Capítulo 13

1455 Words
–¿Cómo que no hay nada? –preguntó Draco –. ¿Estás seguro? –Me estás ofendiendo –le reprochó Shane del otro lado de la línea teléfonica –. La chica no tiene nada, no hay ningún registro sobre ella. –Pero tiene su nombre. –Hay una certificación de nacimiento, obviamente –contestó –. Pero no hay estudios, ni trabajos, ni siquiera una multa de tránsito, es como si solo hubiera nacido y de pronto se casó contigo, ¿Qué edad dijiste que tenía? –Unos veinticinco –murmuró. –Alena Makarova nacida el veintiocho de noviembre del dos mil uno… –murmuró lo último –. Tendrá tres el próximo mes, oye, es solo una niña. –No sé ve como una niña. –En la foto del pasaporte se ve muy guapa, pero seguro aparenta más edad –comentó Shane –. Escucha, si dices que trabajo en un club, muchas de esas chicas fueron criadas en ese ambiente y seguramente por eso no tiene nada, solo las usan para hacer negocios, lamento decirte esto, pero tu chica solo es una moneda de cambio. –No es mi chica –aclaró Draco, aunque si sonaba a algo que su padre haría, solo usarla. –Deberías acercarte a ella, hacerle preguntas directamente. –Le dirá a Devon y levantaré sospechas. –¿Cómo lo sabes? Draco apretó los labios antes de soltar la respuesta, solo de pensarlo le enfurecía. –Porque ella se la pasa detrás de él, todo el mal.dito tiempo, lo ve con admiración, le sonríe, lo atiende, se nota que está enamorada de él –confesó. –Qué tu esposa este enamorada de tu padre, eso debe doler mucho. –Shane, no me estás ayudando –Draco se pasó la mano por la frente intentando no gritar porque estaba en su oficina y si alguien lo escuchaba desde afuera se darían cuenta que estaba hablando con alguien desde adentro. –Si me averiguas el nombre del lugar donde trabajaba podría enviar a alguien a investigar, necesito más información, pero lo mejor es enfocarte de Devon, recuerda que los jefes necesitan resultados, ya llevamos un buen tiempo con esto y has sido tú quien lo quiso, así que tenemos que tener algo para calmarlos. –Lo sé, te averiguo el nombre del lugar. –¿Por qué tanto interés con la chica? –No sé, tiene algo raro –contestó él. Draco estaba intrigado por conocer a la misteriosa Alena Makarova, más aún que ahora sabía que no tenía ningún tipo de antecedente, ni siquiera una multa, eso no era posible, ni la persona más buena en esta tierra podía ser así, además, esa misma tarde la había visto de forma sospechosa en el despacho de Pierre, se veía nerviosa y no por su presencia, aunque ya se había dado cuenta que le afectaba un poco estar cerca de él, pero en ese momento fue distinto, como si ocultará algo, eso no lo haría una chica como ella, además sentía que había algo más, aún no sabía que era en concreto, pero había algo más definitivamente. Draco espero a Alena hasta que salió del departamento de diseño, regresaron a la casa juntos, está vez él iba a intentar acercarse a ella. –¿Quieres ir a cenar a alguna parte? –le preguntó –. Yo te invito. –Prefiero ir a cenar a la casa, estoy agotada. –¿Pierce te puso demasiado trabajo? –curioseo. –Supongo que es lo normal, no me puedo quejar –le sonrió. –Ya debes estar acostumbrada a trabajar de esa manera, en tu antiguo trabajo te toco caminar mucho, trabajabas en un club, ¿cierto? –Sí, así es. –¿Cuál era el nombre del club? Ella tardó un poco en responder, Draco se dio cuenta que bajo el rostro, por un segundo se arrepintió de preguntar, seguramente no se sentía cómoda hablando de eso. –Se llama Signori, no es muy conocido –comentó –. ¿Tú has ido alguna vez? –No había escuchado de él antes, así que no sé donde queda. –Ya, es algo exclusivo –comentó Alena. –Para que Devon vaya a ese lugar, puedo imaginarlo –respondió él –. ¿Dónde está? –Del otro lado de la ciudad, sabes es un poco incómodo hablar de esto –confesó ella –. Sé que