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1343 Words
Landon se sentó en su asiento, esperando la llegada del Rey Alfa. Sus ojos se posaron en Thora, quien estaba de pie a su lado con su vestido elegido. Un pequeño vestido de criada, con el dobladillo apenas cubriéndole el trasero. La blusa era ajustada, resaltando su figura delgada pero perfecta. —Debes servirles las bebidas y la comida. No se tolerarán errores. ¿Está claro? Ella asiente, sin ganas de discutir con él después del castigo de anoche. Las marcas del látigo aún estaban frescas en su espalda. —Bien. Ahora acércate aquí. Él dice con una sonrisa y ella ya sabía de qué se trataba esto. Agarrándola por la cintura, la hace aterrizar en su regazo. Antes de que pudiera reaccionar, él se estrella contra sus labios. Forcejear no sirve de nada. Ya está acostumbrada a su comportamiento hasta ahora. Ella se queda quieta, permitiéndole besarla. Pero de repente, su loba débil lucha en su mente y comienza a empujarlo hacia atrás. Esto no está bien, no se siente bien. Landon se va y sonríe, mirando hacia la entrada y en ese momento ella siente cómo sus sentidos se congelan de repente. ¡No! Esto no puede ser. El olor a pino y a lluvia la golpea con fuerza y aprieta los puños. —Saludos, Rey Alfa —dice Landon. Y eso fue todo, su mundo entero se derrumba justo allí. El compañero que pensó que la protegería, la vio besándose con otro hombre la primera vez que se conocieron. ¿Y qué dijo él? ¿Rey Alfa? No, no puede ser... un hombre tan poderoso como él... imposible... él debe ser uno de los otros hombres de su consejo. Ella no se atrevió a mirar atrás. Su mente se congela. Su aura lo rodea en ondas mortales, haciéndola desear que la tierra se abra y la trague. El Rey Alfa no habla. Su silencio la pone más incómoda. Landon la mira confundido y luego susurra en su oído, haciendo temblar su cuerpo. —Gírate y saluda al Alfa, princesa. No toma a la falta de respeto a la ligera. Pero ella no podía. No puede ver esos ojos mirándola con odio. No puede dejar que su única esperanza de escapar de este infierno muera. Antes de que pudiera decir otra palabra, el brazo de Landon se enrolló alrededor de su cintura y la giró alrededor. —Inclínate. Ordena y ella lo hace, manteniendo sus ojos en el suelo. Siente una mirada ardiente sobre ella y lo sabe entonces. Él la odiaría. —He estado esperando por ti, señor. Por favor, tome asiento. El Alfa no se mueve, haciendo que ella cambie su peso de una pierna a otra. ¿Debería mirarlo? ¿Quién es él? Esa mirada... quema y sofoca... tengo que mirar... pero soy una Omega... será considerado una falta de respeto. Estaba debatiendo en su mente cuando sintió un agarre brusco en su brazo. Ella se sobresaltó cuando Landon susurró en su oído. —Trae las bebidas. No te quedes aquí como una tonta. Y eso es todo lo que necesitaba, sin mirar hacia atrás a esos ojos ardientes. Se apresuró por el pasillo, organizando los aperitivos. Su corazón latiendo fuertemente en su pecho mientras apoya su cabeza en la pared e intenta calmarse. ................................................ Punto de vista de Volkan Mis ojos estaban fijos en la espalda de mi compañera. Estaba desnuda en ese sucio vestido de criada. Mis puños se apretaron mientras mis ojos bajaban para ver la túnica apenas cubriéndole el trasero. —Rey Alfa, por favor tome asiento. El bastardo habla, dándome una pequeña sonrisa. Landon Alfa, uno de los Alfas más fuertes y respetados en nuestro Reino. Quería creer que era un coqueto, que intentaba seducir a mi compañera. Pero su reputación decía lo contrario. Era respetado por todos y nadie había oído hablar de él faltando el respeto a las chicas. O bien lo estaba disimulando bien o realmente era un hombre genuino. Pero ese beso... maldita sea, besó a mi compañera y lo peor fue que ella ni siquiera lo rechazó. Sentándome