Capítulo 4

3278 Words
Hardy. Pasa otra semana en donde Flor está en la casa de Anna con nosotros, duerme en el suelo ya que Anna no tiene otra cama, menos colchón, tampoco tendría porque tener si era ella sola y ni teléfono tiene, así que menos colchón, por eso le traje uno inflable y más me desespero a terminar la casa así mi hija tiene su espacio, duerme en la cocina sin privacidad alguna ya que en la mañana cuando nos levantamos ella sigue durmiendo o debe esperar que nos acostemos así arma todo para dormir, y la verdad que no es nada grato que este de esa forma, igualmente no se quiere ir, quiere estar con nosotros y yo menos que menos le voy a pedir que se vaya. —Papá. —Julián entrar a mi oficina viendo a ver si estoy solo—. ¿Se puede?. —Sisi... Pasa. —¿Estás ocupado?. —Siéntate. —se sienta mirándome fijo cosa que me pone muy incómodo—. ¿Qué pasa que me miras así?. —Mamá me llamó. —dejo todo ya que está muy raro—. Me dijo que hace más de un mes que te fuiste de la casa y que le pediste el divorcio. —Si... Julián yo... —¿Porqué tardaste tanto?. —creí que me lo iba a reprochar—. ¿Qué fue lo que te llevó a hacerlo de una vez?. —Hijo. —me friego la cara buscando las palabras correctas porque es su mamá—. Ya estaba cansado Julián... El divorcio lo pedí a principio de año y llegó hace unas semanas... Que nos divorciemos no quiere decir que ya se terminó todo, no es así Julián, ella sigue siendo la mujer que me dio hijos y yo voy a seguir velando por ella. —¿Hay otra mujer?. —cuando no digo nada sonríe asintiendo mientras se cruza de piernas—. Hay otra mujer. —La hay pero no tiene nada que ver con la separación, estamos saliendo hace más de un mes recién, no tiene nada que ver. —¿Y ya estas viviendo con ella? Porque te fuiste hace el mismo tiempo en que sales con ella. —Ya soy grande Julián, ella también es grande, no tanto como yo pero los dos ya tenemos recorrido en la vida y sabemos lo que queremos en está relación, ya no somos nenes para andar de novios y probar, a mi edad es si o no Julián. —Entiendo ¿pero qué hay de Flor? La fui a buscar y la abuela me dijo que te la llevaste. —Esta con nosotros. —sonrío recordando las veces que llego a la casa y las veo juntas como si fueran madre e hija actuando con total normalidad—. Decidí que sea la primera en saberlo... No me la llevé porque estoy con una mujer, sabes mas que nadie que estaba terminando el departamento del centro y así irme con Flor ahí, si no me hubiera enganchado con Anna iba a esperar al divorcio así tu mamá no le echaba la culpa a Flor de todo. —Quiero conocerla. —eso me pone muy nervioso la verdad, seria la primera vez que presento a una mujer ya que a Julia la presentaron los padres cuando la llevaron embarazada—. ¿Anna se llama?. —Si. —Quiero conocerla. —me calmo cuando sonríe—. Puedes ir a la casa, Lili va a estar contenta de al fin tener una suegra porque mamá a sido terrible con ella. —Es que no puedo Julián. —¿Por?. —Debo hablar con tu mamá y los nenes necesitan saber que sus abuelos están bien. —No te metas ahí. —se apoya con los codos en el escritorio y medio se enoja—. No vas a salir más de esa locura si no te dejas de joder con eso, son mis papás pero siempre actuaron como unos idiotas los dos, sé hombre y córtala de raíz. —miro mis manos que me las aprieto—. Ya basta papá... Ya basta con eso, listo ya fue. —Tienes razón... Pero cuesta hijo. Paso la tarde pensando en lo que me dijo Julián, tiene razón en todo lo que dijo, pero no es fácil, pasé treinta años de mi vida con Julia, desde mi adolescencia que estoy con ella, no estar de estar, pero en la misma casa comiendo en la misma mesa, no voy a tirar todo eso a la basura como si ella no hubiera existido en mi vida, lo hizo y de muy mala manera, pero jamás me arrepentiría, me dio cinco hermosos hijos y eso no es menos, aunque estábamos mal ella sacrificaba su cuerpo y si que me lo decia con mucha alegría cada vez que se hacía análisis y daba positivo que estaba embarazada, y yo deseando que la tierra me trague, pero me mordía, me mordía por no decir nada y por ser lo