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1293 Words
Punto de vista de Thora Estaba temblando, literalmente. Los utensilios sucios temblaban en mis manos mientras los limpiaba bajo el agua helada. Sorprendentemente, Landon no me regañó ni me castigó después de ese pequeño accidente. Supongo que es porque estaba muy ocupado en la reunión de hoy. Los ojos grises de mi compañero me hacen estremecer. Muevo la cabeza, tratando de olvidarme de él. ¿Pero a quién engañaba? Mi compañero no era un hombre común y corriente. Era el Rey hombre lobo. Rey Volkan Knight. Tragando saliva, limpio el sudor de mi frente con mi manga y coloco el último utensilio en la bandeja de utensilios. Terminé con el trabajo de hoy. Suspirando, levanté la vista hacia la luna llena, preguntándome qué depararía mi futuro. Ya me odia. Lo vi en sus ojos. Él piensa que lo he traicionado, si tan solo supiera la verdad. Mi compañero me va a rechazar. Esta es la dura realidad. Cada lobo teme esto y para mí está a punto de hacerse realidad. No hay escape de este lugar ahora. Supongo que tengo que morir aquí también. Siendo esclava de ese bastardo toda mi vida, complaciéndolo hasta olvidarme de mí misma. Mis pensamientos se interrumpieron cuando sentí una fuerte ráfaga de viento golpearme, su tentador aroma se quedó flotando en el aire. Sabiendo lo que significaba, me puse de pie. Tratando de ajustar esta falda inútil, que era realmente incómoda. Miré alrededor para percibirlo, cuando mis ojos se detuvieron en una silueta cerca de un árbol. Su espalda apoyada contra él y las manos cruzadas frente a su pecho. Trago saliva, acercándome. Ya sé por qué está aquí. Ningún hombre aceptaría una pareja usada. Él no iba a ser una excepción. —Alfa...Rey... ¿necesitabas algo?,  deberías haber enviado a alguien por ello... Dije, inclinándome en señal de respeto. Él era un hombre poderoso, el hombre más poderoso de nuestro Reino de hecho. Y a los Omegas como yo nos matan solo por hacer contacto visual con él. No dijo nada, pero su mirada permaneció. Es una sensación extraña que aflora en mi interior. Nunca me he sentido así antes. —Hazme saber si puedo ayudarte... ¿necesitas...? —Cállate Dice, haciendo callarme y mi mente se congela. Aparecen escalofríos en mi piel y me muerdo los labios, regañándome por balbucear frente a él. Vuelve a mirar. Y el silencio se prolonga. Haciendo que mi ansiedad aumente con cada segundo. Unos minutos después, endereza la espalda y se acerca, dirigiéndose hacia mí. Mis ojos permanecen fijos en el suelo mientras él se acerca. La tormenta de ansiedad en mi pecho arremetiendo. — ¿Te has acostado con él? Pregunta y mi corazón se detiene. Mis ojos abiertos miran a sus fríos ojos grises y me olvido de respirar durante unos segundos. ¿Tan directo? ¿Cómo puedo responder a esto? Sí... lo hice, pero no voluntariamente... él me chantajeó. —Yo... nosotros... algunas veces... pero... yo...no... Tartamudeo. Eso solo hace que su mandíbula se endurezca. Su cercanía juega con mi cerebro, mi cuerpo anhela que me toque. ¡Mierda! ¿Qué me está pasando? Y luego lo recuerdo, hoy es luna llena... el vínculo de pareja es más fuerte. —Sí o no. Ordena y bajo la mirada. ¿Por qué? Quería explicar... pensé que él confiaría en mí... si no, al menos me daría una oportunidad. —Sí. Digo, y veo cómo se cierra el puño. Retrocedo con miedo de ser blanco de él. Nuevamente no dice nada durante un minuto, haciendo que mis piernas pierdan fuerza y mi loba grite en mi mente. Ya estaba bastante débil. Podría morir si me rechaza. ¿Qué puedo hacer para salvarla? —Esperé 26 años por ti. Ni siquiera tocando a una mujer, temiendo