Clases y contraste.

1667 Words
¿Por qué me mira así? Me distrae demasiado, se ve tan perfecta, vamos Matu concéntrate en la clase tienes que ser profesional, pero es que se ve tan perfecta que no puedo dejar de verla y hace unos minutos nos íbamos a besar iba a besar a mi esposa después de 7 eternos años, pero me interrumpieron. Tengo que conquistarla nuevamente sea como sea tengo que recuperarla y que me ame como antes, vamos Matu tú puedes, debería de tomar unas vacaciones para estar con ella, después de todo no las he tomado desde que estoy aquí. —¿Entonces alguien tiene una duda?. —Profesora ¿Es cierto que su esposa está en el hospital?. —Dudas de la clase. —No— dicen todos —Si no hay dudas entonces, ¿qué quieren saber?. —Ella es su esposa— Señalan a Lilith —La clase ha terminado, y cualquiera que pregunte de mi esposa no entrara a la siguiente dos clases. Se levantan y salen, cuando se va el último estudiante ella se acerca sonriendo, definitivamente su sonrisa se ha convertido en mi debilidad así no le puedo negar nada. —Fue una clase interesante te mirabas hermosa y profesional. —Gracias— le sonrió como tonta —Ahora que sigue Doctora Adams. —Vamos con Atenea. —Ok. Me sigue mientras camino y vamos al consultorio de Atenea, he descubierto que tiene curiosidad y eso me encanta. —Sabes he estado pensando en tomarme unas vacaciones para ayudarte a acomodar tu vida y tu salud. —Pero eres Doctora, jefa y maestra, no quiero interrumpir tus planes. —No me he tomado unas vacaciones desde que empecé así que no va a hacer un problema. —Si estás segura de que no interrumpirá nada hazlo. —Bien hablaré con el director del hospital. Llegamos al consultorio de Atenea y sale rápidamente, nos agarra de los brazos y se pone en medio de cada una. —Están diciendo que las encontraron besándose en tu oficina. —Eso es mentira no nos estábamos besando aun— le contestó —Aún, por mi diosa van muy rápido ya pronto van a estar haciendo otras cosas. —Atenea por favor nos están escuchando. —Vamos Lilith tú eras peor que yo. —Atenea déjala en paz— Le digo —Si, si como diga su majestad, ponte está bata y nada de metales así que collar, anillos fuera. —Ok. Se quita los anillos, el collar después me los entrega y se va a poner la bata. —Con esto sabremos que es lo que le pasa verdad. —Eso espero, le tomaré del todo el cuerpo y su cerebro, también le haré una con contraste para ver todo mejor. —Listo ahora que sigue. —Matu te preparará la vena para la resonancia con contraste. —¿Por qué no se la preparas tú?— le preguntó a Atenea —No tengo ganas, ándale ahí están las cosas. —Qué rara eres— le digo —Lo se. Preparo las cosas, le pongo lo necesario y listo. —Ahora acuéstate en la cama, ándale Matu acomódale las cosas. —¿En serio, Atenea otra vez?. Solo me mira, sigo a Lilith al lugar, se acuesta le pongo la rejilla en la cabeza para que no la mueva, ¿por qué Atenea es así? Siempre disfruta hacer eso, anda rara muy rara, pero que me sorprende ella siempre es extraña y más con ese embarazo. —Amor cuánto el contraste entre, es decir el yodo vas a sentir todo tu cuerpo caliente, no te muevas es normal. —Ok. Salgo y regreso al cuarto donde está Atenea y me mira sonriendo, está loca definitivamente loca. —¿Qué?. —Primero están por besarse y ahora le dices amor. —Ella dijo que no le molestaba así que lo hago, anda veamos cómo está mi esposa. —Lilith vamos a comenzar ok, no te muevas. —Está bien— le contesta Comienza a hacerle la resonancia y las imágenes van apareciendo, pero todo se ve normal, veo otra pantalla con más imágenes del cuerpo. —Es raro. —¿Qué es raro?— le pregunto a Atenea —Si cerebro, es raro, puedes ponerle el contraste. —Sí. Agarró la jeringa con el yodo y voy donde está Lilith. —¿Está todo bien?— me pregunta —Si, todo va bien te lo voy a poner, recuerda que vas a sentir todo tu cuerpo caliente. —Sí está bien. Le voy poniendo poco el yodo y veo que se muerde el labio. —Quédate quiera ahorita regreso. —Sí. Regreso a la cabina y Atenea sigue mirando las imágenes, yo no soy neuróloga, pero tengo cierto conocimiento y se mira bien ¿por qué dice que es raro?, no logro comprender, incluso con el contraste está bien. —¿Y hay algo mal?, yo miro todo bien. —Eso es lo raro Matu, si alguien sufre lo que ella pasa tendría que ser notorio lo que está mal y no lo está, mira todos están bien y si es así no podremos ayudarlas por parte médica. —Pero en parte es bueno ¿no? Sabemos que está bien físicamente y no hay un tumor o alguna otra falla. —Si, pero siento impotencia porque no puedo ayudarla, puede que sea psicológico, pero no lo creo realmente no creo que sea eso, su memoria no está, no es posible. —Te diré algo, siento que su cuerpo así está reaccionando por las cualidades, es como si se estuviera preparando ¿Puede ser posible?. —Si esa puede ser una opción, aparte de los ojos brillantes ha manifestado algo. —La isla le hablo bueno o las joyas le hablaron para que las recogiera y fue unas horas después de que le pasara eso. —Amm chicas, se que están hablando sobre mí y que ya terminaron ¿Puedo levantarme?. —Mierda no apagué el micrófono, mierda me escucho, por mi diosa Matu ayúdala. —Hay Atenea tú siendo tú— le digo Salgo del cuarto, le quitó la rejilla a Lilith y la ayudó a sentarse, le quitó el punzocat y le pongo una curita. —Listo ya puedes irte a cambiar. —Ok. Lilith Así que puede ser que mi cuerpo se está preparado para que se manifiesten mis cualidades, tiene sentido, en el diario decía que cuando manifesté la primera me puse mal y me dieron un permiso especial, después brillaba por horas y flotaba algo así debería de decirles, me terminó de cambiar y salgo a dónde están platicando. —Saben mientras leía el primer diario decía que cuando se empezó a manifestar mis cualidades, inicio con vómitos después no dice nada más porque perdí el conocimiento creo que la que es mi mamá me cuido toda la noche, al día siguiente me llevaron al hospital y me dieron un certificado “especial”. —Entonces tienes razón Matu puede ser que su cuerpo se esté preparado, hoy llegan nuestros padres así que le preguntaré al respecto. —¿Entonces eso sería todo?— les pregunto —Sí sería todo— me dice Atenea —Bien regresaré a casa. —¿Te puedo llevar?— me pregunta Matu —Estás en el trabajo, no hay necesidad puedo agarrar un taxi. —Matu ábrele una puerta a la casa que te complicas— le dice Atenea —Cierto porque no lo pensé, ten tus cosas. —Gracias. Me entrega mis anillos y el collar me los pongo después me entrega mi bolsa, no quiero preguntar qué puerta va a abrir, pero presiento que será un camino rápido. Abre la puerta y puedo ver del otro lado parte de nuestra casa, me gusta esa cualidad definitivamente la quiero en mí. —Nada más la cruzas y ya. —Adiós, chicas cuídense mucho. Me dicen adiós y cruzó la puerta cerrando el otro lado, será una especie de portal, no sé pero me agrada. —Llegaste te extrañé— me dice Rosy —Yo también te extrañé ven acá— le doy un abrazo —Eva y Lucía quieren que vayamos de compras, ¿Vamos?. —Si vamos aparentemente soy millonaria y tengo muchas tarjetas, compremos cosa para que termines tus estudios. —Hablando de eso Ita le estaba diciendo que puede entrar al instituto, tiene todos los grados académicos y aparte les enseñan a llevar sus cualidades al máximo y saberse defender, me contó lo que pasó y eso será de ayuda— me dice Eva —¿Y qué quieres hacer Rosy?. —Pues sería bueno intentarlo, aprendería más de mi cualidad y estudiaría sería un dos por uno. —Entonces hazlo si eso quieres hazlo ahora que puedes —¿En serio? Gracias en serio, gracias. —¿Nos vamos de compras?— me dice Lucia —Vámonos. Salimos todas de la casa y nos subimos a una camioneta, pasamos todo el día de compras, compramos ropa, zapatos, bolsos, lentes porque me di cuenta de que me hacían falta. Joyas, celulares y computadoras para las dos, ropa interior muy sexy por cierto, pijamas igual de sexis, Lucía las eligió dijo que eso usaba yo así que le creó, maquillaje, y lo que se nos cruzó. —Esperen tengo que hacer algo— les digo a todas —¿Qué vas a hacer Ita?— me pregunta Eva —Le voy a mandar flores a mi esposa, aparentemente nadie creía que estuviera casada así que quiero hacerme notar. —Amiga quien te viera— me dice Lucia —Basta. Entró a la florería y pido un arreglo con 100 rosas rojas y 7 rosas, rosas. “Una flor por cada año que no estuve contigo y 100 más por los que espero vivir a tu lado” Pongo la dirección del hospital, pago y salgo de la florería, para regresar a casa con todos.
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