terriblemente pelotudo para caer una vez más, y me mordía porque ella se ponía feliz, felíz de verdad, no era fingido, sido real, y preparaba todo con locura como los cumpleaños, de eso no digo nada porque si que se esforzó en estar presente en la vida de mis hijos, llegó a ser casi absorbente, tanto que casi estaba a mi par, porque si que fui un padre absorbente ya que yo tuve esa crianza y ella tuvo una donde no le prestaban ni cinco de atención, entonces ella no quería que sus hijos hagan los mismo que ella hacia de joven, y si que valoro todo su esfuerzo para criar buenas personas. Cuando salgo de trabajar paso a una panadería a comprar unas galletitas que le gustan a Anna y las facturas que le gustan a Flor así merendamos rico y las agazajo un poco, son mis mujeres y me encantan los pequeños detalles que les agrada cuando les llevo. —Buenas. —Anna está haciendo la mochila de Flor con ropa—. ¿Pasó algo?. —Su hermano la llamó que la venía a buscar, se esta bañando y yo le preparo las cosas. —¡Ah!. —dejo todo en la mesa y ella como siempre viene y me da un beso con un abrazo. —¿Porqué pusiste esa cara?. —¿Cuál?. —sus brazos envuelven mi cuello y se mueve sonriendo haciéndome mover como si bailaramos. —No te hagas el loquito eh. —me vuelve a besar y yo me río con ganas. —Si que estas loca. —la abrazo comiéndome su boca—. Mas bien loquita está mi Anni. —Loquita por ti. —Aajjjjj. —nos alejamos y Flor está ahí, cambiada mirando con asco, pero nosotros más nos reimos—. Ya estoy Anni. —Ya guardé algunas cosas. —va a la mesa mostrándole la mochila que estaba preparando—. ¿Las bombachas están colgadas?. —Si... Yo las traigo. —Dale. —me cambio de ropa mientras ellas terminan de preparar todo, sonrío escuchando como Anna la reta diciéndole que más vale le escriba, a traves de mi celu donde no tiene, o se queda muy preocupada. —¿Quién te viene a buscar amor?. —Exe me llamó diciendo si quería pasar el finde con ellos y obvio que le dije que si. —Acá te aburres. —Anna la mira mientras hace pucheros. —Un poco, pero me gusta ir porque Ara mi cuñada me enseña más cosas de cocina. —Me hubieras dicho y te enseño. —¿En la semana dale?. —tocan bocina y es Exe, salgo con ella que me abraza—. Quiero volver papi, no quiero ir mas donde la abuela. —Es casa de Anna, Flor, pero hablo con ella y si quiere te vienes. —¿Y si no?. —Nos vamos al departamento. —sonríe aún más porque ya no quiere estar mas con mi mamá y yo tampoco porque ella ya me ha estado diciendo cosas feas y la entiendo, siente que Flor los hata para hacer lo que quieren—. Nos vamos ahí los dos, ¿qué te parece?. —Si. —nos acercamos al auto y está solo, recién sale de trabajar por eso está todo sucio y oloroso. —Hola hijo. —nos damos un beso en la mejilla. —¿Qué honda? ¿Y esta casa?. —miro a Flor que se ríe mientras se sube. —Necesito que nos juntemos a hablar Exe... Todos tus hermanos. —¿Qué pasa?. —Que Flor te explique todo, ¿y mañana puede ser en tu casa?. —Si, no tengo problema. —Bien. —le aprieto el hombro con cariño—. Vayan con cuidado hijo, y ojo Flor... Pórtate bien y haz caso. —Si papi. —Avisenme cuando lleguen. —Nos vemos... Avísanos si mañana vas. —Dale. —entro masajeandome el cuello porque me siento muy contracturado. —¿Te duele?. —esta parada detrás de la ventana donde estaba mirando hacia afuera. —Si... Me duele mucho, debo tener unos nudos terribles. —Ven, te hago masajes. —¿De verdad?. —Si. —Pero vas a quedar muy cansada. —Dale ven que te hago. —vamos a la cama y la miro dudando. —¿Cómo me gano?. —Siéntate. —me calma un montón el dolor porque tiene unas manos increibles, mis ojos se cierran del placer pero los abro cuando sus manos van a mi pecho y me abraza—. Siento que es el momento Hardy. —¿Momento de qué?. —me besa el cuello haciéndome temblar porque eso hizo una corriente directo a mi polla, es la primera vez que hace esto y me tomó muy desprevenido, pero capto lo que quiere decir—. Entiendo a que momento te refieres. Me giro y así arrodillada como está atrás mío nos miramos a los ojos, decido besarla con calma así se va relajando porque aunque