no somos nada y que esto es solo un compromiso que debemos cumplir, pero hablar de mi exprometido con mi esposo es algo extraño, deberíamos dejar ese tema. Él no quería dejar el tema, tenía muchas preguntas empezando por ¿cómo habia conocido a Devon? Hasta el día de la boda, ¿quienes eran esos hombres con los que se había reunido? Ella parecía estar enterada de algo, pero no lo quería decir, por eso quería dejar el tema atrás. –Si, lo entiendo. –Gracias. Al menos había conseguido el nombre del club y su dirección, hubiera querido saber más, pero no quería seguir y ponerse en evidencia, ya en dos ocasiones había encontrado a ella con Devon hablando a solas y no sabía de qué, por el momento no podía insistir. Cuando llegaron a la casa, Devon ya se encontraba en la sala. –Papá –habló Draco entre una expresión de sorpresa, como si tuviera que decir su nombre para saber que era él. –Buenas noches, Devon –Alena se acercó a saludarlo con un beso en la mejilla. –Que bueno que ya estén aquí, los estaba esperando para cenar juntos. –¿En serio? –dudó Draco, eso era nuevo. –Por supuesto, somos familia. Draco vio a Alena que le brillaban los ojos con una gran sonrisa viendo a Devon y seguramente él solo lo estaba haciendo por ella, aún seguía sin entender por qué los había casado si se notaba que era él precisamente quién hacía mal tercio, Draco se sentía como el que sobraba en la relación. Fueron al comedor donde Inés se encargó de que les sirvieran la comida y que pudieran cenar en familia. –Dime Alena, ¿cómo te fue con Pierce? –preguntó Devon. Draco reaccionó que probablemente esa era la pregunta que debió hacer él y no preguntar sobre el club donde trabajaba antes. –Muy bien, Pierce es un buen jefe –sonrió. –Algunos dice que es pretencioso y que exigente. –La exigencia es necesaria para que los diseños salgan de calidad –respondió Alena –. Él solo hace su trabajo y yo intenté aprender todo lo que pude para poder hacer un excelente trabajo y no estorbar. –Me parece perfecto –le sonrió Devon. Parece que Alena sabía usar las palabras exactas para que Devon estuviera complacido, Draco se limitó a verlos hablar, Devon y Alena hablaron entre ellos, ni siquiera se molestaron en preguntarle a él nada sobre su día o lo que hacía, Alena estaba demasiado ocupada intentando impresionar a Devon, pero eso no tenía importancia para Draco, obviamente le molestaba que su padre parecia interesado en su esposa, pero es que era la esposa de Devon en un principio, pero nada de eso importaba ahora porque pronto tendría una pista de dónde Devon hacía sus negocios gracias a Alena que le había dado el nombre del club donde trabajaba, él se lo envió a Shane para que le buscará la ubicación y poder hacer un reconocimiento del lugar, eso era más de lo que había obtenido en meses. Draco escuchó la risa de Devon y Alena, sintió el dolor de estómago pero por suerte ya había terminado de comer y se levantó de inmediato. –Buen provecho, disculpen que me retire estoy cansado. –¿De qué puedes estar cansado tú? –le cuestionó su padre. Draco estaba a punto de responder elevando su voz cuando Alena intervino. –Draco fue muy amable hoy en ir a comprar un teléfono y una tablet para mí –indicó ella –. También me trajo a casa, dijo que me esperaría en la empresa no importaba la hora que saliera, ha sido muy amable. Devon la miró y luego a su hijo. –Es lo que deberías hacer de ahora en adelante. Draco podía decirle que es lo que le había dicho a Alena, pero de todas formas Devon no le creería y no tenía ganas de seguir viendo cómo su padre se metía con Alena. –Sí papá, permiso. Se fue, pero no para su habitación, en el pasillo se desvió del camino y terminó en afuera tomando su auto para irse de ahí, necesitaba un trago o tal vez más.
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