El escándalo.

1074 Words
“Walsh Productions se ve envuelto en un escándalo que jamás imaginamos: el director de cine Yon Sue, reconocido por sus últimas dos grandes obras maestras “Tarde de Verano Azul” y “Ligh: Una ciudad de fantasía”, ¡acosaba a varias chicas dentro del set de rodaje! La dueña de la productora, Wanda Walsh, pasó de ser víctima a cómplice del director. Recibía constantes quejas del grupo de bailarinas contratadas para la nueva película de Sue, “Posición 3”, sobre como el director las buscabas tras camerinos antes y después del rodaje. No ocultaba sus intenciones, pues varias chicas, entre ellas cuatro menores de edad, aseguran que el hombre trataba de tocarlas de manera obscena, les dirigía miradas lascivas durante las filmaciones, les decía que conseguirían un papel más importante si iban a su camerino ¡o a su casa! Las madres alarmadas, se dirigen directamente a Wanda para detener el rodaje, pero la película continuó y fue presentada en cines. La crítica fue bastante ruda con Yon Sue, quien a sus 59 años espera dar otra vez con la inspiración para volver a sus días de glorias. Las acusaciones y las demandas no han sido algo que le haya perturbado su vida, pues desmiente los testimonios de estas chicas, a las cuales llamó “vividoras de su fama” para obtener un poco más de dinero, porque sólo eran un grupo de bailarinas para una parte de la película que no tomaba mucho tiempo grabar, lo que supone una paga bastante baja. Wanda quedó con la mayor parte de la demanda de parte de las madres de las menores de edad, y con números rojos por la gran inversión en la película de Yon Sue que no devolvió ni la mitad de presupuesto que colocaron para “Posición 3”. ¿Será el fin de Walsh Production, que siempre ha dado en el clavo con sus inversiones para el séptimo arte? Conocemos a Wanda por ser la heredera más joven de una productora de cine, después de que su padre, Tyler Walsh, muriera en un accidente de avión, y su madre desapareciera a los seis meses del fallecimiento del hombre, Wanda a sus 26 años se vio dirigiendo la empresa a un mejor camino, ¿o no? Este sería el primer gran rayón de nuestra hermosa joven empresaria, ¿el primero de muchos más, o el primero y el último?” Wanda apartó la tableta con la noticia, dio el último trago a su café y la última calada al cigarrillo. No se acostumbraba a ver a las mujeres de Ligh fumando, pero adoptó el habito después de la muerte de su padre, el acontecimiento había sido hacia dos años ya, pero aún podía sentir todos los teléfonos de su casa sonando, su celular reventando con llamadas, mensajes, notificaciones del acontecimiento, y la pantalla plana del televisor llenando sus ojos con la imagen catastrófica del avión destruido, envuelto en llamas. Le causaba gracia cómo debía cargar con cada responsabilidad desde que sus padres no estaban con ella. La muerte de su padre la había dejado congelada, la desaparición de su madre la hizo ahogarse de rabia, y manejar la empresa le dio el tiempo para ocupar su mente y superar ambos duelos, aunque sabía que en el fondo aún ardía la llama de la tristeza. Cada día de trabajo se obligaba a ignorar esos sentimientos, hasta el amor había pasado a un segundo plano. “El primero de muchos escándalos”, pensó Wanda con disgusto. Se levantó, miró la ciudad a lo lejos, desde uno de los pisos más altos del edificio podía apreciarse como Ligh se volvía imponente a medida que seguía expandiéndose. Cada torre se bañaba en los rayos del sol, aún era temprano para ver la actividad en la ciudad, pero podía visualizar como poco a poco despertaba cada persona que le daba vida a la capital. El teléfono de la casa sonó, Wanda se sorprendió pero esta vez no lo ignoró. Tomó el teléfono de la mesita de café, acomodó la ligera tela de satén que envolvía su cuerpo, la bata para dormir le abrigaba lo suficiente, porque la camiseta de tiras y el short n***o revelaban las esbeltas piernas de Wanda. ─ Te destruyeron, eso escritores inútiles te colaron en su desastre y Yon Sue ni siquiera te defiende. ─ Dijo Brandon al otro lado de la línea. ─ ¿Leyendo noticias tan temprano? ─ Murmuró Wanda, apoyando su mano contra el vidrio. ─ ¡Invertí dinero en Yon Sue, en su película de porquería para que ahora salga con sus sadismos! ─ Discutió Brandon. ─ Me arrepentiré el resto de mi existencia por las siguientes palabras pero: Yon Sue tenía razón. ─ Admitió. ─ ¿De qué estás hablando? ─Gruñó Brandon. Wanda sabía que Brandon la llamaría en algún momento, pero cuando el chisme se convirtió en premisa, no había tenido tiempo de aclarar las cosas antes de que reventara y terminara leyendo una noticia al respecto a las 4:39 de la madrugada. ─ Ese artículo tiene al menos unas pocas cosas cierta en relación al tema. ─ Respondió Wanda. ─ Las madres de las bailarinas sí querían más dinero, nunca me dijeron nada del supuesto acoso porque nunca hubo tal cosa, y las chicas fueron empujadas por sus madres a dar esos testimonios, que realmente sólo fueron tres chicas de 14, 15 y 16 años, las cuales se enteraron de cuánto le iban a pagar a una de las actrices que salía unos minutos más que ellas y querían la misma cantidad, sin tomar en cuenta que dividimos el pago grupal a individual… Detalles que ya tú manejas, Brandon, así fue como Yon Sue se vio envuelto en ello, y no piensa defender algo que ni siquiera sucedió. ─ Aclaró con voz cansada. Volvió al sofá delante de la televisión en su gran sala. Se acostó tapando con una mano su rostro y manteniendo el teléfono cerca de su oreja con la otra mano. ─ Esas… Esas… ─ Gruñó Brandon después de unos minutos que se había mantenido en silencio. Wanda colocó el teléfono sobre su pecho, respiró profundo porque podía aún escuchar a Brandon gritando al otro lado de la línea. Vio la hora en la esquina de la pantalla del teléfono, ya eran las 5 de la mañana, decidió finalmente que era hora de comer algo.
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