La puerta del coche se abre para él y entra mientras yo lucho por abrir mi lado de la puerta con las manos atadas.
Fracasando, me deslizo y salgo por su lado en su lugar. Respiro agitada al verlo ya cerca de la entrada.
¡Mierda! ¿Por qué es tan rápido?
Antes de llamarlo para que pare, las puertas se abren y mi boca se abre en shock. El castillo era enorme, una fila de fuentes daba la bienvenida con arbustos perfectamente recortados. Un amplio camino se extendía hacia el interior. Y cuando levanto la vista, casi tropiezo con mis pies.
¡Maldición! Nunca había visto algo tan hermoso.
Este lugar era como un palacio que solo había visto en libros y él era como el príncipe. Pero tristemente, no era una princesa. Nunca puedo serlo.
Volviendo a la realidad, veo a hombres rodeándolo como abej
