Por la mañana me levanté temprano para bañarme y arreglarme para estar lista en el comedor antes de que los Lewis estuvieran ahí.
Es una suerte que mi ropa ya estuviera en está casa, tenía un vestido rosa y me coloqué unas zapatillas café, deje mi cabello suelto y me maquille los labios, tengo que ser hermosa, no podré ser la esposa de Devon, pero al menos debo conseguir una forma de acercarme a él y ningún hombre se resiste a una mujer bonita y bien arreglada.
Espere apenas unos minutos cuando Devon Lewis bajó al comedor, me levanté y le sonreí.
–Buenos días.
–Te levantaste temprano –mencionó.
–Es una costumbre –contesté –. ¿Quieres que te sirva el desayuno? –dudé.
–Hay personal para eso –respondió cuando fue a la mesa y tomó su lugar, me miró otra vez, eso era bueno –. Ven, siéntate.
–Gracias.
Miró para todos lados, pronto apareció alguien del servicio para servir café.
–Supongo que Draco no se ha levantado.
–No lo sé –contesté –. Me han dado mi propia habitación y quería agradecerte, eso fue muy considerado de tu parte considerando la situación.
–No he sido yo –aclaró –. Seguramente lo hizo Inés.
–Aún así, muchas gracias.
–Entonces Draco no durmió contigo.
–No lo he visto desde ayer que se quedó contigo –respondí.
No dijo nada más, seguramente Draco había desaparecido, eso no me interesaba mucho, pero ahora era mi oportunidad para acercarme a él, así que coloqué mi mano sobre la suya.
–Quiero pedirte disculpas, si hice algo mal o no llené tus expectativas –mencioné –. Trataré de hacer bien las cosas está vez y haré lo posible para que me consideres útil.
–¿Qué quieres decir?
–Es que íbamos a casarnos y el día que nos conocimos todo fue muy bien, creí que había algo realmente entre nosotros, después de todo ayer íbamos a ser tu y yo –tomé su mano y él no dijo nada solo me miró –. Haré lo que me digas, para eso estoy aquí.
Estaba funcionando, no dijo nada, solo me estaba mirando, primero a las manos unidas y luego a los ojos, necesito que me crea, que pueda entrar en su mundo, estar dentro para poder destruirlo desde ahí, solo necesito una oportunidad.
–¿Acaso todos se levantan temprano aquí?
La voz que venía de la entrada hizo que Devon quitará la mano, cuando me di la vuelta era Draco que apareció, creí que no estaba en la casa, se nos quedó viendo.
–Buenos días –saludó.
–Que bien que te has levantado temprano, Draco –le habló su padre –. Tienes que venir conmigo.
–Otra vez con eso papá –rodó los ojos –. Si me vas a hacer trabajar en tu empresa, al menos dame un buen cargo.
–Empezarás como cualquier empleado y te ganarás un sueldo, así tienes que ir aprendiendo.
–¿Y tus amiguitos no sospecharán nada?
–Vas a ir conmigo y no se discute más.
Alguien del servicio nos llevó los desayunos.
–Yo también puedo ayudar en la empresa –propuse –. Habló Italiano, inglés y Ruso.
–Ahora que lo recuerdo dijeron que tenías ese apellido –señaló Draco.
–Makarova –contestó Devon.
–Sí, ¿de dónde eres, Alena?
–Yo… soy de Jersey, ese apellido era de mi abuelo, pero no lo conocí.
–¿Y cómo es que se conocieron? –preguntó a Devon y a mí.
Bajé la mirada a mi plato, esa pregunta no me corresponde responderla, esperaba a que Devon lo hiciera, pero no fue así, lo ignoró y me habló.
–Alena, te quedarás en la casa para aprender todo lo necesario, Inés te ayudará –indicó –. Tienes que saber sobre las responsabilidades de la casa, además, vendrá alguien a ayudarte sobre los modales y algunas cosas sobre la sociedad, pronto vas a recibir un par de invitaciones para los Club y fiestas, tienes que estar preparada para ese tipo de eventos, tienes que comportarte.
–Si, lo entiendo.
–Todos lo entendemos –habló Draco –. Todos debemos comportarnos.
–Suficiente, Draco.
–Solo me has estado ignorando, ni siquiera respondiste mi pregunta.
–Está noche saldrás con Alena –ordenó –. Tienen que conocerse y que los vean en público, deben comportarse y eso va para ti directamente, Draco, nada de salidas a sitios raros y todos deben ver que ahora eres un hombre casado, usa tu anillo, vienes conmigo a la empresa y sales con tu esposa.
–Pero papá.
–No me interesa que hagan en privado, si duermen juntos o no, eso será asunto de ustedes, pero afuera todos saben que son un matrimonio y necesito que los vean juntos, entendido.
–Así será –contesté antes de que Draco haga una pelea –. ¿Tienes unas propuestas de lugares a dónde debemos ir a comer?
–Haré una reservación y Draco te llevará, él sabe de esto, por hoy solo haz lo que te dije.
–Sí, lo haré.
Draco se levantó de la mesa sin decir nada, ni siquiera tocó su comida, hoy tengo que pasar el día aprendiendo de las cosas de aquí, tengo que hacerlo lo mejor posible, debo conseguir que Devon me lleve con él, solo espero que Draco no me arruine los planes.