Victoria. Vavilov prometió, que Klim estaría fuera solo dos días, pero pasó casi una semana y todavía no acudiera a su lugar de trabajo. Todo este tiempo el jefe de seguridad estuvo conmigo. Pero hoy Vavilov se fue con mi padre a una reunión muy importante, y me asignaron otro atleta estúpido, que me enfurecía solo con su presencia. Era evidente que a este tonto yo tampoco le caía bien, pero soportaba todas mis payasadas apretando los dientes. - Vicky, ¿por qué estás tan triste? – Gritó Dasha en mi oído, tratando de gritar por encima de la música alta. Tenía razón, nada me alegraba los últimos días. - Mira, tu DJ favorito está en el control remoto, vamos, lo salúdanos y bailamos, - intentaba animarme mi amiga. Pero yo no quería y libré una lucha invisible conmigo misma. Durante los