El vive.

1924 Words
Llego directo al sótano y lo acuesto en la camilla. —¡Atenea!— le gritó, le quitó la ropa y comienzo a sacarle las balas —¿¡Por dios, que le pasó!?. —Necesito la ayuda de todos, necesitamos sacarle las balas— le digo llorando —Para… No puedes… salvarme— me dice Morningstar aun punto que puede que esté imaginando que me habla. —Si Puedo— le contestó —Y lo haré. Sigo sacándole las balas, entran a la habitación Adán, Eva y Matu junto con Atenea, Matu se queda parada mientras los demás se ponen los guantes y agarran las pinzas. —Espero una explicación de esto— me dice Atenea, me quito la chamarra y la arrojó al piso —Paren… —¡Puedo solo cállate!. Atenea le pone la intravenosa, Eva lo conecta al monitor mientras Adán y yo le sacamos las balas, después escuchamos el sonido del monitor —¡No, papa! ¡Aún no es tu hora!. Comienzo a hacerle RCP, por varios minutos, no puedo perderte, aún puedo regresarte, puedo hacer que tu corazón vuelva a latir. —¡Todos afuera!— les gritó y sigo haciendo RCP, con mis manos iluminadas —Aún no es tu hora Morningstar, no puedes abandonar a tu hijo así, ni a nosotros. Me pongo y lo cargo en mis brazos, comienzo a iluminar cada parte de mi cuerpo, junto con la de él, formando una especie de esfera, cierro los ojos y sigo llorando. Morningstar, aún no puedes irte, te necesito, te necesitamos todos que voy a hacer sin ti, que va a pasar con tu hijo y nuestra promesa tenemos que cumplirla, aún tienes mucho porque vivir. Lo abrazó con fuerza y me quedo hay solo abrazándolo por un buen tiempo, hasta que su cuerpo comienza a arder en fuego, una mano me jala fuertemente y me sacan de la esfera y veo como el cuerpo se Morningstar, se consume por el fuego. —¡Estás loca, pudiste ver ardido junto con él!— me grita Atenea —¡No me importa!— le grito llorando —Aún puedo… —¡No puedo perderlos a los dos hoy!— me contesta, me abraza y me sostiene —Tienes que darte un baño, llamaré a alguien para el funeral. —Aún no— le digo desesperada —Él vivirá, lo siento en mi alma— le contestó mientras me jala para subir las escaleras —Va a vivir, ¡Aún no!. —Lana llévala a qué se dé un baño-—le dice Atenea a Matu —No lo toquen, aún no solo denme tiempo, aún está aquí— les suplico, pero no me dejan, lloro en los brazos de alguien mientras me levantan en el aire —Adán no dejes que se lo lleven, vivirá los sé. — le suplico, pero es como si hablara al vacío. Mi mente queda en blanco, siento que estoy en un remolino de emociones y únicamente una emoción que es clara, tengo esperanza en que él regresará. Ese sentimiento se siente tan real, él está respirando, lo siento, su corazón está latiendo, dejo mis pensamientos aún lado y me levanto, doy un paso y me caigo cuando me levanto, me doy cuenta de que estaba en la bañera. —Amor espera— me dice Matu, me levanto y me pongo la bata —Él está respirando— le digo Bajo los escalones corriendo, respira, su corazón late, lo siento, mi alma gemela vive. —¿Ita estás bien?— me dice Eva —Él está…— veo que la puerta se abre —Alas, él tiene alas— les digo cuando veo que sale —¡Oh, por dios!— grita Eva Adán corre a abrazar a Morningstar, sabía que no sé ira de nuestro lado. —Por un momento pensé que te perdí, cómo iba a seguir sin mi padre. Adán abraza a Morningstar, me siento tranquila al verlo bien, de repente todo comienza a darme vueltas —Yo estoy feliz… No siento un golpe cuando caigo algo debió de pasado, solo siento ardor y dolor en mi cuerpo. Morningstar Después de decirle a esas palabras a todos, mi cuerpo se siente tan cansado, ya no quiero seguir luchando, quiero descansar. Lo siento mucho, pero al fin podré ver a Lucía al amor de mi vida, si existe de alguna forma la manera, lo siento hijo. —¡Morningstar, aún no puedes irte, te necesito, te necesitamos todos que voy a hacer sin ti, que va a pasar con tu hijo y nuestra promesa tenemos que cumplirla, aún tienes mucho porque vivir!— escucho a Lilith en mis pensamientos ¿Por qué se siente así?, tan cálido tiene que ser Lilith se niega a dejarme ir, ¡tengo que regresar, aún tengo muchas cosas, no quiero dejar a mi hijo sin un padre!. ¿Por qué pensé siquiera dejarlos?, tengo que ayudarle a regresar, si Lilith puede regresar de la muerte, yo también puedo estamos conectados y somos lo mismo los Reyes del infierno, así que debo arder. El fuego es mi cualidad, más fuerte por algo, intento prender mis manos con fuego una y otra vez, pero no puedo, joder, soy poderoso, por eso me mantuvieron oculto todos esos años. —Y lo eres es solo que nunca te has esforzado por serlo, no has luchado como Lilith, ambos son igual de poderosos, solo que ella descubrió hace muchos años, que es lo que la hace ser así y tú solo te mantuviste cómodo. Volteo alrededor buscando a alguien, pero no lo hay nadie. —¿Quién eres?, ¿cómo es que puedo escucharte?