ella quiere esto, debe estar con mucho miedo. Guío una mano a su espalda y la otra a sus pechos grandes y blandos que ya los he tocado antes de que Flor se venga para acá, o cuando ella está en el colegio y la arrinconaba contra la mesada y le metía mano con cuidado y calma preparándola para este momento. Mientras aprieto uno de sus pechos bajo besándole el cuello, sus manos están relajadas en mis hombros dándome a entender que no esta nerviosa, cuando ya entro en calor me arrodillo, le saco el vestido y la acuesto subiéndome arriba con mis piernas a sus lados apresandola debajo mío. Mientras le beso el cuello le bajo el corpiño, de inmediato me llevo un pecho a la boca mientras al otro lo masajeo, y sabe Dios lo mucho que quería hacer esto, saborearla y demostrarle que todavía hay hombres que respetamos los tiempos y decisiones y no presionamos ni obligamos, yo escucho y obedezco, si me dicen que no, es no, jamás forcé a nadie menos a la mujer que me tiene en sus manos. Sus caderas se alzan cuando tiro de su pequeño pezón rosa con mis labios, la miro que está con los ojos cerrados jadeando, suelto el pezón a ragadientes pero debo hacer otra cosa más que mamar sus pechos, me enderezo para poder verla mejor sintiendo como mi polla late como loca queriendo salir de mis pantalones con desespero, abre los ojos y me mira fijo con los ojos vidriosos. —Eres una Diosa Ani. —sonríe y aprieto suave el pezón que chupé. —Oogggg. —entre cierra los ojos. —¿Te gusta?. —Si... Se siente bien. —Bueno. —pongo mis manos en su abdomen y las voy bajando agarrando el borde de la pollera—. Te voy a hacer sentir mas que bien. ***** Anna Baja una mano por mi vientre y lentamente la mete dentro de mi bombacha, juguetea con mis bellos púbico y yo alucino ya que aunque no toca nada de mi intimidad, se siente fabuloso, mis brazos estas atorados por las tiras del corpiño, pero eso no me importa en lo absoluto, no me siento hatada ni apresada, es como si sintiera que soy libre y que vuelo de las sensaciones y emociones hermosas que tengo en este momento. Siento como solo un dedo baja mas hasta llegar a mi abertura, mi cuerpo se estremece al sentir como delinea mis labios mayores suavemente, ¡oh Dios! que gozada que es. Abro los ojos gimiendo mientras veo como su mirada está clavada en mi, sus ojos azules están mirándome con intensidad, su cuerpo tenso, sus músculos aún más duros y su pene abultado, lo veo porque tiene el pantalón abierto y aunque no le veo el pene veo lo abultado que está, y la separación del elastico con la piel, me siento eufórica, sedienta de él y quiero que lo sepa, que sepa que estoy loca por él y quiero todo de él. —Aaaggggg. —por fin me toca donde tengo la necesidad acumulada de hace años, para ser especificos cinco años de acumulación, porque antes de conocerlo ningún hombre me había hecho sentir algo que no sea asco y repugnancia—. Dios santo. —¿Te gusta verdad?. —asiento desesperada y mueve el dedo con suavidad. —Dios mío... Hardy. —baja sonriendo con perversidad y vuelve a tomar mis pechos con su boca, succiona alternándose y sin dejar de tocarme en la v****a. —No te niegues mujer, disfrutar amor. —asiento con los ojos cerrados y riendo porque si que lo estoy disfrutando. —Si... Si aaaagggg. —sus labios van bajando hasta que llega a mi intimidad, me saca la bombacha y sin creer veo como su boca me toma en lo más íntimo—. OOOOGGGGG. —un poco más quedo sentada mientras pongo mis manos en su cabeza como necesitando sostenerme para no caer y él tira mis piernas desde detrás de mis muslos más arriba, grito cuando siento su lengua recorriéndome—. DIOS SANTO HARDY... AAAAAAA. —me tiro para atrás convulsionando de placer, cuando lo siento sobre mi cuerpo me mira a los ojos mientras ingresa en mi, sonrío pero él está tenso. —Eres muy estrecha. —me rio pero se va toda diversión cuando da el primer empujón dentro de mi, el dolor me embarga de punta a punta y él se da cuenta de eso porque para enseguida—. Tranquila... Tranquila amor ya va a pasar. —Si. —lo abrazo por el torso respirando entre cortado ya que es