Cuando Aiyanna me dijo que tenía una casa en San Remo, imagine una inmensa casa llena de lujos y que incluso era cuidada por algunos empleados, sin embargo, no es nada de todo eso. Al contrario de lo que imagine, la casa es modesta, pero con una vista increíble al mar. Tampoco tiene empleados que la cuide, sino que está llena de polvo y sabanas que cubren sus muebles para evitar que se arruinen. Ella enciende la luz, que al parecer es lo único que, si mantiene aquí, y comienza a quitar las sábanas que cubren los muebles, pero de inmediato Aiyanna empieza a toser —Déjeme, yo lo hago, hay mucho polvo aquí— Indico y hago que se aleje —Mejor vaya al jardín si quiere mientras que termino con esto, no quiero que le haga mal— Explico y ella me mira de una manera extraña.
—Es polvo nada más— Come
