Capítulo 4

1677 Words
Alena… No puede ser, no puede ser, ¡maldita sea! Cuando creí que estaba tan cerca, el maldito de Devon cambia de planes al último minuto. No tuve más opción de hacer mi cara estúpida en toda la ceremonia y luego en la reunión que tuvieron, Scorcone no puede hacer esto, el trato era con Devon. –Lo lamento, Alena –comentó Scorcone cuando nos quedamos solos. –No me puedes dejar con ese hombre, sabes lo que dicen de él –le recordé. Se sabe que Draco Lewis es famoso por su mal carácter y escenas que ha hecho en público, golpeó a un hombre en un club, tiró una mesa de una cena de adinerados, le ha gritado a todos y sin contar que es un mujeriego de primera, se le ha encontrado haciendo escenas demasiado reveladoras. –Tienes que quedarte con él, no está mal y ha sido el trato. –El trato fue que debía casarme con Devon Lewis, el millonario y socio tuyo –hice un gesto de preocupación –. No con su hijo que puede ser… muy guapo y buenorro, pero es un desastre, ¿tienes idea de cuánto tardará en intentar golpearme? ¿Qué tal si le sirvo mal una comida? –No estás aquí para servirle a nadie –me indicó –. Y no permitiré que te haga daño, tendrán que darte seguridad y permanecerás en la casa principal junto a su familia, no te harán nada, lo prometo. Me abracé a mi misma, si estoy en la casa principal, eso significa que puedo estar con Devon, no voy a permitir que se me escape de las manos cuando estoy tan cerca. –Tengo miedo, Scorcone. Me abrazó, por supuesto que no tengo miedo, pero necesito asegurarse de estar cerca de Devon y él es mi única entrada. –Estarás segura, haré que Devon tenga vigilado a su hijo, no te hará nada. Por suerte no tuve que hacer mucho esfuerzo para que me creyerá porque Draco Lewis, mi ahora marido hizo un escándalo golpeando paredes, gritando y hasta tirando cosas en la sala donde había sido la reunión, hasta abrí la puerta para demostrarle a Scorcone lo mala idea que era estar con ese hombre, me aseguró que él lo iba a arreglar y solo me quedaba confiar en él, aunque a partir de ahora me quedaré sola en este lugar, he llegado muy lejos, me ha tomado tanto tiempo, pero nunca había estado más cerca de este ajuste de cuentas. Devon Lewis caerá en mis manos. Cuando llegamos a la recepción nos recibieron con aplausos, Draco intentó ser amable conmigo, supongo que al rato me tirá la silla, la ceremonia inició, Devon estuvo con nosotros todo el tiempo, intenté acercarme a él, pero era difícil cuando su hijo estaba a mi lado, habíamos hablado en el club, por eso accedió a casarse conmigo, yo era como un mal.dito trofeo para él, me llevaría a todos lados y presumiría de la belleza y juventud de su nueva esposa, pero ahora, se me había ido de las manos y no tengo idea de cómo llegar a él de nuevo. Cuando llegó el final de la noche no tuve otra opción más que irme en el auto con Draco Lewis, estaba pensando en un nuevo plan, no sabía qué hacer, se supone después de la boda Devon y yo tendríamos una luna de miel donde intentaría ganarme toda su confianza e involucrarme en sus negocios, pero ahora voy con su hijo, será un tiempo perdido, necesito un nuevo plan. –Sabes, sé que Devon y tú tenían un viaje –carraspeo el hombre a mi lado –. Pero he pedido que nos lleven a casa, creo que es mejor que podamos hablar sobre esto con él. Es extraño que llame a su padre por su nombre de pila, pero supongo que es normal, según lo que investigue ha sido un hijo problemático desde hace mucho tiempo. –Sí, está bien –le sonreí. No tuve opción, ahora debo tener un nuevo plan, al menos ya logré entrar a la familia Lewis, si es todo lo que puedo acercarme a Devon, tengo que tener otro plan, tuve que saber que estar tan cerca era demasiado bueno para ser verdad, no importa lo mucho que me haya acercado, él encontró la forma de no tener a nadie a su lado. Llegamos a una casa grande donde habían muchos guardias de seguridad, demasiados para mi gusto, esta es la casa de los Lewis, al menos estaré bajo el mismo techo. Draco bajó primero, abrí mi propia puerta porque obviamente él no lo iba a hacer, aún tenía el vestido de novia y cuando una mujer mayor salió se asustó al verme. –Santisimo cielo –expresó –. Niña, pero usted se ve muy linda, pero el vestido se va arruinar si lo anda de arriba