Pasan los días, después llegan las semanas, el tiempo pasa rápido, y cada día me espera una tortura del embarazo diferente, en las mañanas son las famosas náuseas matutinas, los mareos a todas horas, el apetito que jamás se va, amo a mis hijos, pero el embarazo no es lo mío.
Hace dos días comencé escribirle un diario a mis hijos, cuando Matu me preguntó solo le contesté que quería que lo leyera en un futuro, su sonrisa se iluminó y dijo que comenzaría uno.
Mi corazón dolió demasiado odio mentirle, pero era lo único que podía hacer, Morningstar y Atenea regresaron a la casa a seguir estudiando aunque vienen todos los días.
Atenea está encantada de ser tía y ha comenzado a comprarles ropita, puedo ver su sonrisa cuando habla de cuando sea mamá con Samuel y lo feliz que estará cuando conozcan a sus primos. Odio no cumplir mi promesa.
—¿Amor en qué piensas?— me pregunta Matu
—En lo feliz que estoy, estamos a unos días de nuestra boda muero por verte caminar al altar.
—¿Cuándo me vas a enseñar tu vestido de novia?, Ni siquiera mire que lo comprarás.
—Es porque no lo he hecho.
—¿Qué? Es broma nos casamos en tres días.
—Yo tengo mi vestido desde hace mucho, Mario lo diseño cuando supo que nos íbamos a casar.
—¿En serio?.
—Sí, es hermoso tiene detalles rojos.
—Muero por verte en él, te verás jodidamente sexy.
Me suelto riendo, no, ella se verá jodidamente hermosa y sexi y perfecta y será mía.
— Regresemos a casa.
—Vamos— me sonríe
—¿En serio tienes que irte con tus papás estos días?— le digo dolida
—Si amor es tradición en los Parker, aunque puedo escaparme en la noche— me dice sonriendo
—Quien soy yo para detenerte a entrar a mi habitación.
Entramos a la casa y ella se queda parada de golpe.
—¿Qué hace él aquí?— le preguntó a Eva
—Lo siento Ita la mamá de Lana… ya sabes.
Entramos y vemos a la mamá de Matu junto con otra persona.
—¿Quién es ella Priscila?— le pregunto a la mamá de Matu
—Es la mamá de él, buenas noches, Rosario— le dice Matu a la señora
—Buenas noches, Lana, Lamento interrumpir su hogar— dice mirándome
—Directora Adams, lamento presentarme un avisar.
—Mamá, eso es una falta de respeto además como pudiste traerlo.
—Venimos a pedirles perdón, también a hablar con Atenea y Morningstar— dice la señora
Volteo a mirar a Eva.
—Ya vienen en camino andan haciendo unos trámites para Dixon— me dice Eva
—¿Están sus padres?, me encantaría habla con ellos también— dice la señora
—Ellos no…
—Murieron, pero cualquier cosa puede decírmelo a mí— le digo interrumpiendo a Priscila
—Oh Lamento lo que pasó eres muy joven para quedar sin padres.
—Tengo más edad de lo que piensa— Matu me aprieta la mano.
—Ita estaré en mi habitación, con permiso.
Puedo ver que Oliver sigue con la mirada a Eva, después voltea a ver a Matu.
—Cuidado a quien ves Oliver y como la vez-— le advierte Matu
—Lo siento, es solo que es hermosa.
—Si sigue mirando a mi nieta de esa manera no quedará nada de él— le digo a Matu en voz baja
—Lo siento— me dice
—Priscila me dijo que te ibas a casar con ella— dice Oliver
—Si en tres días— le contesta Matu
Ja, toma ese desgraciado de mierda,
—¿Quieren algo de tomar?— dice Matilde
—Matilde, no sabías que estabas aquí— le digo levantándome para abrazarla
—Escuché que regresabas a casa y quería consentirte, te ves hermosa con el embarazo.
—¿Embarazó?— pregunta Oliver y su mamá
—Sí, tiene tres meses— le contesta Matu
—Estaré con Matilde— le digo a Matu
Los dejo solos y voy a la cocina, el hambre me volvía loca, siento que soy un barril sin fondo.
—¿De casualidad hiciste pastel de chocolate?— le pregunto
—Claro, Dixon quería aprender así que le enseñé.
—Puedes darme un pedazo me iré a cambiar.
—Claro.
Me voy a darme un baño, después me pongo un vestido rojo de satín ajustado y puedo ver qué mi vientre se empieza a notar, nos queda bien el rojo mis bebés.
Bajo las escaleras y veo que Atenea y Morningstar llegaron.
—Aquí está tu pastel— me lo entrega Matilde
—Gracias— lo agarro y comienzo a comer
Bueno a devorarlo, era tan delicioso que me comí otro plato más, escucho que están discutiendo así que me levanto y me acerco a ellos.
—Lilith sabes que quieren que hagamos— me dice Atenea enojada
—¿Qué?.
—Quieren que perdonemos a ese imbécil.