que te estuviera traicionando. ¿Y tú no pudiste reservarte para mí? Dice y me sorprendo. Es muy raro, los instintos de los hombres son mucho más fuertes que los de las mujeres y nunca he oído hablar de ningún hombre que controle sus deseos y reserve lo suyo para su pareja. Sin embargo, él lo hizo. Pero, ¿por quién? Por mí. Por alguien que ha perdido todo en esta vida excepto su fuerza de voluntad indomable para sobrevivir. —Lo siento... yo... Él levanta la mano de nuevo, sin dejarme explicar. Pero incluso si hablo, no podré contarle toda la verdad. — ¿Lo amas? Pregunta y mi boca se abre sorprendida. ¿Es en serio? ¿Qué compañero le pregunta a otra si aman a alguien más? Puedo ver que se está conteniendo, o de lo contrario ya me habría rechazado antes de esta conversación. —No... Yo... —Sin embargo, le correspondes sus besos. Sin embargo, no lo detienes cuando te besa Trago saliva, moviendo la cabeza en un gesto negativo mientras se acerca más a mí. El miedo entra en mi mente cuando su aura me golpea. —Alfa...Rey...por favor... —Sin embargo, te sientas en su regazo, vistiendo estas ropas provocativas y lo dejas besar estos labios Mi espalda choca contra la corteza del árbol y sus ojos cambian de color. Coloco mis manos frente a mí, temblando. —Por favor... yo... —Dime. ¿Es él el único o amas hacer esto con otros cuando estás en celo? ¿Cuántos bastardos han tocado lo que solo me pertenece a mí? —Cálmate... Alfa... por favor... yo... — ¡Dime! Golpea la corteza del árbol a ambos lados y yo me estremezco de miedo. Sus brazos me aprisionan mientras acerca su rostro. Su respiración choca contra mis labios mientras sus ojos son un pozo de odio. Alternando entre gris y n***o, tratando de recuperar su control perdido. Respiré fuertemente, incapaz de contenerlo por más tiempo. Las lágrimas corrían por mis ojos mientras los cerraba. Terminé con todo esto. Debería haberlo sabido, él es un Alfa. Sería una bendición si no me mata después de esta traición. —S...solo recházame Logro susurrar con mi voz temblorosa, mis labios temblando y la salinidad de mis lágrimas comestible en mis labios. Él se congeló ante mis palabras, pero me negaba a abrir los ojos. No quiero ver el odio en ellos, ya he visto suficiente en mi vida. No también el suyo. Que me rechace y acabemos con esto. Mi respiración se atragantó cuando sentí un suave toque en mis labios. Para darme cuenta de que los estaba mordiendo con fuerza para hacerlos sangrar. Abrí los ojos para ver sus orbes grises fijos en mis labios, su pulgar tocando mis labios para sacarlos del asalto. —Así lo haré —dice él y mi loba gimotea en mi mente. No estoy lista para morir tan joven—. Lo siento... Espero que encuentres a alguien más. —Pero —continúa él, mis ojos lagrimosos volviéndose a él—. Después de haberte mostrado cuánto me has herido con tu traición. Después de haber devuelto cien veces lo que me diste. Sus manos se mueven hacia abajo para descansar en mi cintura y los hormigueos hacen que una calidez se extienda dentro de mí. —Después de haberte hecho suplicarme que te toque y después de haberte reemplazado. Mis ojos se abren de par en par y la calidez dentro de mí se congela. Las mariposas en mi estómago se calman mientras lo miro con impotencia. No, no puede... Ya he sufrido tanto... Por favor, no. Y ahí es cuando sus labios chocan contra los míos y mi cuerpo es empujado hacia atrás contra la corteza del árbol. Para experimentar lo que ellos llaman. Un beso de amor verdadero. Si tan solo fuera por amor y no cubierto de odio. Si tan solo hubiera sido sincera y no lo hubiera traicionado.
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