Cuando llegamos a la casa de Morningstar pude recordar cosas que había olvidado, la primera vez que lo mire y nos conectamos, la tristeza que miraba en sus ojos, su dolor y soledad, pero ahora aquí estábamos después de tanto.
Mire a mi alrededor y su casa era la misma no había cambiado nada en todo este tiempo era como si el tiempo se hubiera detenido por un hechizo.
—Por mi diosa, esta energía se siente increíble— dice Atenea sorprendida —¿Por qué nunca había vendido aquí?.
—Yo tampoco vengo aquí seguido, toda mi vida está en otro continente— le contesta Morningstar
—Yo quiero una casa aquí me gusta.
Los ojos de Morningstar se ponían más tristes, podía ver el dolor casi era como cuando lo conocí, extraña a Lucia puedo verlo, Lucia amaba este lugar amaba lo pacífico que era, me sorprende mirándolo y me sonríe, una sonrisa triste.
—¿Puedo hablar contigo un momento?— me pregunta
—Claro.
Con cuidado me levanto de la silla de ruedas y lo sigo hasta su dormitorio, sigue igual es sorprendente.
—Vas a morir— me dice triste
—Lo leíste.
—Quisiera poder detenerte Lilith, pero yo haría lo mismo si fuera mi hijo.
—¿En serio?— le pregunto sorprendida —No me esperaba esa reacción.
—Sí, tuve la dicha de no poder ver morir a mi hijo y cuando lo miré ayer yo me hubiera sacado el corazón y dárselo para que viviera, entiendo tu decisión, pero creo que deberías de decírselo a Matu.
—No puedo Mor, ella no me dejaría hacerlo estoy segura de que lo haría por mí y ella merece vivir una vida larga yo ya viví demasiado.
—Lo sé, pero no sabes su reacción ¿acaso no piensas lo devastada que estará cuando te pierda?.
—Me mata Mor, pero sé que saldrá adelante y será buena madre.
—¿Estás segura de que es la única opción? Las cosas cambiaron Lilith podemos buscar otro medio, no sé ir con la líder del aquelarre y preguntarle.
—Morningstar— pongo una mano en su rostro —No creo que pueda cumplir mi promesa, la doctora dijo que mis bebés tenían el tamaño de alguien de tres meses y que mi cuerpo no lo soportaría, podría morir en el parto, espero y no me odies por no cumplir mi promesa.
—No Lilith no digas eso, no podría odiarte si no cumples con tu promesa entiendo las circunstancias, ya encontraré otra forma de traerla a mi lado, solo...— su voz se corta —Solo quiero que estés bien.
—Me mata Morningstar no poder verte feliz con Lucia, no ver Atenea feliz con Samuel no pensé que algún día se me acabará el tiempo.— le digo —Perdóname.
—No te preocupes por eso debes estar tranquila y sin preocupaciones para que los bebés crezcan sanos.
—Gracias por comprender, prométeme que cuidarás de ellos y los ayudarás en todo.
—Lilith no tienes por qué pedirlo lo haría aunque no lo pidieras.
—Gracias, te amo y te extrañaré tanto mi alma gemela.
—Me harás tanta falta.
Le doy un abrazo fuerte
—Guarda ese diario por mí.
Me levanto de la cama y me limpio las lágrimas, le lanzó una sonrisa.
—¿Qué?.
—Tengo antojo de comer el platillo que me preparaste cuando nos conocimos.
—¡Venga vamos a consentir a mis pequeños sobrinos!— dice feliz
—¡Escucharon el tío Mor nos cocinará!.
Me acarició el vientre y salimos de la habitación, me lleva a mi habitación.
—¿Por qué la casa sigue igual? No ha cambiado nada.
—Karen lanzó un hechizo así que todo está igual no pasó el tiempo.
—Entonces todo se detuvo, ¿incluso los juguetes y todo sigue nuevo?.
—Si, ¿Por qué?.
—Por nada— le sonrió
—Bien no quiero saberlo, iré a preparar la comida, descansa.
Se va y me deja sola, unos minutos después entra Matu y Atenea.
—¿Este es tu habitación? No puedo creer que tengas una aquí—me dice Atenea
—¿Qué piensas?— me pregunta Matu sentándose junto a mi
— Atenea no creo que debas abrir esa… puerta— suspiro —Demasiado tarde.
—¡Por mi diosa! ¿Qué es todo esto? Acaso es un látigo— mira con horror —¿Por qué hay juguetes aquí?.
— ¡Puedes dejar de tocar!, ¡¡no ese no lo habrás Atenea!!.
—¡Oh por mi diosa, todo eso lo compro Morningstar para ti!— Atenea mira a Matu
No si me quiera arruinar o de verdad tiene esa curiosidad.
