Daniel está parado afuera del castillo real, con su armadura puesta y un ejército de cazadores rodeando el lugar. Círculos oscuros evidentes bajo sus ojos mientras miraba las enormes puertas, preguntándose qué estarían haciendo con su pequeña Fiore.
Sí, se arrepiente de dejarla ir. Se maldice a sí mismo por dejar que Volkan se la llevara, pensando que la protegería a ella y a su hijo.
En cambio, falló, llevándola aquí, a las puertas de la muerte.
Para ser ensangrentada, experimentada y asesinada sin piedad.
¡No! ¡No puede permitir que eso suceda! ¡Tiene que salvarla!
Ya no se trata de que ella sea la elegida, se trata de su Fiore.
La chica de la que empezó a enamorarse profundamente.
Falló antes, demasiado impactado y destrozado por la verdad de que la chica de la que empezó a tener