— preguntó al vacío —Puedes llamarme Mariana, Morningstar— me dice —Eres descendiente de un ángel, eres la estrella de la mañana, eres luz como Lilith. Tienes que luchar por ser esa luz, no dejarán que Lilith te siga cuidando en su círculo de energía, tienes que soltar ese fuego que está dentro de ti para que puedas regresar y seas completamente inmortal, resurge de las cenizas Morningstar ¡Deja que el fuego arda en ti!. Cierro mis ojos y empiezo a recordar toda mi vida, cómo conocí a Lilith, después cómo conocí a los demás, recuerdo a Azalea, mi madre, recuerdo mi boda con Lucia. Recuerdo cuando me enteré de que sería padre con la mujer que amo, el primer momento en que mire a mi hijo, cuando creció, recuerdo todos esos años de risa y dolor como mi vida se volvió colorida y el deseo que siento por vivir. —¡Yo soy Morningstar King, el maldito rey de infierno!— gritó fuerte Todo mi cuerpo comienza a arder, mi familia me espera, no puedo irme, aún no es mi tiempo y nunca lo será, ¡por favor Lilith, no dejes que hagan algo con mi cuerpo, protégeme un poco más!. ¡Sé que me puedes sentir!, ¡Sé que sabes que estoy luchando para regresar! ¡Por favor no dejes que me lleven!. Siento como algo me jala de ese lugar donde estaba, ¿Estaré por despertar? Por favor que sea así. Conozco bien a Atenea, ya va a querer llamar a alguien, abre los ojos Morningstar es tiempo de abrir los ojos. Comienzo a sentir como mi corazón late poco a poco, como la sangre fluye a través de mi cuerpo, siento como una energía se apodera de sí, solo debo de respirar y lo hago. Abro los ojos y comienzo a toser llevando aire a mis pulmones, me siento y veo un poco de humo, guantes de sangre, la chamarra de Lilith, el monitor, las balas ¿Serán solamente mis balas o las de Lilith también?. Me quedo sentado, recuperándome de lo que pasó, pica por qué pica demasiado, paso mi mano detrás de mi espalda para rascarme, ¿qué es esto?. Me giro para verme en el espejo y no puedo creer lo que veo, ¿¡Tengo alas!?, Doy un salto y me miró de frente, son grandes y brillan, se sienten tan suaves, son hermosas. Pero no es tiempo de eso, tengo que ver a mi hijo, subo las escaleras y lo primero que escucho —Alas, él tiene alas— les dice Lilith sorprendida —¡Oh, por dios!. Adán corre y me abraza. —Por un momento pensé que te perdí, cómo iba a seguir sin mi padre— me dice mi hijo —No podría dejarte Adán— le digo abrazándolo, él se separa de mí y mira mis alas —Yo estoy… Le doy una sonrisa, pero algo está mal, está muy pálida. —Amor espera— le dice Lana a Lilith Después veo cómo sus ojos se cierran y pierde el conocimiento, por suerte que Lana alcanzó a agarrarla y evito un golpe o una caída. —Ponla en el sillón— le digo de inmediato Echó los hombros para atrás y las alas desaparecen. —¡Tía algo está mal con mi tía Lilith!— grita Adán. Me acerco a ella, tocó su frente, mierda Lilith. —Está ardiendo en temperatura, ¿hizo algo diferente?— les pregunto y los miro —No, desde que llegó contigo te sacaron las balas y se puso en una esfera de luz para tratar de salvarte— miro a Lana los ojos abiertos —Adán al sótano rápido, limpia todo— Adán sale corriendo —Morningstar estás vivo— me dice Atenea llorando —Tío— se acerca Eva y me abraza —Ayuda a Adán a limpiar, Lilith tiene mucha temperatura— le doy la orden y se va —Debe ser por la energía que gasto al tratar de que vivieras— me dice Atenea, cargo a Lilith en mis brazos y me levanto —No, ella me curó y se curó, recibió muchas balas para protegernos— Atenea y Lana se miran —Nunca pensamos que estuviera herida, tenía sangre , pero pensé que era tuya, se movía tan bien— me dice Lana —Oh, por dios debemos de sacarle las balas— dice Atenea Con cuidado llevó a Lilith al sótano, la acuesto y me lavo las manos, me pongo los guantes —Adán, Eva, los dos afuera cuiden a Emanuel. Suben las escaleras y me giro a verlas. —Cuando pasa esto Lily siempre se abre las heridas sola y saca las balas de su cuerpo, necesitaré su ayuda, no puedo darle algún medicamento para el dolor por la temperatura, así que tendremos que abrir y sacar sin anestesia; solo toquen la piel si ven un moretón, alguna marca o tocan un bulto es donde hay una bala— les digo —¡No podemos hacer eso, será mucho dolor para ella!— me dice Lana —Lo soportará— dice Atenea mientras que agarra un bisturí y pinzas, nos miramos a los ojos —Hagámoslo— decimos los dos al mismo tiempo Le quitamos la bata, comenzamos a abrir una y otra marca, protuberancia, mientras que Lana limpia la herida y detiene el sangrado. —¿Cuántas balas van?— le pregunto a Atenea —Como 30— me contesta —¡No puedo creer que solo sea de su pecho, y no puedo creer que haya hecho todo eso tan herida!— nos dice Lana —Ella siempre es así— le contestó, la giramos y seguimos con su espalda. Al final de cuentas, siempre nos terminamos salvando del uno al otro.
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