—¿Por qué amor?— me pregunta Matu
—Preparo todo por si llegaba a venir otra vez, pero solo vine dos veces más y fue el día que cambié, es una larga historia.
—Sabes Lilith desde que te conocí nunca supe todo platicamos cómo se conocieron— me dice Atenea
—Si platícanos amor, quiero saber como llego a que tuvieras tu habitación aquí— me dice un tanto celosa.
Suspiro, definitivamente quiere arruinarme.
—Fue hace mucho tiempo, un día salí a correr y me perdí en mis pensamientos, para ese tiempo Matt me volvía loca y me iba a ir a mi misión así que con eso en mi mente corrí y llegué a entrar a esta parte de la ciudad.
Cuando me di cuenta entre a un mercado para orientarme y regresar a casa, pero no había nadie, y ahí fue cuando lo mire al principio me ignoro pensó que estaba alucinando.
Asi le pedí ayuda nuevamente y todo paso rápido de alguna forma llegue a sentir su tristeza, mire sus recuerdos tristes, esa fue la primera vez que nos vimos y nos conectamos.
Después me ayudó y todo me comuniqué con mi mamá, para ese entonces no podías entrar o salir si estaba alta el agua así que le avisé que no regresaría, mientras me curaba la muñeca nos besamos bueno el chiste es que terminamos cogiendo aunque no nos conocimos la atracción fue inmediata.
Continúe platicándoles todo, la segunda vez que nos vimos, los besos el sexo, todo les conté y el solo hecho de recordarlo me provoca excitación y puedo notar que Matu se dio cuenta, me conocía bien.
—Entonces no wow mi cabeza va a explotar— dice Atenea
Matu no dejaba de verme, sentía miedo, pero me excitaba.
Entro Morningstar con la comida y mi estómago gruñó en cuanto olí.
—Saben que es lo peor nos quedamos dormidos y cuando nos levantamos se había ido solo dejó una nota aun recuerdo lo que decía, fue un tanto humillante.
Atenea se empieza a reír, me quieren matar los dos o que.
—Me lo dices y no lo creo ¿por qué no conocí a esa Lilith? Era muy divertida.
—La cuarta vez que la mire a ella fue cuando dejé la ciudad y vine a buscarla en ese tiempo tenías cuatro años Atenea.
—¿Si dejaste todo por ella porque no fueron novios?— nos dice Matu
—Fácil en ese entonces Lilith se daba a Samuel y yo tenía la vista a una mujer encantadora— dice Morningstar y Atenea se deja de reír
—¡Mierda Lilith cogías con todos!- me dice enojada
—¿Y después porque no fueron nada?— dice Matu nuevamente, esto está mal.
—Fui a estudiar a Madrid y conocí al amor de mi vida, no me interesaba nadie que no fueras tú— le digo y no se ve convencida. —Somos almas gemelas no lo puedo negar, pero cuando conoces a la persona por la que morirías por ella eso deja de importar.
Dejó de mirarla y le doy la bandeja a Atenea, si dije todo es mientras devoraba mi comida.
—¡Más, tengo más hambre alimenta a tus sobrinos!.
Atenea agarra la bandeja y se va sonriendo.
—Vaya que tienes apetito— me dice Morningstar
—¡Oh sí estos bebés requieren mucha comida!.
—Iré por suministros, las dejó.
Sale Morningstar de la habitación y nos quedamos solas, tengo miedo por lo que dirá o lo que le deseo hacer.
—¿Amor?— me dice Matu mientras me abraza
—¿Si?.
—’Te has acostado con Morningstar antes de encontrarme?.
—Si, lo he hecho.
—¿Es mejor que yo?.
—¿Por qué quieres saber eso?.
—Es solo que te mire excitada cuando nos platicaste y no se me hace sentir mal.
—Me excitó el recuerdo no te voy a mentir, pero yo solamente pensaba en ti, como usar cada uno de las cosas que están ahí y darte placer— agarro su mano y la pongo en mi entrepierna. —Él como anhelo que me toques, pero nunca escuche nunca va a ser igual de bueno que tú, porque lo que tú y yo hacemos es diferente a lo que yo hago con el o los demás.
— Te gusta cuando te toco así— pasa sus dedos por encima de mi ropa interior
— Si— le contesto
—Cuando te mejores te voy a poner en cuatro y te haré gritar para que todos escuchen a quien perteneces.
Toca mi clítoris y después sacas la mano cuando escucha a Atenea.
— Justo en este momento tengo hambre de otra cosa— le susurro en su oído.
—Ten Lilith, iré con Morningstar me mostrará el lugar— me da la bandeja de comida
—Con cuidado— le digo