algo que no me deja ni siquiera pensar con claridad. —¿Estas bien?. —Si. —me besa suavemente mientras sigue ingresando en mi, cuando ya su pelvis está pegada a la mía besa mi cuello y yo me siento llena, llena de todos lados, de mi cuerpo y mi alma. —Ahora eres mía Anni. —sonrío y mi corazón más se contenta porque no estoy sola en está relación, sino que él también me está entregando todo como yo lo hago con él—. Mi mujer... Y no te voy a dejar ir nunca Anni... Nunca. Vuelo, literalmente vuelo, sus palabras llenas de amor están sin descanso en mi oído, sus jadeos y suspiros alientan mi lívido aún más, su pene duro como una roca ingresa en mi carne sensibilizada e hinchada, mis pechos los siento pesados y súper sensibles, el roce de mis pezones con su pecho me tiene loca, por primera vez en la vida siento que vivo, siento cosas que jamás sentí, siento gozo que en mi vida conocí, y todo en brazos de Hardy que besa mi cuello, mis mejillas, mis ojos. Me llena de besos suaves como sus penetraciones, suave, tanteando, probándome centímetro a centímetro, mis muslos tiemblan por el esfuerzo de mantenerlos abiertos, pero me hace enrollar mis pies sobre su cintura así no muevo tanto las piernas que estaba haciendo eso donde no sabia como ponerlas. Sus embates no menguan ni aumentan, ahí, tocándome justo ahí, donde me vuelve loca haciendo que grite, que me olvide del mundo, ahí, donde todo es alegría y felicidad, ahí, donde solo está Hardy con sus ojazos tomando todo de mi y yo se lo entrego todo mas que confiada y sin miedo alguno, ya que ciega lo sigo. —Oojjhh. —comienza a ir más rápido y yo entierro mis uñas en él no soportando las sensaciones maravillosas que siento. —Dios. —apoya su frente en la mía y nos miramos a los ojos mientras sentimos como llegamos a la cumbre del placer. —Aaaajjjjjj. —aprieto mis piernas sobre su cintura cuando siento la gloria, me tenso completa y él pega un grito vaciándose dentro mío sintiendo por primera vez en mi vida el paraíso, y verlo entregarme todo es inexplicable—. Oogggggg... MMMGGGGGG. —me agarra de las caderas y da dos golpes secos y ya cae rendido arriba mío—. Anni. —¿Si?. —Te quiero Anni. —mis lágrimas se amontonan y hago puchero donde estoy muy sensible, me mira serio como que no sabe como decir lo que piensa—. Te quiero. —Yo también Hardy... Mucho. —cierra los ojos apoyando su mejilla sobre la mía y en susurro le digo—. Te amo. —se tensa completo—. Estoy enamorada de ti Hardy. —sus lágrimas comienzan a salir. —Me gusta tu sinceridad Anna. —sonríe dándome suaves caricias y suspira—. A mi edad no sé lo que es el amor de una mujer. —eso me duele mucho porque es un hombre adulto y que no pasa desapercibido—. Pero quiero aprenderlo contigo... Enséñame a amar... Por favor te pido. —limpio sus lágrimas asintiendo—. Quiero que seas tú la que se robe todo de mi... Quiero darte todo a ti Anna. —nos quedamos así, abrazados y él dentro de mi pero ya no está duro, aún así no quiero que salga, quiero que estemos más tiempo juntos completandonos—. ¿Estas bien? ¿Te gustó?. —Me encantó. —sale de mi cuerpo aún cuando no lo quiero soltar haciéndome estremecer, se acomoda a mi lado envolviéndome en sus brazos—. Jamás creí que seria así de bueno. —Solo es el principio. —pasa sus dedos por mis nalgas con suavidad—. No tengas miedo ni vergüenza conmigo ¿si?, Jamás voy a lastimarte y todo lo que haga es para placer de los dos, no solo mío. —lo oigo con los ojos cerrados—. Esto es de los dos, jamás finjas ni lo hagas por mi, no quiero, no me sirve. —asiento sin decir nada—. Esto es de a dos y los dos debemos estar de acuerdo cada vez que pase... Cuando no quieras es no y punto, jamás presiono, ¿está bien?. —Si... Entendí, y confío muchísimo, no dudes más y ni tengas miedo de que me fuerzas porque no es así para nada. —pone su mano en mi barbilla y me mira a los ojos. —Eres tan hermosa Anni... Muy hermosa. —No digas eso. —me pongo roja y él se ríe. —Verte gozar y gemir fue el espectáculo más grande de mi vida, gracias por elegirme. . .
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD