los niños allí jugaban y hacían variadas de travesuras. Dando el último adiós a lo que fue su hogar neutro, los aldeanos partieron en filas para salir de manera más ordenada, mientras salían dolidos de su tierra maldita aquella mujer que todos consideraban chismosa y que juzgó injustamente al inocente de David por la muerte del anciano que aún se desconocía de su perfil y el enigma de su muerte miraba con ojos de gato la catástrofe que pisaba, la tierra se  desvanecía y todo el sepelio se marchitaba, pues al parecer ella conocía el origen de Abelan, tal vez el por qué del ataque que se los llevaba con la sangre helada al llegar la noche,  y conocía también al anciano que murió del corazón el cual fue el primero que pisó la tierra que hoy abandonarían en medio del bosque, y la que bautizó como Abelan, por ser un lugar de la oscuridad de su propia creación que yacía entre  paredes de barros y polvo muerto de la caída de una vieja casa (la casa de David) predicha en una de sus profecías.   Años atrás “De la guerra heredé de mi padre la valentía y esa valentía se marchitó naciendo el lugar de la oscuridad”   Hace años atrás en La Primera Guerra Mundial, que anteriormente también llamada la Gran Guerra, la cual fue una confrontación bélica centrada en Europa que empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó las condiciones del armisticio. La Triple Entente compuesta por Reino Unido, Francia y el imperio ruso, se impuso a la Triple Alianza que agrupaba a los imperios alemán y austro-húngaro. Su superioridad militar fue determinante para el final de la guerra. Alemania perdió la Guerra, y en el Tratado de Versalles de 1919, las potencias vencedoras Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y los otros estados aliados, impusieron a la derrotada Alemania disposiciones punitivas para su territorio, milicia y economía. Al día siguiente 12 de noviembre de 1918, después del final de la guerra mundial donde bombas nucleares, armas de fuego y flechas con doble punta fueran los objetos de defensa, evidencia de muertes, lágrimas de dolor que como llamas cayeron en la batalla sangrienta en la que muchos murieron en vano, los soldados que habían quedado heridos eran curados por Napa, un humilde soldado leal a su patria que había dejado a su esposa Margaret muerta de la desesperación, ya que lo había aconsejado de no participar en dicha guerra en la que calcinadas de vidas se les dio fin a sus más grandes sueños, muchos familiares destrozados, algunos con el corazón marchito que extendían sus manos al viento muerto contaminado forestalmente. Sangre y llantos de dolor era lo que manchaba el suelo que se desbarataba en pedazos, Napa era un noble curandero padre de dos hijos que lo esperaban con ansias de abrazarlo. Con el rostro manchado de cenizas de carbón y una pierna herida, Napa, decide regresar a su humilde casa, despidiéndose de sus otros compañeros soldados que había curado con sus medicinas que tenían un aspecto asqueroso, miró con preocupación a un triste rostro que lloraba sobre dos rocas, pues en la batalla perdió sus dos pies, con su cara llena de rabia Napa se le acercó y entre aquella sangre que caía espumosamente y los tendones que colgaban como sogas le echó cenizas revuelta de su propia saliva y en un instante se le calmó el dolor, no volvieron sus pies, pero si su sonrisa y el hombre le dijo: “Gracias Napa por tu servicio a esta guerra que hemos perdido y de la cual fuimos los más perjudicados, Dios nos bendiga eternamente, cuídate amigo”. Después de escuchar las hermosas palabras y a la vez conmovedoras, marchó a su casa con una escopeta en su espalda y un hacha en su mano derecha, al adentrarse en lo profundo del bosque los animales desde los árboles lo veían como a un extraño hombre de sombrero grande, barba hasta el cuello, y con el cabello largo hasta sus hombros. Las urracas y su horrible canto desde un gigante árbol con muchas ramas hacían sentir enojo a Napa, con su escopeta apuntó hacía las molestosas aves y un disparo espantó a todos los animales según su género, mientras una de las urracas caía sangrando, ya que el disparo le había dado en el grande buche que estaba tan duro como una roca. Al ver que aún palpitaba su corazón, Napa, sacó un afilada navaja del bolsillo de su arrugado pantalón e hizo un camino en aquella parte donde había herido a la urraca que aún agonizaba, manchado el camino mientras caminaba llevando consigo el corazón que aún palpitaba entre sus manos. Pasaban las horas, ya era de noche, caminando cansado y sediento de sed, Napa se encontraba sobre una roca al borde de un hermoso  en el que hermosos peces nadaban en manadas, la hermosa luna llena que brillaba con destellos se reflejaba en el lago dándole un aspecto mágico, Napa lo miraba deslumbrando sus ojos, y mientras observaba fijamente las aguas brillantes se escuchó un escalofriante aullido en lo más profundo del bosque, y unos gritos que parecían nacer de una tortura, intrigado decidió caminar lentamente, rugidos de una hocico con afilados dientes y lengua ensangrentada salían de un oscuro callejón plagado de ratas e insectos venenosos. Observando precavidamente detrás de una roca, Napa se llevó una fuerte impresión al ver a un gigante lobo que parecía ser mutante, era tan grande que lo hizo sentir miedo, al respirar de la impresión, el lobo volteó viéndolo  con ganas de atacarlo. Era tan grande como un elefante, tenía los ojos rojos y a la vez negros con amarillos, una cola grande de brillo fino que movía continuamente, una lengua tan grande y unos afilados dientes que parecían cuchillos, el lobo comenzó a acercársele lentamente, Napa no sabía que hacer, había perdido la movilidad cayendo al suelo, el hacha se la lanzó con poca fuerza y llegó solo hasta las patas del animal haciéndolo enojar, cuando esté corrió hacía él Napa reaccionó y con su escopeta lo hirió en unos de sus espantosos ojos haciéndolo chillar y huir rápidamente del lugar. —¡Dios! ¿Qué era esa cosa? —se preguntó asustado —A, a, a, ayuda —decía un hombre herido Napa corrió a ver, al parecer los gritos que escuchó provenían de un hombre que el lobo devoraba poco a poco, este era delgado, y el feroz animal se había tragado una de sus piernas. Siendo noble y bondadoso, Napa lo ayudó a levantarse, y usando el corazón del ave que bajó de una bala junto con una planta machucó y machucó obteniendo una mezcla espesa y babosa color azabache frotándola en la pierna del ser que gritaba y llora de dolor. —¿Qué me hizo? Ya no siento nada —le dijo sorprendido —La naturaleza mi amigo —¿Eres un brujo? —le preguntó el hombre asustado —No, soy un curandero y soldado retirado —le respondió sonriendo —Guao, muchas gracias señor soldado —Napa, soy Napa, ¿puede usted decirme qué era esa cosa? Nunca en mi vida había visto a un lobo tan grande, parece un mutante —No es nada de eso, su nombre es Badook, un fenómeno de la naturaleza y amo de los animales más peligrosos y oscuros de este bosque, un ser vivo como del mismo infierno —le dijo con suspenso —No entiendo, ¿De dónde salió? ¿Por qué es tan grande! —Hace un día en la guerra mundial la mayoría de los soldados fueron omitidos de la guerra enviándolos a otra que se convertiría en una masacre en un abrir y cerrar de ojos. Muchos dijeron que nuestra salvación era invocar a un espíritu para que la guerra mundial no diera, invocamos a Badook, tomando el aspecto de un gigante lobo el cual pensamos que iba a ser nuestra salvación y la de muchas personas para que no hubiera sangre derramada. Pero nos equivocamos, Badook tomó el control sobre los animales del bosque volviendo a los más encantadores en seres de fuerzas oscuras, nuestro comandante no pudo hacer nada y la guerra se dio, pero envío a muchos a esta guerra el cual tenía un solo objetivo: ”Acaba con Badook y cualquier animal que controlara”; sin embargo, nos fue mal, todos murieron rápidamente, nadie pudo escapar de ese miedo. Gracias a ti, estoy vivo. —No lo puedo creer, ¿Eres un soldado? ¡Dios! Mi familia y yo vivimos en el bosque, ¿Cómo se les ocurre invocar un espíritu sin ser consientes de leñadores y todas estas personas que pidan este lugar? —le dijo Napa un poco enfadado —Lo siento mucho Napa, y sí, sí soy un soldado. ¡Lo sé y lo siento! Ahora sé que Dios es nuestra salvación y a él debimos orar y pedir ayuda —le respondió el hombre apenado —Ya es tarde, el hecho, hecho está y ya no se puede reparar ¡Debo ir por mi familia! —exclamó preocupado —Claro, corree y llévalos a salvo fuera del bosque —pero…¿Y qué pasará contigo? —No te preocupes por mi, estaré bien ¡Corre! Napa le dejó la escopeta como protección y corrió lo más rápido que pudo, preocupado y angustiado corría con su hacha en manos por si en el camino un lobo se le cruzaba. Pasaban las horas, el bosque estaba tan oscuro y después de tanto correr, cansado logró llegar a su humilde casa la cual era una pequeña cabaña de madera que él mismo había construido. Al entrar su esposa Margaret lo abrazó fuertemente junto con sus dos hijos De Chicnak-panea y Chagary. Miedoso comenzó a apagar las velas diciéndoles que no hicieran ningún ruido mientras miraba desde los agujeros de las paredes. —¿Qué pasa Napa? —,preguntó Margaret sin entender la reacción de su esposo —Papá, papá, papá ¿Qué sucede? —le decían sus hijos —¡Hagan silencio! —exclamó Mientras seguía observando, denotó que una manada de lobos con los ojos rojos rodeaban su casa. —Lleva a los niños al bosque y ocúltalos en un lugar seguro ¡Pronto!—Vamos hijos de prisa —les decía y sus hijos veían a su padre preocupado con una hacha en sus manos —¡¿Qué sucede mamá?! —gritaban asustados Al salir por la puerta trasera, Margaret corrió junto con sus hijos llevándolos a lo profundo del bosque entre u os matorrales diciéndoles que guardaran silencio. Llorando marchó a ayudar a su esposo quién ya peleaba con un lobo rabiosos con ansias de matarlo. —¡Aaaaah! ¡Dios mío! —gritó su esposa asustada Napa asesino el lobo dándole con el hacha fuertemente en la cabeza, mientras más se acercaban con ansias de devorar carne y sedientos de sangre —¿Y los niños? —le preguntó cansado —Están a salvo, ¿Puedes decirme qué es lo que está pasando? ¡Estoy asustada! ¿Qué son esos lobos? No parecen unos lobos normales —le dijo nerviosa y preocupada —Luego te lo explico ¿Sí? Ahora tenemos que irnos Mientras salían por la puerta un lobo se le lanzó a Margaret dejándola sin vida, el cuello se lo dejó todo rasguñado, mientras otros enfurecidos de masticar se acercaban rodeando a  Napa. —¡Noooo! ¡No! ¡No! ¡No! Por favor mi amor levántate, ¡Levántate Margaret! ¡Levántate! —gritaba llorando Sus dos hijos sentían frío y tenían ganas de salir de los matorrales para ir a ver qué pasaba con sus padres —No podemos salir —Pero tengo miedo Mientras discutían un lobo rondaba por allí y ambos se taparon la boca fuertemente para no hacer ningún ruido.              
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