13. Buscando al destino

1459 Words
BUENAVENTURA ESTRELLA Creo que anoche tuve fiebre y hoy amanecí con dolor de cabeza, tos y cansancio, pero no me puedo quedar aquí, podrían venir los dueños de la casa, será mejor que me vaya a seguir buscando la forma de sobrevivir. Mi día comienza con todos los malestares de la enfermedad, pero ni modo, no tengo de otra. Cómo extraño las bebidas calientitas de mi mamá y sus cuidados con amor, pero eso ya jamás lo tendré. — Te prometo, mi niño, que a tí nunca te faltará mi amor, no importa lo que pase ni los errores que cometas, siempre estaré para tí. Me tiendo luego, luego a buscar a quien ayudar, pero como siempre, lo único que recibo es el desprecio de la gente, así que vuelvo a lo único que me ha dado resultados desde que llegué a la ciudad, pedir limosnas. ISABEL Casi no pude dormir pensando en mi hija Esmeralda, hasta tuve pesadillas, toda la noche me vino a la mente su imagen enferma, pedí a la virgen de Guadalupe que me la cuide y la proteja de todo mal y ahora me toca a mí hacer mi parte, mantener mi fé, seguir buscando con esperanza y ayudar en lo que pueda al prójimo. IGNACIO El nuevo detective que contrató mi papá vino hoy por fin, este tampoco me da buena espina, pues se supone que debió venir un par de días atrás, pero hasta hoy es que se presenta. Quiero estar presente cuando mi mamá lo vea, no permitiré que le vean la cara otra vez. — Hijo, a esta hora ya deberías estar en la universidad — dice mi papá — No te preocupes, papá, la verdad quise quedarme para conocer al nuevo detective — Se te agradece, aunque no era necesario porque yo me quedaré con tu mamá — Creo que entre más personas de la familia estemos presentes, él no tendrá el valor de estafarnos como los otros — Puede que tengas razón — ¡Llegó! ¡Ya llegó! — anuncia mi madre — ¿Quién llegó? — pregunta Lili — El detective nuevo — respondo — ¿El que sí va a encontrar a mi hermana — Eso no lo sabemos, pero esperemos que así sea — ¿Puedo estar presente? Tú dijiste que entre más estemos es mejor — Bueno, eso tienes que preguntárselo a papá — Papi, ¿Puedo? — Él la mira y luego de un momento comprende que también tiene derecho a saber todo lo que ocurre con nuestra hermana — Claro que sí, hija, sí puedes quedarte — Gracias, papito. XAVIER El detective demostró tener experiencia en lo que hace y aunque no nos dió esperanzas como los anteriores, me quedo más tranquilo, pues sé que él realmente sabe lo que hace. Cómo quisiera devolver el tiempo atrás y nunca haber cometido ese terrible error, hubiera preferido morir a manos de esos criminales durante ese día que haber perdido a nuestra hija. ANDALUCÍA CHANGEL Cómo extraño a mi hermana Estrellita, ya nomás que pase poquito el tiempo y me voy a la ciudad a buscarla, Eliseo ha estado rondando la casa, seguro sigue pensando que la tenemos escondida, pero no me importa lo que piense ese patán, yo encontraré a mi hermana y no voy a permitir que ese desgraciado de case con ella, no me importa lo que me cueste. Ya veré la forma de proteger a Sofía, no se vaya a topar con otro patán que se encapriche con ella como el Eliseo, a ella sí la voy a proteger como no pude con Estrella. JUAN PABLO A todos se nos cuecen las habas por unos a la ciudad, si no fuera porque don Arnoldo y su hijo Eliseo siguen pendiente de nuestros movimientos, ya andaríamos allá buscando a la Estrellita, lo único que me da tranquilidad son mis visiones donde la veo muy bien, hasta creo que se ha encontrado con su verdadera familia, me da tristeza, pero alegría a la vez, pues sé que ellos la protegerán de todo mal y le darán todo lo que yo no pude darle. ELISEO Sigo creyendo que la Estrella está escondida en casa de don Juan, no puedo creer que ya la tenía en mis manos y se me escapó la maldita, ¡¿Cómo pude ser tan torpe?! ¡Maldita sea! Pero tarde o temprano