para abajo. –Inésita, ¿mi padre ya está aquí? –preguntó Draco sin prestar atención. –No, todavía no ha llegado –contestó. –Salió del evento con nosotros, ¿dónde pudo haberse metido? –No lo sé, según yo sabía está noche se iba para Dubaí a su luna de miel. –Ah –suspiró –. Pues ese vuelo se canceló ya que el señor decidió no casarse. –¡¿Cómo?! –la mujer me miró y yo solo pude sonreír, odio hacer esté papel de inocente, no sé cuánto pueda hacerlo más. –No te preocupes, que matrimonio si hubo y encontró a su reemplazo al último segundo –hizo un movimiento de mano brusco, la mujer lo seguía viendo y entonces él levantó las manos exagerando –. ¡YO! –Draco, no estoy entendiendo nada, por favor, no estoy para bromas. –¡¿Cuál broma?! ¡Mal.dita sea! ¡Me puso a mi a casarme con está chica! –se detuvo y me miró –. Lo siento, perdón, de verdad, lo siento mucho, tu estás muy bonita, es solo que… ¡Yo no iba a casarme! Cerraba los ojos como un reflejo cada vez que él gritaba, por suerte un carro apareció a tiempo y Devon bajó. –¡Al fin! ¡Se digna aparecer el dueño de está casa! –señaló Draco –. ¡El novio de la boda! –Guarda silencio, Draco –expresó molestó Devon –. No hagas berrinches como un niño de cinco años. En eso estamos de acuerdo. –¿Cómo quieres que no haga berrinche si me has colocado en tu lugar? –Así debía ser –aclaró –. Te dije que debes ser más formal, tienes que tener responsabilidades, estoy cansado de tus tonterías, llegaste tarde por estar haciendo un show con una mujer en la entrada del edificio. –Eso no tiene nada que ver con esto, hay algo detrás, ¿qué es? Oh no, eso si que no, no va a arruinar mis planes. –Perdón –intervine –. Bueno, yo iba a casarme contigo –le sonreí a Devon –. A ti te conocí, pero si no logré llenar tus expectativas, lo lamento, creí que habíamos tenido algo cuando nos conocimos. –El problema definitivamente no eres tú, cariño –contestó Devon –. Es este bueno para nada que tengo como hijo. –¡Por favor! –gritó Draco, no me está ayudando. –Yo creo que nos fue muy bien en la boda –volví a hablar –. Y entiendo que no ha sido una boda por amor, algo real, pero soy buena con muchas cosas, puedo ayudar y trabajar en lo que me digan, estaré a sus ordenes. No tuve que levantar la mirada para saber que Draco casi me ase.sina con la mirada, obviamente le molesta que le diga esas cosas a su padre, seguramente no le gusta que tenga esa autoridad, pero ¿qué más puedo hacer? Devon es el jefe y mi objetivo. –Parece que al menos hay alguien centrado en está conversación –suspiró Devon complacido –. Inés, lleve a la señorita Makarova… –se interrumpió –. Lo lamento, a la nueva señora Lewis a un dormitorio arriba y dele todo lo que necesite, ella estará viviendo con nosotros de ahora en adelante. –Por supuesto, señor Lewis –aceptó la mujer –. Ven conmigo, te quitaremos ese vestido, mira que es precioso. –Muchas gracias. Quería quedarme a escuchar la conversación, pero no pude hacerlo, la mujer que me llevó era delgada y alta, casi de mi tamaño, el cabello gris, seguramente había trabajado mucho en este lugar. –Soy Alena –me presenté –. Mucho gusto. –Por supuesto, el señor Lewis nos avisó que ibas a estar con nosotros, pero hasta la otra semana por su luna de miel, pero parece que tenía un cambio de planes, eh. –Creo que sí, lamento mucho haberme perdido mi luna de miel. –Cariño, no te preocupes, todo está bien, lo importante es que ya estás aquí con nosotros. –No tengo idea de lo que hago aquí –suspiré –. ¿Usted me podría ayudar? –Por supuesto, tú serás la nueva jefa de todos, la dueña de está casa, pero no te voy a mortificar en este momento, primero tienes que quitarte ese vestido, darte un baño relajante, tomarte un té y dormir tranquila que seguro debes estar super cansada, mañana hablaremos mejor, ¿de acuerdo? –No sé sí pueda dormir. –Por supuesto que sí vas a poder, verás que todo lo que te digo te va a ser sentir mejor, lo prometo. –Muchas gracias, señora. –Llamame Inés o Inesita como me dice Draco y no te preocupes, yo estoy aquí para tí. Se ve que es buena persona, hasta me da pena que trabaje con estás personas tan terribles, una persona tan amable no se la merecen y es una lástima que yo también la tenga que engañar.
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