a la mesa, respiro profundamente para calmar a mi lobo. Solo pensar en que nuestra compañera, perdiendo su virginidad con algún bastardo, encendía en mí un fuego de furia. ¿Ya me había traicionado? La esperé durante tantos años, y ella no pudo esperarme. ¿Anduvo acostándose con otros hombres para satisfacer su calentura? La reunión avanzó y los miembros de mi consejo empezaron a discutir, mientras yo permanecía en silencio. Mi mente está perdida en suposiciones y traiciones. Cuando de repente, la puerta se abre y su aroma me golpea antes de verla. Tan malditamente adictivo, pero impuro y manchado. Entremezclado con el de ese bastardo. ¿Habrán follado hoy? Da un paso adelante, sosteniendo una bandeja en sus manos. Sus manos tiemblan mientras camina con esos tacones de 4 pulgadas, haciendo que sus piernas parezcan más largas. Su cabello velaba su rostro mientras la miraba con esos ojos bajos. Desafiándolos a mirarme. Sus pasos se vuelven apresurados y de repente Landon le ordena, haciendo que sus hermosos ojos marrones lo miren. —Date prisa. Él dice y ella vuelve a asentir como una mascota obediente, bajando los ojos al suelo. Mi bestia lucha, viéndola recibir órdenes de esa manera. Ella siendo tan sumisa con él, como si el bastardo de Landon la poseyera. ¡Mierda! Tengo que irme. Mis emociones están fuera de control. —Permiso. Disculpándome, me levanto para irme cuando casi choco con ella al dar la vuelta. —Ahhh. Chilla sorprendida. Las copas de champán se rompen al caer al suelo y el sonido de la bandeja al caer, hace eco en el pasillo. Mi respiración se detuvo por un segundo cuando la vi mirándome fijamente. Sus ojos inocentes se encontraron con los míos y mi lobo enloqueció en mi mente. ¡Compañera! ¡Compañera! Su boca se abrió y cerró en shock al darse cuenta de quién era yo. Su compañero. El hombre al que ella ya había traicionado. —Yo... yo... lo siento... yo... Ella tartamudea, sus ojos luciendo inocentes y hermosos. Si tan solo ella lo fuera también. Ella baja la mirada para contemplar mi esmoquin y luego, valientemente, toma una servilleta de la mesa y la apoya en mi pecho, intentando limpiar la mancha en mi camisa. —Por favor... yo... realmente lo siento... no estaba mirando... Sus dedos tocan mi pecho y es en ese momento cuando, lo que llaman, la explosión de cosquilleo estalla con fuerza total. Ella se congela y sus manos se detienen. Mientras me miraba sorprendida e impactada, retrocedí, haciendo que la agonía y el dolor inundaran sus ojos inocentes. Sus dedos se detienen en el aire y ella aprieta su mano. Mientras yo sigo mirándola con indiferencia y frialdad. — ¡Thora! ¡Qué demonios! Landon grita y ella comienza a disculparse de nuevo. —Alfa... ruego perdón... ella es- Apenas le muestro mi mano y él se detiene en el acto. Ella baja la mirada hacia los pedazos rotos de vidrio, sus manos inquietas mientras se sienta para recogerlos y colocarlos en la bandeja. Miré hacia abajo mientras ella recogía los fragmentos rotos de vidrio cerca de mis pies y vi a los otros hombres mirándola por detrás. Aprieto el puño. La patética excusa de su falda no ocultaba nada y mi bestia estaba furiosa. Quería matar a mis propios hombres por su culpa. ¡Maldición! Tengo que irme. Esquivándola, abandono la reunión mientras los murmullos me siguen. Pero no me importa. Tengo que irme antes de que mi bestia sea liberada y este lugar se convierta en una maldita masacre. Alejándome de su aroma, mis sentidos se calman mientras me transformo en lobo, acercándome al bosque fronterizo. Mis patas golpean el suelo y el frío viento en mi pelaje calma mi mente caótica. Debo encontrarme con ella una vez más, para saber si realmente me ha traicionado. Y con este pensamiento, rugí, mirando a la luna, haciendo temblar el suelo bajo mis pies.
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