Partida.

2379 Words
Llegó el día en que tengo que irme por ellos, mi corazón palpita mi estómago es una tormenta de nervios, la veo acostada durmiendo plácidamente con una sonrisa ligera. Tengo que irme y tal vez solo tal vez regrese para verte por última vez, me acerco a ella y le doy un beso y la abrazo tratando de recordar lo más que pueda de ella. Dejó el diario a su lado con una nota que dice que lo lea, se que su corazón no estará completo cuando lo lea porque ni yo me salvé, cuando lo leí. —Te amo y te amaré por siempre— le susurro Agarro mis maletas y cruzó la puerta, bajó las escaleras y dejó una nota. Ya sea viva o muerta, pero regresaré, pongo los artículos que junte en la maleta y salgo, cruzando la puerta una semana tengo una semana para encontrar el último artículo y traerlos de regreso. Matu Me doy la vuelta para abrazarla, pero no siento su calor, algo está mal lo siento dentro de mí, me levanto y veo el diario que no dejo que leyera ¿Por qué ahora quiere que lo lea?. —¿Amor?— pregunto pero no hay respuesta Me levanto y busco en el baño y no está, no esto no me gusta, agarro el diario y comienzo leyendo la primera página. "Recuerdas cuando hable de una misión que iría por alguien llego la hora de hacerlo, lamento no verme despedido de ti amor, pero sabría que no me ibas a dejar y realmente necesito irme. Este diario lo escribí hace tiempo, es el diario real por el que fui a la isla y no es el que era Adán, después de que termines de leerlo no me odies por lo que haré, regresaré de alguna forma u otra lo haré, te amo y te amaré por siempre hasta mi último aliento, siempre tuya Lilith Adams." Está jugando conmigo tiene que hacerlo, abro el diario y comienzo a leerlo. “Hola Lilith ya es hora de que sepas lo que está pasando, si estás leyendo esto es porque encontraste a Matu, fueron al lugar seguro que creé en ese momento, es hermoso ¿no?; Esperamos muchos años que ella te pidiera ser su esposa aún no puedo creerlo cuando lo miré llore de felicidad al saber que cumpliríamos nuestra promesa de vernos en otra vida, sin embargo, es duro saber que tendré que borrar esto de nuestra mente, pero lo tengo que hacer para poder cumplir con el destino, en este punto Morningstar y Atenea recordaron a Matu y el dolor comenzó, Adán ya entró e hizo que vinieras a buscar este diario; sin embargo, la información que buscas la encontrarás en el segundo diario que escribí, Morningstar es el único que puede leerlo y entenderlo, pero estará bien, ahora, todo cambio porque cuando estábamos en el lugar seguro el universo nos otorgó un regaló pero también una gran decisión….. Por el amor que sentíamos formamos una luz, Lilith estás embarazada. … Impresionante verdad nunca me imaginé Lilith como esto paso tienes que tomar una decisión yo en este momento tomé la mía y ojalá sea la misma que tomé en ese entonces; tendremos dos hijos aún no se su género, pero uno será mortal y el otro inmortal… por eso investigué como transferirle mi inmortalidad el resultado al hacerlo es nuestra muerte para ese entonces ya hemos vivido demasiado, así que pienso que no sería nada dejar que viva para siempre…” Dejó el diario en la cama y salgo corriendo bajando las escaleras. —¡Lilith Adams, sal de dónde estás!— gritó Busco en la oficina, repito la misma oración varias veces, pero no aparece, ella no, no se fue así no. —¿Lana que paso?. —¡Tú lo sabías verdad tú sabías que iba a morir!— le gritó con todas mis fuerzas a Morningstar —Yo lo siento— baja la cabeza —¡Lo sientes ella se fue, se fue Morningstar!. —¿Qué está pasando?— pregunta Atenea —Lilith se fue a buscar a alguien— le dice Morningstar a Atenea —Aja ¿y luego?— le contesta —Y luego, ¡Ella va a morir le dará su inmortalidad a uno de nuestros hijos y él todo este tiempo lo supo y no dijo nada!. —Estás jugando ella no puede morir. —Lo hará es el precio que tiene pagar por ser madre— nos dice Morningstar —¡Mi abuela no puede morir!— grita Eva —Ya ha tomado su decisión, hace años la tomo— nos dice Morningstar derrotado Atenea saca su espada y se la pone en el cuello. —¿Dónde está?