Victoria. Estaba nerviosa, pero no por el examen ficticio, sino por el inevitable encuentro con Klim o TT. "¡Maldita sea! ¿Por qué acabé entrando en este chat?", - me regañé a mí misma. Después de beber café, tomé mi bolso y me dirigí a la salida. Se suponía que tenía que encontrarme con él. Abrí la puerta y vi la cara radiante de Klim, que estaba de pie junto a mi coche. Me sonrojé contra mi voluntad. No me cabía en la cabeza que fuera él a quien le permitiera todo en la realidad, y más aún en mis fantasías. No podía mirarlo a los ojos. Tenía miedo de leer en ellos sus pensamientos y ver en ellos... No sabía qué exactamente, pero estaba terriblemente incómoda. Él abrió la puerta del auto, me ayudó a entrar, caminó alrededor del coche, se puso al volante, encendió el motor sin decir una