—Por favor entiéndame después de que mi esposo fue arrestado y encarcelado nos quedamos sin dinero no tenemos cómo pagar todas esas cuentas— me dice Rosario
—Entonces puede ir a la cárcel— le dice Morningstar
—¡No! Él es un buen muchacho, no es un buen lugar para él.
—Rosario tu hijo no es un buen muchacho como dices, no sabe respetar a las mujeres y causó daño a propiedad privada— le contestó
—Eres muy joven para entender, pero cuando tengas tus hijos entenderás lo que te digo.
—Créame que sé de lo que hablo y por eso le estoy diciendo lo que le digo, mire el asunto no tiene que ver conmigo, es entre ellos tres, pero si de verdad ama a su hijo lo dejaría ir a la cárcel solo unos años y aprendería su lugar y tal vez se eduque.
—Por mí, que vaya a la cárcel y se aleje de mí, recuerden que tiene un orden de restricción en proceso— le dice Lana
—¡Por favor Lana por todos estos años que estuvimos juntos, perdóname no quiero ir a la cárcel!, sabes cuánto te amo como puedes hacerme eso— se acerca y le agarra la mano
—Por eso lo hago, necesitas ver la realidad.
Me acerco y le quitó la mano de la de Matu.
—No la toques sin que ella te dé permiso— le digo
—Es mi novia puedo hacerlo.
—En caso de que no recuerdes ella es mi prometida y en unos días será mi esposa además es la madre de mis hijos.
—Ella era mi novia antes de que…
—Cállate Oliver, Rosario ya tomé mi decisión y realmente no pienso cambiarla.
—Pueden pensarlo unos días.
Morningstar me mira y después mira a Rosario.
—Su collar Lilith— me dice mentalmente
—¿Qué tiene?— le contestó
—Lo tienes dibujado en los diarios.
Volteo a ver el collar y reconozco su forma, si junto todo tal vez pueda cumplir mi promesa.
—Necesito el collar que tiene rosario— les digo mentalmente
—¿Por qué Amor?.
—Es parte de mi promesa— le contestó
—Cuánto tiempo le dan en la cárcel— nos dice Morningstar
—10 años exijo mínimo diez años— dice Atenea
—5 años y dos de libertad condicional— dice Morningstar
—7, libertad condicional y una asustada— dice Atenea
—5, libertad condicional y lo asustamos— dice Matu
—Trato— dicen todos y después me miran.
Porque tengo que decirle yo, pero bueno técnicamente me hacen la líder y quiero ese collar.
—Hablamos y están dispuestos a negociar— le digo a Rosario
—¿Cuándo hablaron? Solo se vieron— dice Oliver
—Ofrecemos 7 años de cárcel y dos en libertad condicional por su collar.
—¿Mi collar?— se lo toca
—Si, tu collar a cambio del dinero, solo pedimos eso.
—No puedo lo siento— me dice Rosario
—5 años de cárcel y dos de libertad condicional podrían ser más años si involucramos a abogados y policía tendrá más de 10 años, solo pido tu collar a cambio— le digo —Tiene 21 y si entra ahora, cuando cumpla los 26 saldrá de la cárcel.
—Este collar ha estado en mi familia por siglos no puedo solo darlo.
—Entonces ha tomado una decisión— me levanto —Saben dónde queda la puerta.
—Está bien señorita Adams, le daré mi collar— se lo quita del cuello y me lo entrega
—Por favor acompáñeme a mi oficina.
Se levanta y me sigue a mi oficina, mira alrededor de la oficina y mira el cuadro con mis hijos, mis hermosos hijos.
—He sido madre de ellos tres— le digo señalando el cuadro —Los dos más grandes tenían 16 años cuando los adopte, el más pequeño lo críe desde que tenía solo unos meses de vida; sé lo que siente al ver a su hijo hacer esas cosas que no son buenas, pero créame que cuando le digo que su hijo saldrá de ese lugar siendo una mejor persona lo digo en serio.
—Es imposible que seas madre de alguien así eres muy joven.
—No lo soy, las apariencias pueden engañar, nací en el año 1996, he visto generaciones formarse guerras iniciar y acabar, ahora no lo entiende, pero sabe que tiene sentido lo que yo le estoy diciendo, su familia tiene secretos es por eso que no quería darme el collar.
—Ahora lo sé, eres como ellos— dice —Mis abuelos siempre dijeron que había personas diferentes a nosotros.
Me siento en el escritorio y saco mi chequera, le hago un cheque por 1 millón de dólares.
—Soy diferente como tu abuelo lo contó— le digo —Llevo un tiempo buscando tu collar si la persona que busca esas cosas para mí lo hubiera encontrado yo lo compraría; así que ten puedes iniciar un negocio o invertirlo en algo, sé que tu marido los dejó sin un peso, no es mucho, pero servirá para que vivas sin preocupaciones— le entregó el cheque y lo agarra
—Gracias.
—Rosario a los 26 prometo que saldrá y será un mejor hombre lo he visto.
—Gracias Lilith— voltea a ver al cuarto —¿Qué paso con ellos?— me pregunta
—El pequeño se casó y tuvo una hija, es Eva la que te recibió, los otros vivieron una vida simple y feliz al final murieron de vejez.
—¿Fue duro seguir adelante sin ellos?.
—Lo sigue siendo, no hay día que no los extrañé.
—Lo siento debió de ser difícil.
—Una madre nunca debe de ver morir a sus hijos es un dolor inimaginable.
—Eso es cierto, muchas gracias espero y mi hijo realmente se vuelva mejor persona odiaría que fuera como su padre.
—Lo será créeme.
Salimos de la oficina y los despido, una vez que se fueron, entro a la oficina y guardo el collar junto con las otras cosas, cuando lo coloco a un lado de las demás tengo una visión, me giro cuando escucho que me hablan, guardo todo con seguridad y cierro todo.
—Mande— contestó
—¿Para qué quieres el collar?— me pregunta Matu
— Es un secreto— le contestó mientras la abrazo
—Y este secreto ¿quién más lo sabe?.
—Morningstar.
—¿Por qué él tiene que saber todo y yo nada?— me dice separándose de mi
—Eso es mentira él no sabe todo, es solo que él llega a averiguar las cosas por sí mismo, tiene un instinto que da miedo.
—Me tengo que ir mi mamá me está esperando, te amo buenas noches.
—Buenas noches, amor.
Le doy un beso y la acompañó hasta la puerta para despedirme de ella, cierro la puerta una vez que las vi desaparecer en el camino, me voy a mi habitación, cuando entro veo que Atenea está esperándome.
—¿El collar tiene algo que ver con la última misión tuya y de Morningstar?— me pregunta en cuanto me ve
—Si— le contesto
—¿Qué es lo que planean hacer?.
—Nada, lamentablemente nada.
—Digamos que te creo, ¿Entonces por qué lo quieres?.
—No hablemos de eso, necesito tu ayuda.
—Lilith.— me dice en advertencia
—Nea en serio no necesitas saber, ahora ayúdame a sacar mi vestido de novia.
—¿Tienes vestido de novia?— me pregunta sorprendida
—Claro y un traje también todo diseñado por Mario— le digo sonriendo
—¿Mario el que era tu diseñador favorito?.
—Si, pero antes ven déjame hacerte una pregunta.
Salimos al balcón después ella me mira
—Si encontrará la forma de cumplir mi promesa contigo y la de todos los demás ¿qué preferirías viajar al pasado o traer a las personas al futuro?.
—¿Encontraste cómo hacerlo?— me pregunta
—Aún no, pero dime ¿viajar al pasado o traerlo al futuro?.
—No lo sé, por una parte, quisiera regresar al pasado con él, pero extrañaría demasiado a Dixon aparte todo lo que viví sería en vano, pero si los traigo al presente sería un gran cambio para ellos.
—Sabes si yo volviera al pasado regresaría e interrumpirá la boda de Matu no la llevaría al altar la secuestraria, y criaríamos a nuestros hijos juntas y moriría; pero interrumpirá que no tuviera sus hijos y no crearán la empresa y de alguna manera ella no sería Lana, no sería una descendiente y no tendría a estos bebés, pero ella no vería crecer a mis hijos.
—Vaya que lo has pensado— me dice
—Cada día— suspiro —Es un lío— le contestó
—Creo que lo mejor sería traerlos al presente, aunque morirían de nuevo de viejos.
—Es horrible ser inmortales— le digo —Sabes lo bueno es que no verás morir a Dixon ver morir a tus hijos es horrible.
—¿Por qué me preguntas todo esto? ¿Descubriste algo o va a pasar algo malo?.
—No nada malo, es solo que quiero saber qué hacer si encuentro una forma de cumplir mi promesa, Nea haré todo lo posible por cumplirla quiero que sepas que nunca la he olvidado y si me pasa algo regresaré y encontraré alguna forma de cumplirla.
—Lo sé Lilith, siempre cumples tus promesas, pero si es a costa de tu vida prefiero que no lo hagas no podría vivir sin ti, después de todo eres mi hermana.
—Te amo, ahora ayúdame a sacar mi vestido.
Se ríe y me sigue ala habitación de nuestros padres, abro la puerta y se detiene a mirarlo con una sonrisa triste pasa y me sigue al cuarto de seguridad, pongo mi huella y se abre un segundo cuarto en dónde está mi vestido de novia y mi traje rojo, sonrió cuando los veo, volteo a mirar a Atenea.
—¿Qué te parecen?— le preguntó
—Son… diosa me quedé sin palabras es hermoso y la capa con el bordado y pedrería de color rojo es sorprendente, es simplemente perfecto te verás hermosa mis papás estarían felices de verte.
—Lo sé me harán falta junto con mis hijos en ese día.
El recuerdo de sus palabras queriéndome ver en el altar, sus miradas cuando jamás cumplí su anhelo, me llegan, pero sé que sabían que en mi soledad era feliz.