— le pregunta —¡No lo se!— le grita Morningstar —Dejó una nota— dice Adán "Es hora de cumplir mi promesa, no me busquen regresaré, cuiden de ella , cuiden de ustedes, cuiden de ellos los amo" —¿Qué promesa?— les pregunto llorando —No lo se ella no me dijo nada de eso. —Habla antes de que te corte la cabeza— le dice Atenea Él agarra la espalda y se la quita, las promesas ella siempre las cumple, ella les prometió que no, no puede hacer eso es imposible. —Su promesa— les digo mientras limpias mis lágrimas —Lucia, Samuel, Alberto, Selena, Estaban y sus padres— les digo —Es imposible ella nunca supo como— dice Atenea Morningstar nos mira y tira la espada al piso corre a la oficina y lo seguimos, encontró la forma por eso se fue, gritaba mi mente. —La encontró— dice Eva —¿Cómo sabes?— le pregunta Adán —Ella siempre cumple las promesas siempre lo hace y el tío Morningstar lo sabe. Volteamos a verlo buscando algo en la pared, se fue se acabó no la voy a ver jamás. —Hace poco, me enteré de que ella llevaba buscando cosas específicas tenía a alguien todos lo recuerdan, ¡se que está aquí tiene que estar por aquí maldita sea!. —Los diarios ella mandaba diarios a ese hombre— le digo —Si, antes de irnos a la misión me enseñó un cuaderno con varios dibujos algunos eran fotografías, incluso el collar de hace unas semanas estaba ahí, ¡mierda la vi que guardo algo por aquí!. Sigue tocando la pared hasta que se abre una puerta con un estante vacío, enojado le da un golpe a la pared. —¡Se los llevo los encontró!— dice enojado —¡Porque no me dijiste, porque no la detuviste!— le gritó —Lo siento lo intenté, repetidas veces le decía que te tenía que decir y ella solo me decía que no podía hacerte eso que tenías que vivir, sabía que ibas a querer darles tu inmortalidad pero… —Ella ya había vivido lo suficiente, fui una estúpida siempre me decía cosas así incluso en nuestra boda— me suelto llorando —Los gemelos— dice Atena susurrando —Los gemelos están consumiendo todo de ella incluso si no le diera su inmortalidad ella moriría en el parto. —¡No puede no se lo permito! Es Lilith no muere es la más fuerte de todos— dice Atenea —Debo encontrarla, debemos encontrarla tengo que verla hacer algo más, puedo encontrar otra forma— les digo suplicándoles —No hay, busqué por todas partes y nunca encontré ninguna manera, fui aquelarre tras aquelarre leí libros y no hay otra forma de hacerlo. —Entonces inventaré una, ella no puede morir— le digo llorando —Tal vez mi Ita encontró alguna, cuando muere puede regresar lo hemos visto— nos dice Eva —No puede, tengo parte de su Alma en mí y le dará su inmortalidad a uno de ellos yo puedo… Las palabras se quedan en mi garganta, un ataque de pánico me atraviesa la idea de perderla de que no podré ver a nuestros hijos me atormenta, todo se vuelve n***o me cuesta respirar, solamente veo como se desvanece todo. —Vuelve por favor— susurro La veo a ella buscando algo, se mira bien a pesar de que se ve agotada, su vientre es un poco más grande, amor vuelve te extraño, quiero correr y aferrarme a ella, pero no puedo veo como se aleja buscando algo, ¿Qué es? ¿Dónde está?. Miró alrededor tratando de encontrar algún detalle que me diga dónde encontrarla, Japón esa bandera es de Japón. Me levanto de golpe, siento unos brazos y volteo es mamá, estoy en nuestra habitación con una intravenosa, me quitó la intravenosa y me levanto a buscar a Atenea. —¡Atenea!— le gritó con todas mis fuerzas Nadie me contesta, corro a nuestra habitación y abro la puerta. —¿¡Mamá donde está Atenea!?— le digo llorando. Sé que el tiempo es oro y si no les digo se moverá. —Dios hija ¿estás bien?. —¿Dónde está Atenea mamá?. —Dijo algo del cuarto de entrenamiento se fueron todos. —El cuarto de entrenamiento, ok, ok. Voy a la pared y pongo mi mano en el lugar donde la había visto que ella la ponía. —¿Qué estás haciendo? Es solo una pared. —Nada de lo que está aquí es lo que parece mamá. Me mira preocupada, sé cómo me tengo que estar mirando ahorita, pero me importa una mierda, cierro los ojos y pongo la mano en el lugar correcto, se desliza la pared, subo las escaleras corriendo. —¡Atenea!. —¿Lana?. —Está en Japón, búscala— le digo rápidamente Ella se gira y comienza a ver a buscar el rostro de ella en el sistema de seguridad. —¿Hace cuánto la viste?- me pregunta —Máximo 5 minutos— le contesto —Ojalá que se esconda bien porque si la encuentro…— se queda callada Volteo a ver las imágenes —¡Ahí está!— le señaló la imagen —¡Te tengo!. —Está buscando algo— le digo a Atenea —Lo se, la hemos seguido desde la última semana. —¿La última semana?— le pregunto —Lana tienes una semana inconsciente. —¡El tiempo se agotó!— le digo llorando —Se agotó, no tardará en pasar. Veo la imagen y señaló la pantalla. —Sabe que la estamos mirando— dice Atenea entendiendo lo que señalo Lilith nos voltea a ver y nos sonríe triste, ella no puede irse así, le entregan algo, abre la puerta del lugar y desaparece. —Yo, yo no puedo permitir que… que se vaya así, ¡¡Mariana!!— gritó —¿Mariana la guardiana?. —Si ella tiene que saber dónde está, está en nuestras mentes sabrá algo. La busco a mi alrededor hasta que la miro, necesito respuestas. —Lo siento Lana ella… —¿Ella que?— le pregunto —Tiene que seguir el curso de su destino. —¿Destino? Que el destino se joda ¿Dónde está? ¡Dime maldita sea!. Entran todos al cuarto, mis padres, hermanos, Morningstar, Eva, Adán. —¿Ella es?— me dice Atenea mientras señala dónde está Mariana —Mariana mucho gusto— les dice a todos —¿Dónde está?— vuelvo a preguntarle —No la busquen, no lo hagan, si lo hacen todos saldrán heridos incluso los gemelos. —¿Es una amenaza?— le dice Morningstar —No es un hecho, lo que ella hará… —¡Habla maldita sea!— le grita Atenea interrumpiendo a Mariana —Necesita estar sola, la energía de todos ustedes afectará lo que ella hará y si algo no sale bien todos morirán, Lo siento mucho Lana, pero tienes que ser fuerte!. Me acerco a ella y me le pongo enfrente, no merece hablar ni decidir si quiero o no ser fuerte. —¡Ser fuerte, ella va a morir! ¿Y mis hijos qué cómo van a regresar conmigo? Necesito encontrarla ahora mismo, tú bien sabes que se acaba el tiempo, por eso me mantuviste inconsciente una semana. Mueve la mano y hace lo mismo que hizo Lilith, cuando hizo que el techo desapareciera. —¡Guardianas libérense!— grita Mariana Ella me mira y me lanza al centro del cuarto de entrenamiento. —Lo siento tiene que cumplir tu misión, Lilith te lo dijo y es hora. Su voz resuena en mi mente, las palabras que ella me dijo aquel día. "Parte de ser guardiana debes aceptar que el universo te da misiones y solo puedes seguirlas y tu misión llegará pronto" —Están bien— le digo mirándola —Si no puedo encontrarla, tengo que hacer lo que me pidió, asi me mate.— quiero creer mis palabras. Las guardianas comienzan a salir una por una de mi cuerpo, esta vez el dolor es más fuerte que cuando entraron a mi mente, está bien amor hagámoslo a tu manera. Cuando terminan de salir mi mamá corre a sostenerme. —No mamá tengo que hacerlo sola. —Pero estás débil. Todas las guardianas son jóvenes siento las miradas de casa una en mí, me ven con lástima todas saben que pasará y eso me mata. Una de las guardianas da un paso al frente. —Tenemos una hora, Atenea necesito tu sistema de seguridad. —¿Por qué?— le pregunta —No sé quiénes son. Otra da un paso al frente y mira a Morningstar y a Adán. —Ustedes dos tiene que organizar que todos salgan del instituto, iré con ustedes para mandar a los estudiantes directo a su casa. —Eva necesitaremos todo el equipo médico que tienen en el sótano, ustedes dos pueden ayudarle— señala a mis padres otra guardiana —Esperen, ¿equipo médico?— pregunta mi padre —Solo háganlo— les digo Todos salen corriendo, la guardiana se va al cuarto de seguridad y comienza a teclear comandos, voltea a ver a las demás guardianas. —Está listo— les dice —Lana tienes que... —¡Lo sé!— le contestó
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