Draco…
La boda fue un desastre, empezando porque yo terminé siendo el novio, la chica de ojos verdes me veía con una sonrisa, aunque era dulce, su gesto se veía confundido, miraba detrás de mí a cada momento, ahí donde estaba mi padre, el reverendo inicio confundido de la misma forma, mire a mi padre varias veces para que cambiará de lugar conmigo, pero no lo hizo en ningún momento, cuando el reverendo preguntó a cada uno si aceptamos ser esposos no tuve otra opción más que decir que sí, ella volvió a ver a mi padre, lo dudo y finalmente dijo que sí, poco después cuando el reverendo preguntó que si alguien se oponía pude ver a la rubia entre la multitud levantarse.
–¡No! ¡Draco no puede casarse! ¡Mi amor! ¡Eres mio!
Alguien de seguridad la sacó junto a su amiga, es era Kelly Daniels y su amiga Samantha Brown, eso también fue culpa de mi padre por ponerme aquí al frente.
–Lo siento –le murmuré a la preciosa chica al frente, ella no respondió solo negó ligeramente su cabeza, sé por qué mi padre la eligió, preciosa, su curvas, dulce y dócil, es como un sueño.
–Puede besar a la novia.
–¿Qué? –dudé.
–Hemos terminado señor Lewis, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia –señaló.
La chica me vio preocupada, ni siquiera escuché su nombre, estaba ocupado… viendola, miré a los invitados y luego a mi padre, debería besarla, pero… no sé, me dirigí de nuevo al reverendo.
–Le parece si nos saltamos esa parte, solo está vez.
El hombre me vio y luego me salvó la vida cuando se dirigió a los invitados.
–Podemos aplaudir al señor y a la señora Lewis.
Todos aplaudieron, un segundo después me pregunté a mi mismo ¿qué carajos había hecho? Era mi oportunidad para besarla, para sentir esos carnosos labios rojos que me estaban tentando, era mi oportunidad para sentirla, he besado a un montón de mujeres y no lo hice con ella, que imbécil.
Cuando la ceremonia terminó los invitados salieron del lugar, a excepción de un grupo de hombres de traje que se acercaron a nosotros.
–¿Qué mie.rda fue esto, Devon? –dudó uno de ellos.
A algunos los conozco, el señor Shonder, Vernoff y Pierce, ellos son empresarios exitosos, había otro hombre que no sé quién es.
–Querían que un Lewis se casará, así fue –indicó mi padre.
–Ese no fue el trato –habló Vernoff muy serio.
Era mi momento para poner atención, pero entonces el desconocido dijo.
–Hablemos en un lugar más privado.
Los cinco empezaron a caminar adentro, yo los seguí, la novia también venía conmigo, a todo esto no sé como se llama, debí prestar atención a la ceremonia.
Entraron a una habitación con la chica y cuando yo estaba a punto de ir, mi padre me detuvo.
–Quedate aquí.
–Perdón –bufé –. Me pones en tu lugar y ahora no quieres que escuché.
–No es asunto tuyo.
–Se convirtió en mi asunto cuando me pusiste frente al altar.
–Quédate aquí.
–¿Y la chica? ¿Por qué ella sí puede entrar? –señalé.
–Estás perdiendo demasiado el tiempo, Devon –le advirtió Shonder –. Déjalo pasar, también es su asunto.
Fue así como logré entrar, me coloqué al lado de la chica, huele muy bien.
–No entiendo cuál es su molestia –indicó mi padre –. El trato era que un Lewis se casará y así fue –señaló y luego vio a la chica –. No te ofendas Alena, eres preciosa, pero no puedo estar casado.
–Ni yo –respondí –. Lo siento –le murmuré a la chica.
Ella bajó la mirada, creo que está a punto de llorar, no puede ser, que no lloré, no lo voy a soportar.
–El trato era que tú estuvieras casado con Alena y Scorcone recibirá a mi hermano –indicó Vernoff –. Es lo lógico.
Hermano, habla de Erick, ¿en qué está metido mi padre ahora?
–Draco es mi hijo, él pronto tomará mi lugar en la empresa, sabrá todo lo que debe hacer, así que es mejor que él sea el candidato –señaló mi padre.
Cobarde, solo está salvando su pellejo, nunca voy a estar en su dichosa empresa, me lo ha dejado claro en más de una ocasión.
–No fue el trato.
–Además, Alena estará mejor con un hombre joven como mi hijo, a cambió de un viejo como yo –indicó –. Y Draco es hora de que siente cabeza, que sea un hombre serio y tome sus responsabilidades.
Ni se la merece, esa chica es el sueño de todos en este lugar.
–Eso se te ocurrió justo hoy –indicó Shonder.
–No, ya lo había pensado antes, pero hoy fue el día ideal, cambiaremos los documentos legales, Draco y Alena serán esposos.
–Si me explican que es lo que pasa –intervine, pero entonces el desconocido habló.
–Lo vamos a aceptar.
Los otros tres lo vieron.
–No puedes hablar en serio –habló Shonder.
–Lo digo en serio –respondió –. Está hecho, me llevaré al chico de una vez –indicó al llegar a la puerta y miró a la chica –. Alena, ven un momento.
Ella salió con el hombre, al igual que todos salieron detrás. Se llevarán a Eric y ni siquiera puedo hablar con él para saber qué es lo que sucede, mi padre estaba sonriendo, pero yo no iba a permitirlo, me acerqué y lo detuve.
–Papá, no me puedes hacer esto.
–Es hora de que seas un hombre, Draco –exigió –. Estás casado y quiero que te presentes a la empresa pronto, te daré un empleo.
–¿Un empleo? –dudé –. En esa empresa donde me dijiste que nunca me ibas a dejar hacer nada porque era un inútil.
–No tocarás mi empresa, Draco –aclaró –. Eres un bueno para nada, serás un empleado más, por ahora, agradece que te deje a esa preciosa chica –se acomodó la ropa –. La hubiera disfrutado antes, maldición.
Salió de la habitación, apreté mis puños molesto, no puede ser, ¡No puede ser!
Choque mi puño contra la pared una y otra vez.
–¡Maldita sea! ¡Maldita sea!
Tengo un maldito desgraciado como padre y ahora debo lidiar con esto.
–¡JODER!
Cuando pateé una mesa la puerta se abrió y la novia, Alena es su nombre apareció, yo estaba agitado, intenté tranquilizarme, me vio preocupada, pobre chica, seguro no esperaba eso.
–Perdón –murmuró, su voz es suave –. Debemos ir a la recepción.
–Sí, ya voy.
Ella me sonrió y terminó cerrando la puerta de nuevo, seguro ni siquiera va a querer verme después de este desastre.