esa familia me las va a pagar. BUENAVENTURA ESTRELLA Tuve que regresar antes de tiempo a mi refugio, pues los malestares no me dejan trabajar en paz y cada vez me siento peor. Intentaré dormir otro rato para ver si así me compongo. Temblando y con mucho frío me quedé dormida y ya es de día, no sé qué hora es, pero escucho mucho ruido afuera, me asomo por una ventana y veo que hay personas afuera, ¡Los dueños están aquí! Me tengo que ir de inmediato. Al salir de la casa no pude evitar que me vieran, tuve que salir corriendo para que no me atraparan, seguro me cobran la renta o me meten al bote por invadir su casa, tan buen refugio que era y ahora tengo que buscar otro, ya ni modo. Comienzo el día ya con la adrenalina corriendo por mis venas, pero eso es bueno porque así no me quedo dormida entre tanto malestar, espero que ésto se me pase pronto. Casi no tengo energías para buscar trabajo, por lo que me he ido directo a pedir limosnas. Cansada y sin tener a dónde ir es que vuelvo a terminar el día antes de tiempo, pues necesito descansar. Me siento en una banca de un parque donde intento descansar, pero un policía me ve muy feo y patitas pa’qué las quiero. ¡Qué mal! Tanto sueño que tengo y no puedo ni descansar. ¿Que ni a eso tenemos derecho los vagabundos? Sigo caminando despacio, paso a pasito hasta que llegó a una zona poco habitada, ya es de noche y ahora sí que donde sea me quedaré dormida, hasta en la banqueta, pues estoy muy cansada y creo que la fiebre volvió. — ¿Estoy alucinando? ¿O qué es eso que veo? Es como un camarote de un tráiler, ¿Será que puedo pasar allí la noche? He escuchado que son muy cómodos. Me acerco poco a poco y me asomo para ver si hay alguien allí, espero unos minutos afuera mientras observo a mi alrededor por si llega el dueño, quizá pueda pedirle permiso de dormir allí esta noche, pero nadie aparece, entonces, vencida por él cansancio me meto a dormir allí. ISABEL Hoy es día de misa y ya estamos todos listos como cada domingo. Voy a pedir mucho para que ese nuevo detective sí encuentre a mi hija. — Llegan temprano, hija — nos reciben el padre — Padre Jacobo, buenos días, es que tenemos un nuevo detective que nos ayudará a encontrar a mi Esmeralda y vemos a pedirle a Dios y a la virgen su bendición para que él sí logré encontrarla — Verán que toda fe tiene su recompensa — Gracias padre, usted siempre sabe qué decir para que me queda tranquila — Voy a prepararme para la misa, se quedan en su casa — Gracias padre — dice Xavier. ESTRELLA Entre limosna y limosna sin querer llegué a una iglesia enorme y muy bonita, quizá pueda escuchar la misa y confesarme para que Dios perdone mis pecados, tal vez es lo que necesito para que mi suerte mejore. Entro a la iglesia donde ya hay un poco de gente, supongo que aún falta tiempo para que empiece, pero no puedo pedir limosnas aquí porque es de mala educación y con el hambre que traigo, hasta las tripas me gruñen, espero que no hagan eco aquí adentro. Pronto comienza a llenarse la iglesia y con ella las miradas y habladurías de la gente recaen sobre mí, supongo que hielo muy mal porque todos me hacen cara fuchi, ni modo Diosito, no quiero incomodar a esta gente, mejor me salgo de la iglesia y me quedo afuera. IGNACIO He visto a una pobre muchacha que se salió de la iglesia, a veces la gente es tan cruel, no sé para qué vienen a escuchar la misa si no son capaces de sentir compasión por nadie. — Enseguida vuelvo — aviso a mi madre quién también la vió. Al salir veo a la muchacha sentada junto a un árbol observando hacia el puesto comida de la esquina, pobre muchacha, debe estar hambrienta. Me dirijo al puesto y pido un orden sólo para ella, luego se la entrego y le doy un poco de dinero intentando ayudarla. ¡Cómo quisiera poder hacer más por ella!

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